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Una vida por Palestina – Amin al-Huseini, Gran Muftí de Jerusalén

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Una vida por Palestina
por Claudio Mutti
Traducido del italiano por Felix W. para Tribulaciones Metapolíticas

En el Hotel Palace de Jeddah, donde en 1964 se quedó por unos días antes de hacer la peregrinación a La Meca, Malcolm X fue testigo de los afectuosos homenajes de los que era destinatario otro peregrino, su vecino de cuarto. “Una multitud se congregó en torno a él para besarle la mano-escribe el líder de los Musulmanes Negros en su Autobiografía-(…) Más tarde, en el hotel, tuve la oportunidad de hablar con él durante media hora. Era un hombre de gran dignidad, de modales muy cordiales, al corriente de todos los asuntos internacionales, incluyendo los últimos desarrollos de la situación en los EE.UU. “1.

El hombre era al-Haj Muhammad Amin al-Husseini, el Gran Mufti de Jerusalén. Veintitrés años antes de Malcolm X, fue Adolf Hitler quien habló con admiración de él, destacando la nobleza de su carácter y la “superioridad de su inteligencia”2 y concediéndole un privilegio no concedido jamás a nadie: Lo hospedó en el Palacio Imperial en Berlín y dio órdenes de que en el edificio ondeara la bandera palestina tan alta como la del Reich.
Muhammad Amin al-Husseini nació en 1897 en Jerusalén. Su familia, descendientes del Profeta, incluía entre sus miembros a todos esos expertos del derecho sagrado que en los últimos dos siglos habían ejercido el cargo de mufti en la Ciudad Santa. Tras cursar sus primeros estudios en Palestina, a la edad de dieciséis años Muhammad Amin fue a la Universidad islámica de Al-Azhar en El Cairo, donde estuvo entre los dirigentes y organizadores del movimiento anti-británico. Después de la Primera Guerra Mundial, durante la cual él era un oficial de la División 46 del ejército otomano, se convirtió en el inspirador de la lucha de los palestinos contra la ocupación británica y la inmigración sionista. Escapó de la policía militar británica que le había arrestado, huyó a Jordania, donde continuó sus actividades en el suministro de armas y municiones a los palestinos y fue condenado en rebeldía a diez años de prisión. Una vez nombrado Gran Mufti de Jerusalén y Presidente del Consejo Supremo Islámico, al-Husseini intensificó la lucha por la organización de los levantamientos de 1929 y 1936, en las que los palestinos se rebelaron contra la presencia anglo-sionista. Luego continuó sus actividades en la Siria bajo control francés, y luego, en 1939, pasó a Irak.
En Irak, los sentimientos anti-colonialistas estaban muy extendidos entre la población, y un grupo como al-Futuwwah había enviado una delegación al Congreso de Nuremberg, mientras que su jefe fue recibido por Hitler. La presencia del Gran Mufti revigorizó nuevas tendencias independentistas: 21 de marzo 1940 se instaló un nuevo gobierno en Bagdad, presidido por Rashid Ali al-Kilani, que proclamó su intención de mantener la neutralidad de su país con respecto al conflicto en Europa. Londres respondió y ordenó al gobierno iraquí a romper relaciones diplomáticas con Alemania e Italia, pero el firme apoyo del Gran Mufti hizo que Al-Kilani rechazara la medida cautelar. Inglaterra reaccionó atacando a Irak entre abril y mayo de 1941, el gobierno de Bagdad decretó la movilización general y el gran muftí hizo un llamamiento a la solidaridad árabe, que obtuvo la respuesta de miles de voluntarios sirios, transjordanos y palestinos. Sin embargo, dada la preponderancia material de las fuerzas británicas y la demora de la intervención ítalo-alemana, en el plazo de un mes, el status quo colonial fue restaurado.
El Gran Mufti, junto con al-Kilani y los ministros del gobierno iraquí, se vio obligado a huir a Irán, pero a finales de agosto se llevó a cabo en este país la intervención militar anglo-soviética que colocó en el Trono del Pavo real a  Muhammad Reza Shah. Así pues, al-Husseini y al-Kilani se exiliaron a Europa.
Después de un rocambolesco viaje por el Medio Oriente y los Balcanes, el 24 de octubre llega el Gran Muftí a Italia. En Roma es recibido por Mussolini3 y Ciano y se reúne con líderes musulmanes residentes en Italia, habla en Radio Roma e insta a todos los musulmanes del mundo a apoyar la lucha del Eje. A continuación, invitado a Berlín, parte a Alemania, donde el 20 de noviembre es recibido por Ribbentrop y el 28 se entrevista con Hitler. Periódicos y noticiarios alemanes le muestran a la salida de la Mezquita de Berlín, en una reunión con Hitler y los líderes del Reich, en contacto con la población alemana. Se registran muchos casos de alemanes que abrazaron el Islam, pronunciando la fórmula ritual ante el Gran Muftì4. Desde los micrófonos del Deutscher Rundfunk, que transmite en árabe y propaga a través de las ondas las palabras del Corán, el muftí declaró que la victoria alemana significaría no sólo la liberación de Palestina, sino la independencia de todo el mundo árabe, desde Marruecos a Mesopotamia. He aquí un pasaje significativo del discurso pronunciado en la radio alemana por al-Husayni con motivo de la Fiesta de los Sacrificios.
“Hoy el mundo islámico se enfrenta al problema de la lucha por la independencia. Sólo un esfuerzo incondicional y un sacrificio generoso justifican la libertad de la existencia. A los enemigos que han hecho todo para humillar a los árabes y subyugar al Islam hay que oponerles la resistencia máxima. Entre los eternos enemigos del Islam y de los árabes están, en primer lugar, los judíos; ellos se han opuesto al Islam desde sus inicios y, con el fin de llevar a cabo su plan de hegemonía mundial, han provocado una guerra contra los pueblos que decidirá su propia existencia. Los judíos han forzado a los árabes a enfrentar esta lucha por la vida o la muerte intentando, por todos los medios que les sugiriere su odio hacia nuestras gentes, de expulsar y exterminar a los población árabe de Palestina, que Tierra Santa también para el Islam. Hace algún tiempo el jefe sionista Dr. Chaim Weizmann declaró que un día el norte de África será un puente entre los dos principales centros judíos: Nueva York y Jerusalén. Estados Unidos y Gran Bretaña apoyan por todos los medios los planes judíos, ahogando con el terror, la sangre y el fuego las protestas de los árabes y los musulmanes.

De un extremo del mundo islámico al otro, cuatrocientos millones de musulmanes sufren el dominio de las potencias aliadas, a las que se ha unido el bolchevismo ateo y destructor, cruel opresor de cuarenta millones de musulmanes. Lugares de culto y mezquitas fueron destruídos, dignatarios islámicos brutalmente asesinados. También la política anglosajona se ha cobrado numerosas víctimas entre los musulmanes, hombres, mujeres y niños. Todos estos hermanos, eliminados por los intereses de la plutocracia judía en Palestina, en Hadramaut, en Irak, Egipto y la Unión Soviética, nunca serán olvidados, ni por árabes ni musulmanes. La guerra actual, desencadenada por los judíos, es la oportunidad que se les presenta a los musulmanes para liberarse de la persecución y el terror impuesto continuamente en la tierra de sus antepasados. Que la Fiesta del Sacrificio recuerde a cada uno de ustedes que tiene que combatir esta lucha por la libertad con un espíritu de sacrificio cada vez más grande “.
En abril de 1943, el Gran Mufti fue personalmente invitado a Croacia por los musulmanes en la región para combatir la yihad en las filas del SS-kroatische Freiwilligen-Division, establecida en febrero de ese año. La división, que incluía a 20.000 bosnios y cientos de albaneses, se transfirió a la parte central y sur de Francia, a Le Puy, a 60 km al sur-oeste de St. Etienne, donde entrenaría bajo el mando del SS Obersturmbannführer bosnio Husein-Beg Biscevic. En febrero del año siguiente, cuando la división retornó a Bosnia, los voluntarios que respondieron al llamado del Mufti y se apresuraron a enrolarse son tan numerosos, que es necesario crear una segunda división. Y por eso, además de la división que se formó en Le Puy, que el 15 de mayo 1944 recibirá la denominación definitiva de 13. Waffen-Gebirgs-Division der SS “Handschar” (kroatische No. 1), nació la 23. Waffen-Gebirgs-Division der SS (kroatische N º 2), que se llamaría “Kama”. En septiembre de 1944, las dos divisiones se unieron en la IX. Waffen-Gebirgs-Korps der SS, mientras que los albaneses fueron encuadrados en una división de la nueva formación: la 21. Waffen-Gebirgs-Division der SS. En octubre de 1944, se constituyó otro regimiento musulmán. Los residuos de estas formaciones musulmanas seguirán luchando en Austria hasta el 7 de mayo de 1945, cuando los británicos los capturaron y los hicieron masacrar a todos por los titoístas, en Maribor.

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Tras la derrota del Eje, el gran muftí fue detenido en la frontera con Francia para ser puesto bajo arresto domiciliario. Dado que los franceses se negaron a entregarlo a los británicos, que lo hubieran procesado como “criminal de guerra”, los terroristas judíos del Irgun planearon un secuestro. Enterado de este proyecto, el Mufti huyó de Francia el 29 de mayo de 1946, para llegar a El Cairo. El gobierno egipcio respondió con una negativa a la solicitud de entrega del Mufti hecha por el cónsul británico en Egipto, pero le mantuvo bajo control estricto y le impiden ir a Palestina.
El 11 de junio, sin embargo, la Liga Árabe designó al Mufti como presidente del Comité Supremo Árabe de Palestina. Obtuvo una libertad casi total de la acción en Egipto y estableció su sede en El Cairo. Al-Haj Amin al-Husayni reorganizó el Ejército de Liberación de Palestina (al-Jihad al-Muqaddas) bajo el mando de Abdalqadir al-Husayni, unió en un mismo cuerpo político diferentes organizaciones y grupos, e instituyó un “Tesoro árabe” encargado de procurar los fondos para financiar la lucha.
El 29 de noviembre de 1947, cuando la ONU aprobó la Resolución 181 que establecía la partición de Palestina en un Estado judío y un Estado palestino, el Gran Mufti de Palestina y comités religiosos reafirmaron la indivisibilidad de Palestina. De hecho, el Mufti respondió a la resolución de la ONU mediante el envío de sus muyahidin para realizar una serie de operaciones militares en los territorios palestinos.
El 15 de mayo de 1948, cuando los ingleses dejaron Palestina y los sionistas proclamaron el nacimiento de su entidad política, los ejércitos árabes entraron en el territorio palestino. El Mufti conservó el comando de su formación militar y se fue a Safad, para establecer un estado árabe en el norte de Palestina, pero el Rey Abdallah de Jordania, actuando de acuerdom a los planes ingleses y controlado por el general John Bagot Glubb, saboteó los movimientos del Mufti y favoreció a los sionistas, por lo que el 19 de julio el conflicto terminó con la derrota árabe. El 22 de septiembre se formó un gobierno palestino en Gaza y el Mufti fue elegido presidente del nuevo estado, que fue reconocido por todos los gobiernos árabes, excepto por el de Abdallah, por lo cual el Mufti fue obligado por los egipcios para regresar a El Cairo y el rey de Jordania pudo proceder a la anexión de la Franja de Gaza.
Si, por un lado, esto provocó la disminución de los éxitos políticos del Mufti, éste, por otra parte, no cesó de dedicar toda su energía a la causa palestina, obteniendo una serie de resultados en el ámbito internacional. En febrero de 1951, presidió la Conferencia Islámica Mundial en Karachi, declaró frente de las delegaciones de cuarenta y cinco países que la liberación de Palestina es un deber de la comunidad musulmana, por lo que la Conferencia adoptó una resolución que comprometía a todos los musulmanes del mundo a apoyar la lucha contra sionismo. El Mufti encabezó una delegación palestina en la Conferencia Islámica del año siguiente, que aprobó una resolución similar. El papel de al-Haj Amin al-Husseini fue reconocido también por la URSS a finales de febrero de 1953, en el apogeo de la campaña stalinista contra los médicos judíos del Kremlin y dos semanas después de que Moscú hubiera roto las relaciones diplomáticas con Israel, el Ministro de Exteriores soviético Andrei Visinski invitó a Moscú el Grand Muftì5. En 1955, la delegación encabezada por el Mufti asistió a la Conferencia de Bandung, donde los países afro-asiáticos declararon su apoyo a la causa palestina.

http://1.bp.blogspot.com/-SQ31soxFXdQ/Tal2_ycSc-I/AAAAAAAABZU/qNu89D8N0wA/s1600/Gran+Mufti+con+Naguib%2C+Nasser%2C+Sadat+1953.jpeg

Mohammed Amin al-Husseini con Gamal Abdel-Nasser
Al deteriorarse la relación con Nasser debido al conflicto entre los Hermanos Musulmanes y el Raís egipcios, Amin al-Husayni se trasladó el 15 de agosto 1959 a Beirut la sede del Comité Supremo Árabe de Palestina. En 1961 estuvo en la India, Pakistán y La Meca, donde organizó la Conferencia Mundial de apoyo islámico a la causa palestina, que tuvo lugar en Bagdad en mayo de 1962.
Dos años más tarde, en marzo de 1964, el primer Consejo Nacional Palestino sancionó la formación de la Organización para la Liberación de Palestina, y elegió presidente a Ahmad al-Shuqayri. Aunque estaba convencido de que el único representante del pueblo palestino era el Comité Supremo Árabe y por lo tanto no aprobó la creación de la OLP, Amin al-Husseini dió su pleno apoyo al nuevo cuerpo cuando vio que gozaba de la confianza de los palestinos. El 27 de diciembre asumió en Somalia la presidencia de la Sexta Conferencia Islámica, que reafirmó su apoyo a la causa palestina.
Tras permanecer treinta años fuera de Jerusalén, el Gran Mufti regresó en marzo de 1967, en vísperas de la agresión sionista contra los países árabes. Fue una acogida triunfal, sólo superada por el impresionante cortejo fúnebre en Beirut que siete años más tarde acompañó  los restos mortales del incansable muyahid: al-Haj Amin al-Husayni accedió a la Tierra Santa celestial el 4 de julio 1974.

1. Autobiografía de Malcolm X, Turín 1967, p. 389.
2. “El Gran Mufti es un hombre que en la política no tiene sentimentalismos. Cabello rubio y ojos azules, a pesar de su cara demacrada, parece ser que tiene más de un ancestro ario. No es imposible que la mejor sangre romana sea el origen de su estirpe”. A. Hitler ideas sobre el destino del mundo (trad. ella. Bormann de Vermerke), Padua 1980, vol.III, p. 478.
3. Sobre las relaciones entre el Gran Mufti y Mussolini, ver Renzo De Felice, Il Fascismo e l’Oriente, Bologna 1988, passim e Luigi Goglia, Il Mufti e Mussolini: alcuni documenti italiani sui rapporti tra nazionalismo palestinese e fascismo negli anni trenta, “Storia Contemporanea”, a. XVII, n.6, dicembre 1986, pp. 1201-1253.
4. Incluso antes de la llegada del Gran Mufti de Berlín, se habían verificado bastantes conversiones al Islam. En noviembre de 1938, periódico francés “L’Univers” había publicado un artículo (Les adorateurs de l’Islam) que, incluyendo noticias y declaraciones aparecidas en los periódicos alemanes (“Der Arbeitsmann”, “Fridericus”, etc.), lanzaba este grito de alarma: “Los austriacos ‘restituídos’ al Reich deben saber que, en su nueva capital, las clases dirigentes prefieren la religión de Mahoma al cristianismo y que ésta ve crecer el número de sus miembros, incluso en los registros oficiales.”
5. “La invitación, anunciada precisamente el primer día de la fiesta judía de Purim, fue hecha cuando en todo el Gulag colaboracionistas nazis, guardias ex-fascistas y otros criminales de guerra atacaban a los prisioneros judíos, a quienes decían: ‘Vuestro fin está cerca”. La guerra di Stalin contro gli ebrei, Milano 1991, p.212. Cfr. Yehoshua Gilboa, The Black Years of Soviet Jewry 1939-1953, Boston, Little-Brown 1971, p.318. Así no sería, porque Stalin murió a causa de la fiesta de Purim, que en 1953 caía entre el domingo, 1 de marzo y el lunes, 2 de marzo.



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