Alexandr Dugin: Eurasianism and the political evolution to the Fourth Political Theory
EEUU instruyó a los militares que luego formaron la insurgencia golpista en Mali

EEUU instruyó a los militares que luego formaron la insurgencia golpista en Mali
Red Voltaire | 15 de enero de 2013
“La ayuda de los estadounidenses fue inútil, tomaron la decisión equivocada”, según un alto funcionario militar maliense.
A EE.UU. le salió el tiro por la culata con su programa antiterrorista en Mali: entrenados en la lucha contra los terroristas, unidades militares del país desertaron y formaron las filas de los extremistas islamistas, como los rebeldes tuaregs.
Según el diario ’New York Times’, en los últimos cuatro años Estados Unidos llevó a cabo en la región un programa antiterrorista a gran escala, invirtiendo entre 520 y 600 millones de dólares en el entrenamiento de tropas en Mali. A los militares les enseñaron a patrullar las fronteras y a neutralizar las emboscadas, entre otros métodos de lucha contra el terrorismo.
Sin embargo, en marzo de 2012, después de que los islamistas bien armados provenientes de Libia invadieran el norte de Mali, el general Amadou Sanogo -entrenado por los instructores estadounidenses- encabezó en el país el golpe de estado.
El rotativo precisa que los estadounidenses no sólo no vieron las premisas para un golpe de estado, sino que tampoco tuvieron en cuenta que el mando de las unidades de élite militares fue asignado a los tuaregs, representantes de las tribus en conflicto con el Gobierno central desde hace 50 años. Así, cuando el pasado mes de abril los tuaregs proclamaron un estado independiente Azawad, tres de los cuatro divisiones en el norte de Malí se pasaron al lado de los rebeldes.
“La ayuda de los estadounidenses fue inútil, tomaron la decisión equivocada”, comentó al diario uno de los altos funcionarios militares malienses, que explicó que los militares “desertaron cuando más se les necesitaba”, llevándose consigo tropas, armas, camiones y enseñando sus habilidades adquiridas a los extremistas. “Fue un desastre”, concluye.
Ahora Estados Unidos ha empezado a brindar apoyo en materia de transporte y comunicaciones a Francia en el marco de la operación que persigue expulsar a los islamistas del norte de Mali, en cuyas filas hay algunos tuaregs entrenados por ellos mismos. La escalada de violencia en el norte de Mali, ocupado por grupos separatistas, degeneró en una resolución de la ONU que autorizó el pasado jueves un “despliegue rápido” de la fuerza internacional a una carta con una solicitud de ayuda enviada por el Gobierno de Bamako.
La intervención francesa en Mali: ¿cortina de humo para los problemas internos?
Francia “debe empezar con la resolución de las disputas internas con sus minorías”, opina el activista político John Rees.
La intervención de Francia en Mali es solo una decisión política del presidente francés, François Hollande, que tiene como objetivo distraer del incumplimiento de sus promesas electorales, opinó ante RT el activista político John Rees. El activista subrayó que “hemos oído muchas veces” que París está librando una guerra contra el terrorismo en Afganistán, Irak, Libia y ahora en Mali, pero el resultado es justamente lo contrario de lo esperado.
“No había tanta presencia de Al-Qaeda en Irak antes de la invasión como ahora. Al-Qaeda no se había extendido a Pakistán antes de la invasión en Afganistán como ahora”, explicó Rees, subrayando que además “la intervención en Libia ha llevado directamente a la propagación de Al-Qaeda en Mali ahora”.
El activista expresó que si los franceses quieren hacer algo de verdad para reducir el antagonismo entre el Estado y la comunidad musulmana, tanto en Francia como en el extranjero, deben empezar con la resolución de las disputas internas con sus minorías. “Eso sería un paso mucho más significativo que los bombardeos de otro país musulmán”, recalcó.
Además, Rees considera un error por parte del Gobierno de Mali dirigirse en busca de ayuda a “las personas responsables desde los tiempos coloniales de tanto desastre en esa parte del mundo”. “Tan solo una pequeña mirada al Norte y al Oriente nos explicaría que en Oriente Próximo la atención constante de los poderes imperiales venía agravando los problemas generación tras generación en vez de mejorar la situación”, concluyó.
El miembro del Colectivo Internacional Ojos para la Paz, Flavio Signore, opina que el verdadero objetivo de la intervención militar en Mali no es solo distraer la atención de los problemas internos, sino también apoderarse de los recursos naturales. “Occidente claramente utiliza estos grupos de rebeldes, los arma y los desarma a sus anchas, los utiliza para desestabilizar a los países y después poder intervenir y de alguna manera controlar su territorio, los recursos económicos”, explicó.

Entrevista de Natella Speranskaya (GRANews) al autor de éste blog
Recientemente tuve el honor de ser entrevistado por Natella Speranskaya, activista rusa del Movimiento Eurasiático de Aleksandr Dugin, directora del Departamento de Planeamiento Estratégico de dicha organización y de GRANews (Global Revolutionary Alliance)
La entrevista apareció, en su versión original en inglés, en la web de GRANews, tras lo cual la traduje para TM.
http://www.granews.info/content/fourth-political-theory-interview-felix-h-widerstand
Natella Speranskaya: ¿Cómo descubriste la Cuarta Teoría Política? ¿Y cómo evalúas sus posibilidades de convertirse en una ideología de masas en éste siglo XXI?
Felix H. Widerstand: Descubrí la Cuarta Teoría Política tras investigar en busca de formas de organización política alternativas. Comprendí que los desfasados conceptos de “izquierda” y “derecha” son fraudulentos e ilusorios, creados para engañar a la gente con el fin de dividir, y que debe haber una forma real de combatir contra la globalización y resistir el “Nuevo Orden Mundial” que se está implementado por el occidente bajo control sionista (USrael y su colonia “UE”).
De esa forma, descubrí el tercer-posicionismo, y me convertí en un defensor de los movimientos nacional-revolucionarios en el marco de un orden geopolítico multipolar (En los países árabes tienen el baazismo, el nasserismo; en Latinoamérica tienen peronismo, bolivarianismo; y en nuestros países tenemos el Eurasismo). Ésto también se conoce como el “nacionalismo internacional”; contra el chauvinismo y el racismo, pero a favor de la preservación de todas las identidades y de todas las culturas. Veo el Eurasismo, o la Cuarta Teoría Política, como una forma contemporánea de resistencia para aquellos de nosotros que vivimos “desde las Islas Canarias hasta Vladivostok”. Como resistencia contra el sistema plutocrático, materialista y economicista disfrazado de “democracia”, y contra el imperialismo cultural estadounidense.
Las posibilidades de convertirse en una fuerza ideológica importante son de momento todavía escasas en mi opinión (por lo menos para los occidentales), debido al lavado de cerebro constante al que nuestra sociedad está expuesta. Consumismo, individualismo, mammonismo, y todo tipo de inmundicia son promovidos sistemáticamente por los medios de comunicación. El primer paso debe consistir en difundir la idea, para abrir los ojos de la gente, haciéndoles saber que otras formas de organización social son posibles. Entonces, necesitamos buenos líderes capaces de movilizar a la gente, líderes que sepan mantenerse firmes y desafiantes contra el Nuevo Orden Mundial, defendiendo siempre la soberanía nacional, a toda costa.
La mejor forma de organización política es, en mi opinión, un estilo de vida tradicional, donde los valores espirituales sean respetados, el orgullo colectivo fomentado, y donde se implemente la justicia social; contra la usura, la explotación y el capitalismo.
Pero estas ideas son vistas como “extremistas”, “fascistas” y “antidemocráticas” tanto por la izquierda políticamente correcta como por la derecha políticamente correcta.
Natella Speranskaya: Leo Strauss, al comentar la obra fundamental de Carl Schmitt “El concepto de la Política” nota que a pesar de toda crítica radical incorporada contra el liberalismo, el mismo Schmitt no lo sigue ya que se mantiene en el ámbito del liberalismo. “Sus anti-liberales tendencias, – dice Strauss, – siguen siendo limitadas por” la sistemática del pensamiento liberal “que no ha sido superado hasta el momento, que – como Schmitt mismo reconoce -” a pesar de todos los fracasos no pueden ser sustituidos por cualquier otro sistema en la Europa de hoy” . ¿Qué considerarías como una solución al problema de la superación del discurso liberal? ¿Podría tenerse en cuenta la Cuarta Teoría Política de Alexander Dugin como una posible solución? La teoría que está más allá de las tres grandes ideologías del siglo 20 – el liberalismo, el comunismo y el fascismo; y que está en contra de la doctrina liberal.
Felix H. Widerstand: En efecto, la doctrina liberal (capitalismo salvaje, plutocracia, usura) es el sistema económico parasitario utilizado por los imperialistas USA (los sionistas, porque los sionistas no están sólo en “Israel”, sino también en Washington y Nueva York) con el fin de controlar el mundo y destruir la soberanía económica y nacional de todos los países que aún aplican políticas independientes y que no se inclinan ante la globalización. Lo hemos visto muy recientemente en Libia, lo hemos visto en Irak, en Yugoslavia, y estamos presenciando lo mismo con los eventos que ocurren en Siria. ¡Qué casualidad que todos los países que están siendo destruidos por los belicistas tenían un sistema bancario independiente y no eran seguidores de la doctrina liberal!
Leo Strauss fue el principal responsable de perpetrar la ideología “neocon”, era un partidario de la supremacía sionista como todos sus poderosos y hoy activos discípulos (Elliott Abrams, Paul Wolfowitz, Charles Krauthammer, Richard Perle, Douglas Feith, etc, etc – todos éstos deleznables criminales tienen una agenda muy perversa)
La solución contra el liberalismo es restaurar la soberanía nacional y económica de todos los países, en un mundo geopolíticamente multipolar. Tenemos que salir de la “Unión Europea”, salir del Banco Mundial; Grecia (por ejemplo) debería dejar de pagar intereses a los banksters de Goldman Sachs, aquellos estados que quieran recuperar su soberanía nacional deben dar la espalda a todas estas organizaciones globalistas internacionales que, de manera orwelliana, están esclavizando a los países en nombre de la “libertad y democracia”.
Veo la organización y el activismo del Prof. Dugin como una muy buena alternativa para luchar contra ese sistema.
Natella Speranskaya: ¿Estás de acuerdo en que hoy existen “dos Europas”: la una – la liberal (que incorporan la idea de la “sociedad abierta”, los “derechos humanos”, los matrimonios del mismo sexo, etc) y la otra Europa (“una Europa diferente”) – políticamente comprometida, pensadora, intelectual, espiritual, que considera el status quo y la dominación del discurso liberal como un verdadero desastre y como una traición a la tradición europea-¿Cómo valoras las posibilidades de victoria de una “Europa diferente” sobre la “primera”?
Felix H. Widerstand: Por supuesto, esas dos Europas existen, la primera nos está siendo impuesta por los arquitectos masónicos de la agenda liberal – véase el “plan Kalergi” – en particular desde que la llamada “Escuela de Frankfurt” (Horkheimer, Adorno, Marcuse … ) comenzó a difundir todo tipo de basura y veneno para destruir la sociedad y aniquilar los valores tradicionales europeos por medio de su “marxismo cultural” y lo “políticamente correcto”, que (por cierto) influyó directamente en las protestas de mayo del 68 en Francia (una operación de la CIA, la primera “revolución de color”, mucho antes que la de Ucrania) con agitadores como Cohn-Bendit, para derrocar al presidente De Gaulle, que no se inclinó ante la OTAN como se esperaba de él.
Esta “Europa liberal”, que poco a poco nos va asfixiando, es tristemente la tendencia mayoritaria, especialmente en Occidente. La “otra” Europa, la “diferente”, es la que resiste a esta guerra psicológica, a esa estrategia de dominio. Somos la minoría. Pero ésta Europa espiritual, tradicional, orgullosa y consciente de sus raíces y dispuesta a preservar su identidad y su soberanía es geográficamente mucho mejor representada por el este: Veo a Rusia como una gran esperanza para todos los europeos.
Natella Speranskaya: ”No hay nada más trágico que la incapacidad de entender el momento histórico que estamos atravesando actualmente, – señala Alain de Benoist – éste es el momento de la globalización posmoderna”. El filósofo francés pone de relieve la importancia de la cuestión de un nuevo Nomos en la Tierra o una forma de establecer relaciones internacionales. ¿Cómo crees que será el Cuarto Nomos? ¿Estás de acuerdo en que el nuevo Nomos va a ser multipolar y Eurasiático (transición de universum a pluriversum)?
Felix H. Widerstand: Sí, debemos redescubrir nuestro pasado, para entender mejor nuestro presente, porque sólo si entendemos nuestro presente seremos capaces de construir nuestro futuro. Una visión del mundo multipolar, como el propuesto por el movimiento de Eurasia, es la única alternativa a la hegemonía planetaria contra el “One World” de los imperialistas.
Natella Speranskaya: ¿Piensas que la era de la raza blanca europea ha terminado, y que el futuro estará determinado por las culturas y sociedades asiáticas?
Felix H. Widerstand: Yo más bien diría que la raza blanca europea ha sido forzada a su fin en Europa, debido a la ingeniería bio-social, y a un muy cuidadoso y bien preparado programa concebido a largo plazo (recordemos el plan Kalergi).
Es cierto que los asiáticos (sobre todo las masas chinas e indias) superan numéricamente a los europeos de manera abrumadora, y también los africanos… Son muy numerosos, mientras que blancos cada vez menos y menos.
En este contexto de las culturas asiáticas, es triste señalar que la gran nación japonesa, con una heroica historia y tradición, ha sido americanizada hasta la médula en las últimas décadas, convirtiéndose también una corrupta sociedad capitalista-mercantilista, casi tan deprimente como la “civilización” occidental moderna.
Natella Speranskaya: ¿Consideras que Rusia es una parte de Europa o aceptas la idea de que Rusia y Europa representan dos civilizaciones diferentes?
Felix H. Widerstand: Considero a Rusia una civilización propia, algo particular, pero con raíces europeas. Hoy en día, hay una diferencia muy grande entre la mentalidad del europeo occidental promedio y la de los rusos (y otros europeos del este), porque los rusos y los europeos orientales todavía no están tan corrompidos por el veneno occidental, y todavía son capaces de preservar su cultura y su identidad.
Natella Speranskaya: Las ideologías contemporáneas se basan en el principio de laicidad. ¿Dirías que se avecina un retorno de la religión, el retorno de la sacralidad? Si es así, ¿en qué forma? ¿Consideras que sea el islam, el cristianismo, el paganismo o cualquier otra forma de religión?
Natella y Adriana Ratmirskaya, también activista del Movimiento Euroasiático, junto al Gran Muftí de Siria, Ahmed Badreddin Hassoun
Felix H. Widerstand: Las ideologías contemporáneas que proliferan en Occidente desde los tiempos de la Revolución Francesa y que se reafirmaron en el siglo XX con las corrientes freudo-marxistas propagan, efectivamente, el laicismo y el ateísmo. Los arquitectos masónico-talmúdicos detrás de éstas ideologías modernas saben perfectamente que éste es el mejor método para debilitar a una sociedad: mediante la difusión del individualismo y condenando el comunitarismo y la espiritualidad: “Divide y vencerás!”
El Cristianismo ha sido infiltrado y destruido desde dentro en el mundo occidental, y casi todo lo que queda (en cuanto a iglesias organizadas) es corrupto (el Vaticano, las sectas protestantes, etc.) Sólo en el Oriente, como en Rusia, la fe ortodoxa representa todavía una alternativa espiritual.
El Islam, por su parte, ha demostrado ser una buena manera de resistencia para los países musulmanes. En particular, la corriente chiíta , practicada principalmente en Irán, y que conserva también algunas influencias del antiguo zoroastrianismo persa. Pero también dentro del Islam hay una tendencia que trata de destruir la religión desde dentro, como un caballo de Troya: Es el wahabismo saudí, el tipo “calvinista” del Islam. Esos fanáticos wahabitas (o salafistas) están siendo apoyados por Occidente; ésta es la principal ideología detrás de “Al-Qaeda” y todos los grupos terroristas que extendieron el caos sobre Libia y que están tratando de destruir Siria. Además, ésta es la ideología de los terroristas chechenos, y de los yihadistas bosnios en las guerras yugoslavas de los años 90. Ésta perversión demoníaca, que no tiene nada que ver con el verdadero Islam (como el erudito Imran Hosein y muchos otros verdaderos musulmanes han señalado), está siendo utilizada por Occidente como como mercenarios, como “tontos útiles”, y como marionetas.
El imperialismo sionista está tratando de poner al Cristianismo y al Islam el uno contra el otro (“Choque de civilizaciones”), para destruir a ambos con mayor facilidad. ¡Y lo triste es que están saliéndose con la suya! Debemos despertar y darnos cuenta de quién es el verdadero enemigo.
Aunque simpatizo con el antiguo paganismo, creo que tenemos que tener mucho cuidado con los tendencias “neo-paganas” modernas que se están promoviendo en Occidente desde la época de los “hippies”; toda esta falsa espiritualidad del “New Age” forma también parte de ese plan para hundir la culturas y las sociedades.
En mi opinión, cada nación, cada cultura, debe estar unida a su propia tradición espiritual, estar orgullosa de ella y mantenerse cohesionada y fuerte. Lo vemos en los líderes nacionales de países soberanos como el presidente Chávez de Venezuela, quien es un ferviente católico, o con el presidente Lukashenko de Bielorrusia, que es un devoto cristiano ortodoxo. Asimismo, el mártir Gaddafi, era un firme creyente en el Islam (alentó el sufismo y los estudios islámicos en Libia). Condenó el terrorismo wahabí y ha señalado con razón que esta ideología repugnante no es nada más que una infiltración del occidente sionista en el mundo árabe-musulmán.

Discurso a la nación del Presidente Assad, 6/1/13 (en español)
Discurso a la Nación del Presidente de Siria, Dr. Bashar Al-Assad, 6 de enero de 2013
http://elcaminodehierro.blogspot.com.es/2013/01/discurso-la-nacion-del-presidente-de.html
Presidente del Gobierno y Ministros, líderes de las organizaciones populares y juveniles, asociaciones libres, hermanos y hermanas:
Ello muestra su brutalidad y, así mismo, su actividad de robo. Muestra cómo arrebatan la riqueza y todo medio de subsistencia cotidiano al Pueblo, y así es que el Pueblo está pasando hambre. ¿Es esto acaso una lucha de poder?; ¿o se trata de una confrontación entre la nación y sus enemigos?. ¿Es una confrontación de poderes?; ¿o es una venganza contra el Pueblo, quien no dio a esos terroristas asesinos la mínima cancha en su proyecto de dividir Siria y su sociedad?. Son el enemigo del Pueblo, y el enemigo del Pueblo es el enemigo de Dios, quienes irán al infierno el día del Juicio.
De todos modos, cuanto más brutalmente golpeaban ellos, mayor era la perseverancia del Pueblo en su resistencia. Había ya sido descubierta su verdadera identidad, y decidieron tomar venganza contra el Pueblo, sin importarles contra quién y sin efectuar distinción alguna. Llamaron, a esto, Revolución, y, sin embargo, ello no tiene nada que ver con Revolución. Las revoluciones requieren de intelectuales. Las revoluciones están basadas en ideas. ¿Dónde están los intelectuales, los pensadores…?. ¿Quién es el intelectual de esta revolución?. Las revoluciones necesitan líderes; ¿quién conoce al líder de esta revolución?. Así mismo, las revoluciones se fundamentan también en la educación y el pensamiento, y no en la ignorancia. Las revoluciones están basadas en impulsar al país hacia adelante, y no en devolver al país siglos atrás. En abastecer el país; no en sabotearle la electricidad. La revolución es del Pueblo y para el Pueblo, y no la “revolución” de aquellos que penetran en el país desde el exterior para operar contra los intereses del Pueblo. Pues Revolución es sólo aquella que procede a favor de los intereses del Pueblo.
Y así fue como los extremistas vieron un único camino: el de actuar desde la retaguardia, incrementando la intensidad de los asesinatos. Al ser la idea de introducir las acciones extremistas en la existencia, es algo inédito en Siria, tuvieron que importar desde el exterior, tanto a los individuos como las ideas.
Y aquí, la cuestión se hizo la siguiente: los terroristas y los takfiristas, quienes habían tenido las miras puestas en Al-Qaida, mientras se auto-denominaban “yihadistas”, estaban acudiendo desde todo el Mundo. Ellos se pusieron a liderar las operaciones terroristas sobre el terreno, y armaron elementos para ponerlos acto seguido en retaguardia, mientras el Pueblo tuvo que resistir sus secuestros y sus sabotajes. Son sirvientes y espías humillantes, trabajando para los takfiristas y para los asesinos, quienes no hablan lengua alguna excepto la de la agresión y de la mutilación de cuerpos.
De todos modos, dicho terrorismo era tozudo continuó extendiéndose y tomando lugar al interior de las propias sociedades “occidentales”. Este fenómeno se internó en el Mundo Árabe y especialmente en Siria, lo que constituyó una oportunidad para aquellas bandas instaladas en “occidente”, quienes condujeron –o enviaron- la mayor cantidad posible de terroristas hasta Siria, con objeto de atrapar a esta tierra en la “yihad”. Así que dos tipos de angustiantes enemigos tiñeron sus manos, al mismo tiempo, de rojo: las manos de los terroristas y de quienes, a través de estos, estaban debilitando a Siria desde “occidente”.
Existe una organización relacionada con el estudio del terrorismo, quien hace uno o dos meses me reportó un escrito en torno a la disminución de las operaciones terroristas, especialmente en Asia Oriental y Central. Sí: pues muchos de los terroristas que han entrado a Siria provienen de esos áreas, así como otros muchos provienen de países “occidentales”.
De todos modos, hay otros aspectos muy nocivos relativos a la crisis, que no son internos. En lo que concierne a la dimensión externa, está muy claro qué pretenden: algunos están tratando de dividir Siria, y otros intentan debilitarla, estando, algunos de ellos, avituallando a los asesinos con dinero y armas. Y, otros más, los abastecen de su apoyo. Los países enemigos de Siria han estado abasteciendo la ocupación del país y las hostilidades, hecho que no nos extraña. Por su parte, otros países vecinos intentan debilitar Siria practicando el asedio contra ella, mientras otros persiguen catapultar su posición en la historia, construyéndose ese itinerario a base de sangre del Pueblo sirio y del árabe. De todos modos, el Pueblo sirio es más fuerte, y prometió a sus enemigos la victoria sobre ellos.
Sin embargo, la comunidad internacional no acaba en “occidente”. Muchos entre los países del Mundo, Rusia y China para empezar, junto con los demás países que componen los BRICS y otros muchos más, rechazan la injerencia en los asuntos del país y en la campana de de-civilización, basándose en los Principios, en los intereses y en el libre propósito del Pueblo por decidir su propio Destino. Me gustaría expresar todo el agradecimiento a todos estos países, entre ellos Rusia, China, Irán y a todos los países que han permanecido en apoyo a Siria contra todas las tentativas de regirla en sus asuntos internos. Estos países, si algo ven de parte del Pueblo sirio, es admiración. Apreciamos lo que han hecho por nosotros.
La contradicción, aunque algunas personas creen que ha sido entre oposición y los partidos gobernantes, no es tal. Pues la contradicción entre poder y oposición gira entorno a cómo construir el Estado; no entorno a cómo destruirlo. Gira entorno a cómo progresar y a cómo desarrollar el Estado; no a cómo hacer involucionar al Estado décadas.
La relación oposición-poder es una relación interna. De todos modos, cuando una fracción de la oposición interna guarda relación política con el exterior, entonces la contradicción deviene contradicción entre lo interno y lo externo, esto es, entre la independencia nacional y la hegemonía sobre la nación. Entre permanecer en Soberanía y libres, o ser ocupados políticamente por poderes extranjeros. De tal modo que la situación es transformada en una cuestión de defensa de la nación en su integridad: todo el mundo se une para defenderse contra el asedio extranjero, que está empleando instrumentos internos.
Cuando hablamos de oposición extranjera no nos estamos refiriendo al lugar de residencia de esa gente, sino al lugar de enclave de esos corazones y esas mentes. A qué lugar están vinculados, con qué Estados están enlazados y, lo más importante, quiénes les están financiando. A esto me refiero cuando hago uso del término “foráneo”, y no a si esa gente vive dentro o fuera de Siria, pues se puede estar atacando al país o defendiéndolo tanto desde fuera como desde dentro. Hay gente defendiendo el país aunque viva fuera de Siria.
Dentro de esta guerra, al tiempo que defendemos el país, ponemos en marcha toda reforma precisa, hecho que, por otro lado, no puede cambiar la naturaleza de la guerra, y sin embargo nos fortalece, fortalece nuestra unidad y pone en nuestras manos inmunidad contra esta guerra. Algunos piensan que estas reformas van a resolver el problema: no. Constituyen un factor, pero reformas sin seguridad es tanto como seguridad sin reformas. La una no puede fructificar sin la otra.
Lo hemos dicho y volvemos a decirlo. Esos que afirman que Siria ha adoptado “la seguridad por solución”, no nos escuchan. Hemos dicho y vuelto a decir que portamos la política y las reformas en una mano, y la eliminación del terrorismo en la otra. Y a todos aquellos que intentan desfigurar la verdad, les decimos: quienes están sujetos a un asedio y a un ataque, no eligen “solución de seguridad”, sino que tienen necesidad de defenderse. Defenderse es sí o sí; es básico; es requisito permisivo para cualquier solución, pero no es en sí mismo “la elección de una solución”.
Así pues, cuando el Estado defiende al Pueblo, y el Pueblo a la nación, ¿por qué esa gente declara que “elegimos la solución basada en seguridad”?. Defender la nación es un deber; es un deber constitucional legal y legítimo. Es una necesidad; no hay opción. ¿Qué está defendiendo el Pueblo?: a sí mismo. Así que, si resistimos abiertamente hasta la fecha…
Quiero decir: si nos hubimos decidido desde el principio por alcanzar la solución política, ello no significa que estemos rehusando u omitiendo defendernos. Habernos decidido desde el principio por consumar la solución política, significa, en cambio, que necesitamos un compañero. Un compañero con capacidad y perspectiva de avanzar a través del proceso político, así como de entrar en un proceso de diálogo a escala nacional. Y, si nos decidimos por la solución política pero no podemos avistar compañero, ello no significa que no deseemos la solución política. Significa que no hemos visto compañero durante el periodo previo.
De todos modos, ¿con quién mantener un diálogo?. ¿Con gente poseedora de una ideología extremista y que no creen más que en el lenguaje de la sangre, del asesinato y del terrorismo?. ¿Acaso voy a dialogar con bandas, receptoras de órdenes exteriores y sujetas a los dictados extranjeros?. Esos Amos exteriores dan a estas bandas directrices de no mantener diálogo, pues saben que el diálogo supondría obstáculo a la culminación de sus planes de debilitación de Siria. Especialmente desde aquellos países donde los poderes oficiales creen que Siria quedará despojada de su futuro político si es encenagada en esta crisis. Por eso es que esos Estados entrampan a sus propias poblaciones en mentiras y emplean sus propios recursos en dar apoyo a los terroristas. Pero no pueden justificar por más tiempo su involucración política en mancharse de sangre y asesinar civiles. ¿Acaso vamos a entrar en diálogo con marionetas, quienes juegan su papel en la medida en que “occidente” va dándoles cuerda?. ¿Vamos a dialogar con los esclavos?. No: dialogaremos con sus Amos.
Con respecto a “occidente”, éste es el “occidente” del colonialismo, y se trata de una fuerza, y una forma de poder, practicante de la política de la división. Son ellos quienes bloquean el camino al diálogo. Pues tienen la función de dar dictamen. Y nosotros tenemos función de mantener la independencia, la libertad y la libre toma de decisiones. Y ese ejercicio nuestro les ha humillado. No podemos, en cambio, humillarnos nosotros.
Así mismo, aquellos que hablan exclusivamente de solución política están obviando estos hechos. Los ignoran, o bien son destructores que intentan amarrar al Pueblo y a la nación a aquellos criminales a quienes dan soporte. Están vendiendo gratis al Pueblo y la sangre de éste, y eso es algo que no vamos a permitir.
Si miramos las cosas desde esta perspectiva comprehensiva, pensando que hay muchas dimensiones articuladas combatiendo el terrorismo –la política, el Hecho social específico…-, entonces, para afrontar esta crisis y este enorme crimen, debemos profundizar en la ruta social.
Así que me gustaría saludar a toda esa gente que es capaz de hacer estas aportaciones a la nación, de acuerdo a sus propias capacidades. Conozco algunas de estas personas y con algunas de ellas me he reunido directamente. Y de algunos otros he sabido. Quienes quiera que sean estos “soldados desconocidos”, queremos saludarles y transmitirles que estamos muy honrados por sus iniciativas.
Deseamos dialogar con los partidos políticos e individuos que no venden nuestro país al exterior. Deseamos dialogar con aquellos que depongan las armas, y así la sangre árabe siria deje de ser derramada. Serán compañeros reales y leales toda persona que desde el ánimo nacional trabaje en pro de los intereses de Siria; por su seguridad, su estabilidad y su independencia, basando sus propósitos en nuestros Principios y normas de Soberanía del Estado y de su independencia en la toma de decisiones. Así como en los Principios de la Carta de Naciones Unidas, de la Ley internacional, todo ello expresado como Principios de Soberanía de las naciones, independencia del territorio, integridad y no intervención en asuntos internos.
Y, dado que creemos en la necesidad de diálogo entre los hijos de Siria y el liderazgo del país, y creemos también en dar una amnistía segura una vez más así como en restaurar la civilidad, la solución política en Siria será la que sigue:
Número dos: Para encontrar un mecanismo de que todo el mundo tendrá garantizado lo relativo al elemento anterior, haremos hincapié en la articulación del control fronterizo.
Número tres: El Gobierno actual empezará directamente a mantener contactos comprehensivos con todo miembro de la sociedad siria y con la comunidad, con todo el arco de partidos y asociaciones con vistas al mantenimiento de sesiones de diálogo abierto así como una Conferencia Nacional de Diálogo donde, la totalidad de partidos que aspiran a solución en Siria, puedan participar, no importa si están establecidos dentro o fuera de Siria.
Número dos: Esta cuestión quedará sujeta a referéndum popular.
Número tres: El Gobierno comprehensivo estará formado por todos los componentes de la sociedad siria, que serán representados, y será el encargado de implementar los diferentes artículos políticos de la Carta.
Número cuatro: La Constitución quedará también sujeta a referéndum; después de haber sido adoptada, quedará expuesta a ratificación. Por su parte, el Gobierno seguirá adelante con el proceso poniendo en marcha las sesiones de diálogo nacional, en concordancia con la nueva Constitución, incluyéndose una nueva Ley electoral. Así, serán celebradas nuevas elecciones parlamentarias, también en concordancia con la Constitución.
Podemos afirmar que, si el diálogo las elabora y ellas están en consonancia con la Constitución, el Gobierno seguirá adelante y aplicará estas leyes electorales.
Segundo, celebración de una Conferencia General para la Reconciliación Nacional y aplicación de una amnistía a todos aquellos que hayan sido arrestados debido a los eventos. Aun así, se les exigirá contribuir en reparar los derechos civiles lesionados, participando en rehabilitación de infraestructuras, reconstrucción y compensación de todos aquellos que han sufrido sus “avances”.
En lo que respecta a esta Amnistía General, ésta será declarada al mismo tiempo que son garantizados los derechos de la población civil, pues el Estado tiene el derecho de de revisar su decreto si la amnistía está comprometiendo los derechos de los civiles.
De todos modos, pensamos que, si llegamos a alcanzar esta fase, la amnistía debe ser general, y aprobada, no por la nación en general, sino en primer lugar contando con aquellas personas que tienen derechos (por haber sido personalmente objeto de agresión, ellas o sus familias). Entonces, realmente, podremos alcanzar la reconciliación, desde el momento en que cada uno perdone al otro –en que cada persona perdone a la otra.
De todos modos, hablemos de todo ello, pero dentro del contexto: estamos viviendo en la era de la fabricación –en la era de las falsas alegaciones. No nosotros; ésta es la situación general. Falsas alegaciones en contraposición a los procesos reales. Corregiré todas las ideas y las tendencias que han estado pronunciándose. Hay que decir, primero, que, en lo que se refiere a la perspectiva de la seguridad, muchas personas me han expresado su desacuerdo, mientras que otras pueden sentirse contrariadas o adoptar la impresión de que estamos volviendo atrás. Quiero declarar ante todo el mundo que no cesaremos en nuestra respuesta al terrorismo, mientras quede un solo terrorista. Así que el análisis comunicado no significa que estemos volviéndonos laxos en el combate contra el terrorismo. Al contrario: cuanto más fortalecemos nuestro avance combatiente contra el terrorismo, mayor es la posibilidad de consumar estas ideas con éxito.
Así que, después de haber sido aprobadas estas ideas, que el Gobierno sostiene, lo cierto es que cualquier iniciativa formulada por cualquier nación debe atenerse a esta base de ideas, y ser de tal modo que ayude a dichas ideas. No vamos a perder nuestro tiempo, ni hacérselo perder a los demás, contemplando formulaciones extrañas a esta esfera mencionada.
Así pues, si nos preguntamos cómo pueden ayudarnos las iniciativas externas, debemos atenernos a dos perspectivas: la eficiencia política y combatir el terrorismo. En lo que gira en torno a la primera, no necesitamos asistencia, pues nosotros, los sirios, somos capaces de avanzar en un proceso político comprehensivo. Aquel que quiera ayudar a Siria, en un sentido práctico, efectivo y honesto, tiene que ser capaz de enfocar sus propuestas hacia detener la penetración en Siria de las bandas armadas, de los arsenales y de su financiación. Este es el mensaje a dar a todos aquellos que trabajan desde el exterior: han de focalizarse en eso que ellos mismos deberían hacer. No queremos que nadie venga a decirnos que debemos hacer en relación al proceso político. Somos un país añejo y sin necesidad de managers para sus propios asuntos.
Y, al respecto, nos hemos referido ya a Ginebra, formulación que fue apoyada por Siria, y a un artículo ambiguo incluido en esa declaración, relativo a la fase de transición. Dicho artículo no aparece explicado, y ello se debe a una razón: porque, cuando hablamos de un periodo de transición, lo primero que tenemos que establecer es entre quienes se habla, es decir, de qué Estado a qué Estado: ¿De un Estado libre e independiente a un Estado sometido a ocupación, por ejemplo?. ¿O de un país con Estado a un país sin Estado y en complicada situación?. ¿O no estaremos caminando, desde tomar una decisión nacional e independiente, entregar la toma de esta decisión a extranjeros?. Por supuesto, nuestros enemigos desean nadar en libertad, solicitando al mismo tiempo el cumplimiento de esta perspectiva entreguista. Pero, andar el periodo de transición, es andar un proceso que va desde la inestabilidad a la estabilidad. Cualquier otra explicación del periodo carece de sentido.
Bajo una situación distinta –si no hubiera crisis-, estaríamos encarados hacia una mejor situación, y ello constituiría parte del desarrollo –parte de un proceso de desarrollo. Respeto cualquier faceta de transición, pero cualquiera de ellas debe venir de la mano de medios sirios. Así que, desde nuestra perspectiva, ¿qué estamos haciendo?. Estos puntos representan el periodo de transición.
Así que cualquier cosa que sea acordada en Siria o fuera de Siria debe llegar basada en el decidir popular. Por tanto, incluso si cualquier Carta específica debe ser ratificada por la Conferencia de Diálogo Nacional, no será aprobada sin ser sometida a referéndum. Pues con vistas a cada asunto de este calibre, debe procederse a referéndum popular, y especialmente dentro de estas difíciles circunstancias que atravesamos.
Así pues, cualquier propuesta que recibamos de fuera o dentro de Siria, o cualquier petición de reunión por parte de cualquier actor, deben ser ratificadas por referéndum popular. Es decir: ni por el Presidente, ni por el Gobierno, ni por el diálogo. Ello representa una garantía de que los pasos que tomemos reflejen el consentimiento del Pueblo y el interés nacional.
Y, si entendemos todo esto –y creo que he hablado con claridad y sencillez-, así mismo todo aquel que viene a Siria o vive en Siria sabe que los sirios aceptamos los consejos y no los dictados. Acepta ayuda y no acepta opresión. De modo que, cualquier cosa que podáis oír, o que halláis oído antes –ideas, eslóganes, puntos de vista, iniciativas, hombres de Estado en los medios de “información”…-; nada de esto es importante. Los eslóganes “primaverales” son nada más que pompas de jabón.
Cualquier explicación, en relación cualquier cuestión, que como explicación sea ajena a la Soberanía siria, es mero sueño. Ellos tienen derecho a soñar. Pueden vivir en su propio mundo onírico, pero, sin embargo, no pueden hacer que vivamos en su sueño. No avanzaremos un solo paso, excepto si son pasos relativos al Pueblo sirio; al interés de Siria y de su Pueblo.
Los sirios perdonan y amnistían. De todos modos, la dignidad y la consciencia nacional forman parte del bagaje del Pueblo sirio. La mayoría de los sirios se alzaron para enfrentarse contra terrorismo. Algunos de ellos dieron valiosa información a los servicios de inteligencia con objeto de que las autoridades sirias estuvieran en condiciones de cumplir con su deber de prevenir operaciones terroristas lanzadas contra los ciudadanos. Y algunos de ellos, además, se alzaron directamente contra los terroristas y los neutralizaron: pudieron darles rechazo en sus propias áreas o bien tomaron la calle en protesta contra los terroristas. Hay mártires también en el transcurso de esas protestas. Y algunos de ellos defendieron, espalda con espalda, junto a las fuerzas armadas, por las ciudades, los suburbios y las infraestructuras. Podemos citar gran número de ejemplos, y, sin embargo, permitid que me refiera al caso de un pueblo pequeño, en el Norte de Siria (en Hasaka): me refiero al pueblo de Ras al-Ain.
Desde el interior de este pueblo, la juventud de la región, fronteriza con Turquía, se defendió, por muchos días, de los reiterados ataques terroristas, los confrontaron, los repelieron y fueron capaces, en fin, de devolver a los terroristas a Turquía, desde donde habían estado acudiendo hacia el pueblo. Este pueblo fue, así liberado. Y, también, entre esta juventud, hubo quienes convinieron y perdonaron, llevados por un “instinto” de reconciliación nacional. Este entendimiento bloqueó el camino a los terroristas, transformando la situación en un sentido de detener la escalada y alcanzar la calma.
Así pues, en mitad de los problemas mencionados, todo ese Pueblo se levantó, decidiendo que había llegado la hora de darse, y, así, se ha ofrendado a sí mismo sin poner límite. Y algunos de esos hijos del Pueblo fueron martirizados. Cayó su sangre y en su fluir arrastró a aquella falsa “primavera”. Ellos han protegido al Pueblo respecto de ese embaucamiento, que podía, de otro modo, haber alcanzado éxito al inicio. La sangre, aunque “occidente” la llamó “primavera”, era, en realidad, fuego, que golpeaba incendiando todo aquello que tocaba, encendido por el sectarismo, odio ciego y divisiones. Así que no era “primavera”, excepto para aquellos que lo habían planeado y que intentaron darle rienda. Y aquí, ellos, están fallado.
Así que me gustaría saludar, porque lo merecen, a quienes consuman y salvaguardan esos derechos: al propio Pueblo y a los hombres del Ejército Árabe Sirio. Me gustaría saludar a los Generales, a los Oficiales, a los heroicos soldados, quienes –todos ellos- están sacrificándose con sangre y sudor para proteger Siria, y para quienes Siria es más importante que ellos mismos. Saludo a las fuerzas armadas, quienes están sobrellevando la más brutal especie de guerra. Ellas están determinadas a retornar la socialidad y la seguridad al Pueblo, por medio de dispersar el terrorismo.
Nuestras fuerzas armadas, que cruzaron la línea de la heroicidad a través de la cohesión nacional y de la perseverancia, son reflejo de la resistencia popular y la corriente del Pueblo. El ejército ha protegido a los ciudadanos, y el Pueblo ha protegido al ejército, arropándolo y dándole apoyo. La heroicidad es para todo aquel soldado caído en batalla. La heroicidad para todos y cada uno de los soldados que tomaron sus armas y se sacrificó con su sangre a fin de completar la misión bajo la que otros habían caído.
Me gustaría saludar, también, a cada ciudadano que ha cumplido su deber de mantenerse en apoyo de las fuerzas armadas, se halla desarrollado este apoyo de un modo o de otro, de acuerdo a las capacidades respectivas de cada uno. Son el orgullo más valioso de Siria, y sus nombres serán esculpidos en la historia, porque están escribiendo historia con su sangre y su coraje. Han sido y son todavía los contra-fuertes del Pueblo, codo con codo con quienes sostienen la nación.
Y, desde el profundo respeto por las lágrimas de las madres, son lágrimas que limpiarán a los hijos, y serán, en cambio, fuego e infierno para los asesinos y los criminales que asesinan a nuestros hijos. Y también serán fuego e infierno para quienes tratan de robar el futuro a nuestros hijos y el futuro de nuestro país; ellos intentan arrebatar el país a nuestros hijos. Siria re-emergerá de todo esto más fuerte de lo que era antes. No nos doblegaremos ni haremos concesiones que traicionaran nuestros Principios. No abandonaremos los derechos ni daremos alivio a quienes están debilitando Siria desde dentro.
Quienes creen que, para nosotros, los territorios ocupados se reducen a los Altos del Golán, se hallan en un error. Los territorios ocupados son, para nosotros, la integridad de Palestina, que es nuestra allegada. Hemos sacrificado una inmensidad -mártires y sangre- por Palestina, y seguiremos respaldando la Resistencia contra el enemigo. Resistencia es comportamiento; no sólo gente. Resistencia es ideas; no significa concesiones con objeto de extraer provecho de las “oportunidades”. Y el Pueblo ama a quien toma determinación y responsabilidad en lo que concierne a mantener el apoyo al Pueblo palestino; determinación que comporta sangre, retos y un precio que cada ciudadano paga de distintos modos, presiones y exposición a amenazas.
Este Pueblo y este Destino no pueden ser, bajo ningún concepto, separados de la misma posición que ocupan junto con nuestros hermanos palestinos. Por esa razón, cualquier tentativa de situar a los palestinos junto a la ocupación que vivimos, se propone distorsionar el núcleo de enfoque respecto de nuestro enemigo real. Y por eso constituyen propósitos fallidos incluso antes de su inicio mismo. Pues los palestinos en Siria están cumpliendo con su compromiso hacia la que es su segunda nación. Ni más ni menos que como cualquier sirio. Y hoy, en Siria, el Pueblo nos anima a tomar la responsabilidad de hacer aquello que debemos. Nuestro deber de ampararlos; de amparar a todo sirio. De modo que saludamos a todo honorable palestino dentro de Siria, que vive con empeño y aprecia las instancias sirias, sintiéndose uno con la sangre y el Destino del Pueblo sirio, y rechazando considerar Siria como un hotel que se abandona cuando las cosas se ponen mal.

Base militar de Rota, gastos para España, provecho para EEUU

Base militar de Rota, gastos para España, provecho para EEUU
“Una colaboración tan estrecha con los EE.UU. en el marco de la geopolítica internacional va a tener sus consecuencias, más allá incluso del secretismo que normalmente lleva aparejado este tipo de acuerdos (…) son los norteamericanos quienes ponen sus condiciones”, según expresa Rekondo, al referirse a la reciente visita del saliente jefe del Pentágono, Leon Panetta, a Madrid, en la que junto a su homólogo español, Pedro Morenés, trataron el tema de la instalación de cuatro destructores con sistema Aegis en Rota, como parte del despliegue del escudo antimisiles de EE.UU. en Europa.
Para Juan Luis González Pérez, analista internacional, el despliegue del escudo antimisiles de la OTAN en la base militar española de Rota es parte de la estrategia estadounidense para asegurar que Washington pueda atacar primero cuando le convenga.
“Bush se retiró unilateralmente en 2001 del Tratado de Misiles Antibalísticos que firmaron Nixon y Brézhnev con el fin de instalar este escudo y organizar una nueva campaña, que es una carrera armamentística, y que lo único que pretende es lograr que los EE.UU. tengan la posibilidad de atacar primero con garantías de que no haya respuesta de sus enemigos (…) por lo tanto, el escudo, como su propio nombre nos puede decir, no es un arma defensiva, es un arma puramente ofensiva que lo que hace es romper todos los equilibrios sobre los que se ha sustentado la seguridad mundial en los últimos años”, según González Pérez.
Hace 47 años, el 17 de enero de 1966, dos aviones estadounidenses, un bombardero estratégico B-52 y un avión cisterna KC-135, chocaron sobre la localidad almeriense de Palomares debido a un fallo en la maniobra de acoplamiento, las cuatro bombas termonucleares trasportadas por el B-52 cayeron en territorio español, intoxicando una zona de 226 hectáreas.
La organización Ecologistas en Acción insiste en que, a pesar de todos los esfuerzos realizados a lo largo de medio siglo, unas 60 hectáreas en la zona siguen contaminadas, y advierte que con el paso del tiempo la situación se agrava; por lo que los ecologistas reclaman una acción inmediata por parte del Gobierno estadounidense.
La base de Rota, instalada en 1955, y que es la puerta de entrada al Mediterráneo, a mitad de camino entre EE.UU. y Oriente Próximo, acogerá en 2014 cuatro buques destructores americanos en el marco del sistema antimisiles: el mayor incremento de presencia militar norteamericana en el territorio de España en las últimas décadas.
mf/ybm/hnb

Mali: Una guerra puede esconder la llegada de otra
Desde la época de Nicolas Sarkozy, con Laurent Gbagbo, Muammar el-Kadhafi y Bachar al-Assad, la diplomacia francesa viene practicando el beso de Judas. El 19 de diciembre de 2012, el presidente Francois Hollande llega a Argel para “besar” a su homólogo argelino Abdelaziz Bouteflika. Tres semanas después, el mismo Hollande enciende la antorcha de la guerra en Mali… para incendiar Argelia.
Mali: Una guerra puede esconder la llegada de otra
http://www.voltairenet.org/article177189.html
Preparada desde hace mucho tiempo y anunciada con 6 meses de anticipación por el presidente francés Francois Hollande, la intervención francesa en Mali ha sido presentada como una decisión urgente tomada en respuesta a incidentes dramáticos e inesperados. Esa puesta en escena no sólo tiene como objetivo apoderarse del oro y el uranio malienses sino que abre además el camino a la desestabilización de Argelia.
Como dice el proverbio francés, «El apetito viene al comer». Después de recolonizar Costa de Marfil y Libia, y de tratar de apoderarse de Siria, Francia mira nuevamente hacia Mali para tratar de atacar el flanco de Argelia.
Durante la agresión contra Libia, franceses y británicos recurrieron ampliamente a la utilización de islamistas para combatir el poder establecido en Trípoli ya que, después de lograr la ocupación de Bengazi, los separatistas de la región libia de Cirenaica no estaban interesados en derrocar a Muammar el-Kadhafi. En el momento de la caída de la Yamahiria, yo fui personalmente testigo del recibimiento que los miembros del Consejo Nacional de Transición reservaron a los dirigentes de AQMI [1] en el hotel Corinthia, que acababa de ser tomado por un grupo británico especializado traído expresamente de Irak. Era evidente que el próximo blanco del colonialismo occidental sería Argelia y que AQMI tendría un papel que desempeñar en ello. Pero yo no veía en aquel momento qué conflicto podía ser utilizado para justificar una injerencia internacional.
Y París orquestó un escenario que introduce la guerra en Argelia, desde Mali.
Poco antes de que la OTAN tomara Trípoli, los franceses lograron sobornar varios grupos tuareg. Tuvieron tiempo de financiarlos abundantemente y de armarlos, pero ya era tarde para que desempeñaran algún papel en el terreno. Con el fin de la guerra, esos grupos regresaron al desierto.
Los tuareg son un pueblo nómada que se mueve en el Sahara central y en los bordes del Sahel, o sea en un vasto espacio dividido entre Libia y Argelia, así como Mali y Níger. Obtuvieron la protección de los dos primeros Estados, pero fueron abandonados por los otros dos. Debido a ello, desde los años 1960 los tuareg no han dejado de cuestionar la soberanía de Mali y de Níger sobre las tierras del pueblo tuareg. Lógicamente, los grupos que Francia armó decidieron utilizar esas armas para concretar sus reclamos en Mali. El Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) toma entonces el poder en casi todo el norte de Mali, donde viven sus miembros. Pero un grupúsculo de islamistas tuareg, conocido como Ansar Dine y vinculado a AQMI, aprovecha la situación para imponer la sharia en varias localidades.
El 21 de marzo de 2012 se produce en Mali un extraño golpe de Estado. Un misterioso «Comité Nacional por la Reconstrucción de la Democracia y la Restauración del Estado» (CNRDRE) derroca al presidente Amadou Toumani Touré y proclama su intención de restaurar la autoridad maliense en el norte del país. El resultado es una gran confusión dado que los golpistas son completamente incapaces de explicar de qué modo su acción puede traer alguna mejoría en la situación del país. El derrocamiento del presidente Toumani Touré resulta particularmente extraño ya que se produce sólo 5 semanas antes de la elección presidencial ya programada y el presidente saliente no aspira a la reelección. El CNRDRE, que se compone de oficiales formados en Estados Unidos, impide la realización de la elección presidencial y entrega el poder a uno de los candidatos, el francófilo Dioncounda Traoré. El traspaso del poder –sin elecciones– es legalizado por la CEDEAO [2], cuyo presidente no es otro que Alassane Ouattara, puesto en el poder un año antes mediante una intervención militar de Francia en Costa de Marfil.
El golpe de Estado acentúa la división étnica en Mali. Unidades de élite del ejército maliense (formadas en Estados Unidos) comandadas por elementos de la comunidad tuareg se unen a la rebelión con todo su armamento.
El 10 de enero, Ansar Dine –con el apoyo de otros grupos islamistas– ataca la ciudad de Konna. Y sale así del territorio tuareg para extender la imposición de la ley islámica al sur de Mali. El presidente de transición Dioncounda Traoré decreta el estado de urgencia y solicita la ayuda de Francia. París interviene, en cuestión de horas, para impedir que la capital, Bamako, caiga en manos de los islamistas. Asombrosamente previsora, la presidencia de Francia ya había preposicionado en Mali elementos pertenecientes al 1er Regimiento Paracaidista de Infantería de Marina (conocido en Francia como «la coloniale») y al 13er Regimiento de Dragones Paracaidistas, varios helicópteros del Comando de Operaciones Especiales, 3 aviones Mirage 2000D, 2 Mirage F-1, 3 aviones de transporte C135, un avión de transporte táctico pesado C130 Hercule y otro avión de transporte táctico C160 Transall.
En realidad, es muy poco probable que Ansar Dine haya representado en algún momento una verdadera amenaza ya que la verdadera fuerza combatiente no son los islamistas sino los nacionalistas tuareg, que no tenían ninguna intención de avanzar hacia el sur de Mali.
Argelia es uno de los numerosos Estados a los que Francia solicita ayuda para concretar su intervención militar en Mali. Argel se ve entonces ante una difícil disyuntiva: colaborar con la antigua potencia colonial o arriesgarse a enfrentar un reflujo terrestre de los islamistas. Después de un periodo de duda, el gobierno argelino acepta abrir su espacio aéreo al tránsito de los militares franceses. A pesar de todo, un grupo islamista no identificado ataca una instalación de producción de gas de British Petroleum en el sur de Argelia, donde se apodera de un centenar de rehenes, no sólo argelinos y franceses sino de diferentes nacionalidades. Evidentemente, el objetivo es internacionalizar el conflicto transportándolo a Argelia.
La técnica injerencista de Francia reproduce la anteriormente utilizada por la administración Bush: utilizar grupos islamistas para crear conflictos y, posteriormente, intervenir e instalarse en el terreno con el pretexto de resolver esos mismos conflictos. Es por eso que la retorica del presidente francés Francois Hollande reproduce la retorica de la «guerra contra el terrorismo», ya desechada por Washington. En ese rejuego aparecen nuevamente los protagonistas habituales: Qatar ha comprado acciones en las grandes empresas francesas presentes en Mali y el emir de Ansar Dine está estrechamente vinculado con Arabia Saudita.
El bombero-incendiario es además aprendiz de brujo. Francia ha decidido reforzar su dispositivo antiterrorista en el territorio nacional, el plan Vigipirate. París no teme en realidad que se produzca una acción de los islamistas malienses en territorio francés, sino un reflujo de los yihadistas presentes en Siria. En efecto, hace 2 años la DCRI [3] favoreció el reclutamiento de jóvenes musulmanes franceses dispuestos a luchar contra el Estado sirio como miembros del Ejército «Sirio Libre». La desbandada de este último está provocando actualmente el regreso de esos yihadistas al país natal, donde pudieran verse tentados –por solidaridad con Ansar Dine– a utilizar las mismas técnicas terroristas que les enseñaron en la guerra contra Siria.
Fuente
Al-Watan (Siria)
Red Voltaire | Damasco (Siria) | 21 de enero de 2013
[1] Siglas de “al-Qaeda del Magreb Islámico”. Nota del Traductor.
[2] Comunidad Económica de Estados de África Occidental
[3] Siglas en francés de la Dirección Central de Inteligencia Interieur, el servicio de inteligencia del ministerio del Interior de Francia. NdT.

Tareq Aziz, la otra verdad – Los crímenes del “Nuevo Orden Mundial”
Tareq Aziz, la otra verdad
Premio al mejor documental en el Silent River Film Festival 2001. Irvine, Los Ángeles.
Un documento gráfico jamás visto sobre la historia de Iraq
Pocos meses antes del ataque y la invasión de Iraq llevada a cabo en marzo de 2003 por la coalición anglo estadounidense, Tareq Aziz, ex vice primer ministro y ex ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Sadam Husseín, concedió una entrevista en exclusiva a Jean Marie Benjamín sobre la historia de Iraq desde 1990 a 2002.
En esta entrevista Tareq Aziz revela todo lo que se ocultó tras la Guerra del Golfo, las actividades de la CIA en Iraq, la infiltración de sus agentes entre el personal de Naciones Unidas y las labores que desarrollaron en Iraq, el desarme y cómo la guerra, tal y como hoy ya sabemos, no fue sino la continuación de las sanciones impuestas con la única finalidad de destruir el Estado de Iraq.
Pedidos a: iraq@iraqsolidaridad.org.
Precio: 6 euros más gastos de envío
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El autor: Jean-Marie Benjamin
Entre 1998 y 2003, el sacerdote católico Jean-Marie Benjamin viajó en numerosísimas ocasiones a Iraq y recorrió el país varias veces. Con regularidad se reunía con Tareq Aziz, hasta tal punto que en febrero de 2003 y ante la inminencia de la guerra organizó el encuentro entre Tareq Aziz y el Papa Juan Pablo II, que haría que este último se pronunciara públicamente a favor de Iraq y en contra de la inminente invasión.
Jean-Marie Benjamin es una figura polifacética donde las haya; hombre de profunda cultura y músico de carrera, se ordenó sacerdote muy tarde, en 1991, lo que no le impidió mantener su propia visión del mundo y su actividad política en defensa de Iraq. Formó parte del personal de UNICEF, Agencia para la Infancia de Naciones Unidas y es el autor del primer libro sobre la utilización de uranio en la Guerra del Golfo por parte del ejército estadounidense: Irak: Apocalypse, (Editions Favre, Lausana, Suiza, 1999); es además autor de otros dos libros sobre Iraq publicados en Italia, donde reside desde hace muchos años, y Francia, su país de origen.
Ha sido productor de varios documentales sobre Iraq, entre ellos Iraq: The Birth of Time (RAI UNO, 1998), Irak: Radioactivité (Film Festival Cinema Vérité, Paris. Octubre de 2008) y el último, que ahora presentamos: Tareq Aziz: La otra verdad (2010-2011).
Ha sido uno de los europeos que ha denunciado ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, la Cámara de los Comunes de Londres y el Parlamento italiano los efectos del embargo en Iraq, la contaminación radioactiva provocada por la utilización de armas con uranio y los efectos de la guerra en la población iraquí.
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Tareq Aziz, condenado a muerte: los crímenes del Nuevo Orden Mundial.
http://elmatinercarli.blogspot.com.es/2010/10/tareq-aziz-condenado-muerte-los.html
Bagdad/Madrid, 27 octubre 2010. El mundo civilizado, o lo que de él va quedando, contempla con horror (pero sin sorpresa) el penúltimo acto de la farsa y tragedia que se representan en Iraq desde su ocupación por las tropas del Nuevo Orden Mundial (N.O.M.) y la imposición por éste de la ley islámica en aquel antaño próspero país. Precisamente su papel en el desmantelamiento de los partidos mahometanos integristas y sus redes de terror le ha costado al ex Viceprimer Ministro y Ministro de Asuntos Exteriores Tareq Aziz que el Tribunal Supremo del Gobierno de ocupación de Iraq le condene a muerte por ahorcamiento. La misma suerte que corrió el Presidente Saddam Husseín, por haber osado enfrentarse a los amos del mundo.
(Noticia de la Agencia Faro)

El sindicalismo revolucionario – Georges Sorel
http://socialismonacionalrevolucionario.blogspot.de/2012/09/el-sindicalismo-revolucionario.html
Georges Sorel
Me he preguntado con frecuencia si no debía insistir en las cuestiones que había tratado, de una manera demasiado breve o demasiado superficial, en el Porvenir socialista de los Sindicatos -aprovechándome de las experiencias ocurridas desde 1897 y de los conocimientos más extensos que he adquirido de los principios del socialismo, -para dar una exposición más clara, metódica y profunda del movimiento sindical. Siempre me ha detenido la extraordinaria amplitud de los problemas que se me presentaban, cuando me ponía a reflexionar sobre estas cosas; por otra parte, estos últimos años han sido singularmente ricos en hechos imprevistos, que han venido a hacer vanas las síntesis que parecían mejor establecidas. Cuando se cree haber hallado un sistema que abarca convenientemente las comprobaciones que se juzgan más importantes, un estudio más detallado o un incidente fuerzan a abandonar todo.
No estamos aquí en presencia de fenómenos pertenecientes a géneros clásicos, de fenómenos que todo trabajador serio pueda vanagloriarse de poder observar correctamente, definir con exactitud, explicar de manera satisfactoria, utilizando principios aceptados en la ciencia. Los principios faltan aquí en absoluto; es, por lo tanto, imposible llegar a describir con precisión y claridad; a veces, hasta hay que temer un excesivo rigor de lenguaje, porque estaría en contradicción con el carácter fluente de la realidad y ese lenguaje engañaría. Debe procederse por tanteos, probar hipótesis verosímiles y parciales, contentarse con aproximaciones provisionales, para dejar siempre la puerta abierta a correcciones progresivas.
Esta impotencia relativa debe parecer muy despreciable a los grandes señores de la sociología, que fabrican, sin el menor cansancio, vastas síntesis que abarcan una seudohistoria del pasado y un futuro quimérico; pero el socialismo es más modesto que la sociología.
Mi folleto es uno de estos tanteos. Cuando lo escribí, en 1897, estaba muy lejos de saber todo lo que sé hoy; por lo demás, me proponía un fin bastante restringido: llamar la atención de los socialistas sobre el gran papel que podían estar llamados a desempeñar los sindicatos en el mundo moderno. Veía que había muchos prejuicios contra el movimiento sindical y creía que este estudio contribuiría a disipar algunos; para conseguir mi fin, debía tocar muchas cuestiones más que profundizar ninguna.
En aquella época, la idea de la huelga general era odiosa para la mayor parte de los jefes socialistas franceses, y yo creí prudente suprimir un capítulo que había consagrado a mostrar la importancia de esta concepción. Desde entonces, han ocurrido grandes cambios: en 1900, cuando reedité mi artículo, la huelga general ya no era considerada como una simple insania anarquista; hoy es sostenida por el grupo del Mouvement Socialiste. Más de una vez, Jaurés ha dado a entender que era partidario de este modo de concebir la revolución (1); esto ha sucedido cuando ha necesitado el apoyo de los sindicalistas, pero luego ha rechazado esa utopía, que no conviene a los ricos accionistas de su periódico, a los dreyfusistas de la Bolsa ni a las condesas socialistas. Lo que debe atraer nuestra atención es que Lagardelle y Berth, a quienes nadie, en el mundo socialista, gana en talento, en saber y en abnegación, han llegado, mediante la observación y la reflexión, a defender la huelga general; gracias a esto, se han convertido en Francia en los representantes más autorizados del sindicalismo revolucionario.
Quizá no está lejano el momento en que no se encuentre mejor medio de definir el socialismo que por la huelga general; entonces se verá claramente que todo estudio socialista debe hacerse sobre las direcciones y cualidades del movimiento sindical.
En la tesis de la huelga general hay que señalar tres propiedades importantes:
1º En primer lugar, expresa de un modo infinitamente claro, que el tiempo de las revoluciones políticas ha terminado, y que el proletariado se niega a dejar constituir nuevas jerarquías. Esta fórmula no sabe nada de los derechos del hombre, de la justicia absoluta, de las constituciones políticas y de los parlamentos; no niega pura y simplemente el gobierno de la burguesía capitalista, sino también toda jerarquía más o menos análoga a la burguesía. Los partidarios de la huelga general aspiran a hacer desaparecer todo lo que había preocupado a los antiguos liberales: la elocuencia de los tribunos, el manejo de la opinión pública, las combinaciones de partidos políticos. Esto sería, desde luego, el mundo al revés; pero ¿no ha afirmado el socialismo que quería crear una sociedad enteramente nueva? Más de un escritor socialista, demasiado alimentado por las tradiciones de la burguesía, no llega, sin embargo, a comprender tal locura anarquista; se pregunta lo que podría venir después de la huelga general: sólo sería posible una sociedad organizada conforme al plan mismo de la producción, es decir, la verdadera sociedad socialista.
2º Kautsky afirma que el capitalismo no puede ser abolido fragmentariamente y que el socialismo no puede realizarse por etapas. Esta tesis es ininteligible cuando se practica el socialismo parlamentario: cuando un partido entra en una asamblea de deliberación, es con la esperanza de obtener concesiones de sus adversarios; y la experiencia muestra que, en efecto, las obtiene. Toda política electoral es evolucionista, aun admitiendo que muchas veces no obliga a transigir sobre el principio de la lucha de clases. La huelga general es una manera de expresar la tesis de Kautsky de un modo concreto; hasta ahora, no se ha dado ninguna fórmula que pueda llenar el mismo oficio.
3º La huelga general no ha nacido de reflexiones profundas sobre la filosofía de la historia; ha surgido de la práctica. Las huelgas no serían más que incidentes económicos de una importancia social mínima, si los revolucionarios no interviniesen para cambiar su carácter y convertirlas en episodios de la lucha social. Toda huelga, por local que sea, es una escaramuza en la gran batalla que se llama la huelga general. Las asociaciones de ideas son aquí tan simples que basta indicárselas a los obreros en huelga para hacer de ellos socialistas. Mantener la idea de guerra, hoy que tantos esfuerzos se hacen para oponer al socialismo la paz social, parece más necesario que nunca.
Los escritores burgueses, acostumbrados a catalogar las escuelas filosóficas y religiosas por medio de algunas fórmulas breves, conceden una importancia mayor a los axiomas que se leen a la cabeza de los programas socialistas. Con frecuencia han pensado que, criticando estas oscuras declaraciones y demostrando que están vacías de sentido reducirían el socialismo a la nada. La experiencia ha mostrado que tal método no conduce a nada y que el socialismo es independiente de los supuestos principios defendidos por sus teóricos oficiales. Yo compararía a éstos con los teólogos. Un sabio católico, Eduard Le Roy, se pregunta si los dogmas de su religión suministran algún conocimiento positivo sobre algo (2); promulgados para condenar determinadas herejías, parece que se habría conseguido mucha más claridad si se hubiesen limitado a simples negaciones. Los Congresos socialistas, asimismo, harían bien en decir que rechazan ciertas tendencias que se manifiestan en los partidos; si adoptan otro sistema, es porque sus axiomas son de tal modo vagos que puede aceptarlos todo el mundo.
Se afirma con frecuencia que es menester organizar al proletariado en el terreno político y económico para conquistar el poder, con objeto de reemplazar la sociedad capitalista por una sociedad comunista o colectivista, He aquí una fórmula magnífica y misteriosa que puede entenderse de muchas maneras; pero la más sencilla de todas las interpretaciones es la siguiente: provocar la formación de asociaciones obreras, propias para crear la agitación contra los patronos; hacerse el abogado de los obreros cuando están en huelga y pesar sobre las administraciones públicas para que intervengan en favor de los trabajadores; hacerse nombrar diputado con el apoyo de los sindicalistas (3), y usar de su influencia, bien para que obtengan algunas ventajas los electores obreros, bien para que se den puestos a algunos hombres influyentes del mundo trabajador (4); en fin, lanzar de vez en cuando algún discurso resonante sobre las bellezas de la sociedad futura. Esta política está al alcance de todos los ambiciosos, y no exige que se entienda nada de socialismo para practicarla: es la de Augagneur y demás diputados socialistas que no han querido seguir en el partido socialista.
En mi opinión, no debe concederse la menor importancia a toda esta literatura. Los jefes oficiales del partido socialista se parecen, con harta frecuencia, a marinos de agua dulce a quienes el azar hubiese lanzado al gran mar y que navegasen sin saber hallar su camino en un mapa, reconocer las señales y tomar precauciones contra las tempestades. Mientras estos presuntos jefes meditan sobre la redacción de axiomas nuevos, acumulan vanidad sobre vanidad, y creen imponer su pensamiento al movimiento proletario, se encuentran sorprendidos por acontecimientos que todo el mundo espera, fuera de sus conciliábulos de sabios, y quedan estupefactos ante el menor incidente parlamentario (5).
Al mismo tiempo que los teóricos oficiales del socialismo se mostraban tan impotentes, unos hombres ardientes, animados de un sentimiento de libertad, de vigor prodigioso, tan ricos en amor al proletariado como pobres en fórmulas escolásticas, y que sacaron de la práctica de las huelgas una concepción clarísima de la lucha de clases, lanzaban el socialismo por la nueva vía que empieza a recorrer hoy (6).
El sindicalismo revolucionario turba las concepciones que se habían elaborado maduramente en el silencio del gabinete; marcha, en efecto, al azar de las circunstancias, sin cuidarse de someterse a una dogmática y dirigiendo más de una vez sus fuerzas por caminos que condenan los sabios. ¡Espectáculo desalentador para las almas nobles que creen en la soberanía de la ciencia en el orden moderno, que esperan la revolución de un vigoroso esfuerzo del pensamiento, y se imaginan que la idea dirige el mundo desde que éste se ha librado del oscurantismo clerical!
Es muy probable que se hayan perdido muchas fuerzas a consecuencia de esta táctica que, según ciertos intelectuales, merece el nombre de bárbara; pero también se ha producido mucho trabajo útil. Según prueba la experiencia superabundantemente, la revolución no posee el secreto del porvenir y procede como el capitalismo, precipitándose por todas las salidas que se le ofrecen.
El capitalismo no ha salido malparado de lo que se ha llamado su ceguera y su locura: si la burguesía hubiese escuchado a los hombres prácticos, sabios y morales, se habría horrorizado ante el desorden que creaba con su actividad industrial, habría pedido al Estado que ejerciese un poder moderador y habría seguido por una senda conservadora. Marx describe en términos magníficos la obra prodigiosa que ha sido realizada sin plan, sin jefe y sin razón: Como nadie lo había hecho antes que ella, ha mostrado de qué es capaz la debilidad humana. Ha creado otras maravillas que las pirámides de Egipto, los acueductos romanos y las catedrales góticas: ha realizado otras campañas que invasiones y cruzadas. (7).
La burguesía ha actuado revolucionariamente y contra todas las ideas que los sociólogos se forman de una actividad potente y capaz de alcanzar grandes resultados. La revolución se ha fundado en la transformación de los instrumentos de producción, hecha al azar de las iniciativas individuales; pudiera decirse que ha obrado según un modo materialista, ya que nunca la ha guiado la idea de los medios a emplear para conseguir la grandeza de una clase o un país. ¿Por qué no podría seguir el mismo camino el proletariado y marchar hacia adelante sin imponer ningún plan ideal? Los capitalistas, en su furor innovador, no se ocupaban lo más mínimo de los intereses generales de su clase o su patria; cada uno de ellos consideraba únicamente el mayor beneficio inmediato. ¿Por qué los sindicatos han de subordinar sus reivindicaciones a altos intereses de economía nacional y no se han de aprovechar todo lo posible de sus ventajas cuando las circunstancias les son favorables? El poder y la riqueza de la burguesía se basaban en la autonomia de los directores de empresa. ¿Por qué no se ha de basar la fuerza revolucionaria del proletariado en la autonomía de las rebeliones obreras?
En efecto, el sindicalismo revolucionario concibe su papel de esta manera materialista, calcada en cierto modo sobre la práctica del capitalismo. Saca partido de la lucha de clases, como el capitalismo lo había sacado de la concurrencia, empujado por un vigoroso instinto de producir una acción mayor de lo que permiten las condiciones materiales. Los individuos que se precian de conocer la ciencia social y la filosofía de la historia, se muestran muy desconfiados al ver manifestarse instintos tan indisciplinados; se preguntan, con una inquietud a veces cómica, adónde conducirá semejante barbarie; se preocupan de prever las reglas que el proletariado deberá adoptar cuando las fuerzas difusas de la revolución se concentren, se organicen y tengan necesidad de órganos reguladores. Hay en toda esta actitud de los doctos infinita ignorancia.
No he de recordar a los compatriotas de Vico lo que este gran genio ha escrito sobre las condiciones en medio de las cuales se producen los ricorsi, estos sobrevienen cuando el alma popular vuelve a estados primitivos; cuando todo es instructivo, creador y poético en la humanidad. Vico encontraba en la Edad Media la ilustración más firme de su teoría; los comienzos del Cristianismo serían incomprensibles si no se supusiese, en los discípulos entusiastas, un estado análogo al de las civilizaciones arcáicas. El socialismo no puede aspirar a renovar el mundo si no se forma de la misma manera.
No nos asombra, pues, ver a las teorías socialistas caer unas después de otras, mostrarse tan débiles cuando el movimiento proletario es tan fuerte; entre ambas cosas no hay más que un lazo artificial. Las teorías han nacido de la reflexión burguesa (8); se presentan, por lo demás, como perfeccionamientos de filosofías éticas o históricas, elaboradas en una sociedad que ha llegado, desde hace mucho, a los grados más altos de intelectualismo; estas teorías nacen, pues, ya viejas y decrépitas. A veces dan la ilusión de una realidad que les falta, porque expresan con fortuna un sentimiento accidentalmente unido al movimiento obrero y se deshacen tan pronto como ese accidente desaparece. El sindicalismo revolucionario que no toma nada del pensamiento burgués, tiene, en cambio, el porvenir abierto ante sí.
El sindicalismo revolucionario encarna, a la hora presente, lo que hay en el marxismo de verdadero, de profundamente original, de superior a todas las fórmulas: a saber, que la lucha de clases es el alfa y omega del socialismo; que no es un concepto sociológico para uso de los sabios, sino el aspecto ideológico de una guerra social emprendida por el proletariado contra todos los jefes de industria; que el sindicato es el instrumento de la guerra social.
Con el tiempo, el socialismo sufrirá la evolución que le imponen las leyes de Vico: deberá elevarse por encima del instinto y hasta puede decirse que esto ha comenzado ya; el marxismo rejuvenecido y profundo que defienden en Francia Lagardelle y Berth, en Italia valerosos escritores, en medio de los cuales brilla Arturo Labriola, es ya el producto de tal evolución. La sabiduría y profunda inteligencia de estos jóvenes marxistas, se manifiestan en que no pretenden anticiparse al curso de la historia y tratan de comprender las cosas a medida que se producen.
Yo quisiera llamar ahora muy brevemente la atención sobre algunas de las dificultades más graves que presenta el sindicalismo revolucionario.
a) Hemos partido de la idea de que el sindicalismo persigue una guerra social, pero se nos objeta que la guerra no puede ser considerada, a la hora presente, como el régimen normal de los pueblos civilizados; la guerra no es más que un incidente y todos los esfuerzos de la gente razonable tienden a hacer este incidente más caro y menos temible. ¿Por qué no introducir la acción diplomática en la guerra social, para conseguir la paz?
Hay una gran diferencia entre la guerra de los Estados y la de las clases. Ninguna potencia aspira ya a la monarquía universal, todas fundan su política en un ideal de equilibrio; de este modo, los conflictos se hacen muy limitados y la paz puede resultar de concesiones recíprocas. El proletariado, en cambio, persigue la ruina completa de sus adversarios y determina la noción de equilibrio por la propaganda socialista; las huelgas no pueden originar una verdadera paz social.
Cuando los sindicatos se hacen muy grandes, les ocurre lo mismo que a los Estados: los estragos de la guerra son entonces enormes, y los directores vacilan en lanzarse a aventuras. Muchas veces los defensores de la paz social han confesado que desearían que las organizaciones obreras fuesen muy poderosas para que de este modo estuvieran condenadas a la prudencia. Así como entre los Estados estallan a veces guerras de tarifas, que terminan por lo general en tratados de comercio, del mismo modo, el establecimiento de acuerdos entre grandes federaciones patronales y obreras, podría poner término a los conflictos sin cesar renacientes. Estos acuerdos, como los tratados de comercio, tenderían a la prosperidad común de los dos grupos, sacrificando algunos intereses locales. Al mismo tiempo que se hacen prudentes, las federaciones obreras grandes llegan a considerar las ventajas que les procura la prosperidad de los patronos y a tener en cuenta los intereses nacionales. El proletariado se ve así arrastrado a una esfera extraña a él, se transforma en el colaborador del capitalismo; la paz social parece próxima a convertirse en el régimen normal.
El Sindicalismo revolucionario conoce esta situación tan bien como los pacificadores y teme las centralizaciones fuertes; actuando de una manera difusa, puede mantener en todas partes la agitación huelguística: las guerras largas han engendrado o desarrollado la idea de patria; la huelga local y frecuente no cesa de rejuvenecer la idea socialista en el proletariado, de fortalecer los sentimientos de heroismo, de sacrificio y de unión, y de mantener siempre viva la esperanza de la revolución.
b) Se ha hecho observar que las antiguas revoluciones no han sido pura y simplemente guerras, sino que han servido para imponer sistemas jurídicos nuevos. ¿A qué puede tender la nueva revolución social?
Ya he dicho que las fórmulas teóricas oficiales del socialismo son muy poco satisfactorias; mas si se parte de la idea sindicalista, se ve uno naturalmente conducido a considerar la sociedad bajo un aspecto económico: todas las cosas deben reducirse al plano de un taller que marcha con orden, sin perder el tiempo y sin dejarse guiar por el capricho.
Si el socialismo aspira a transportar a la sociedad el régimen del taller, nunca se concederá bastante importancia a los progresos que se hacen en la disciplina del trabajo, en la organización de los esfuerzos colectivos, en el funcionamiento de las direcciones técnicas. En las buenas costumbres del taller está evidentemente la fuente de donde saldrá el derecho futuro; el socialismo herederá no sólo los instrumentos que hayan sido creados por el capitalismo y la ciencia que haya nacido del desarrollo técnico, sino también los procedimientos de cooperación que a la larga se habrán constituído en las fábricas, para sacar el mejor partido posible del tiempo, de las fuerzas y aptitudes de los hombres.
Estimo, en consecuencia, muy lamentables ciertos consejos que se han dado, más de una vez, a los obreros para desperdiciar el trabajo; el sabotaje es un procedimiento del antiguo régimen y no tiende en modo alguno a orientar a los trabajadores en el camino de la emancipación. En el espíritu popular quedan aún numerosas supervivencias lamentables de este género, que el socialismo debía hacer desaparecer.
c) Es evidente que en una sociedad las relaciones de los hombres no pueden estar reguladas únicamente por la guerra; en nuestros países democráticos, sobre todo, infinitas complicaciones hacen imposible mantener el estado de guerra en todos los dominios. Examinemos sumariamente los principales terrenos en los cuales se efectúa la unión:
1° Cuando se habla de la democracia, hay que preocuparse menos de las constituciones políticas que de lo que ocurre en las masas populares: la difusión de la prensa, la pasión con que el público se interesa por los acontecimientos y la influencia que la opinión pública ejerce sobre los gobiernos; he aquí lo que debemos tener en consideración. Todo lo demás, es secundario o no sirve sino de auxiliar a esta organización de la voluntad general. La experiencia enseña que la clase obrera no es la menos ardiente en tomar partido sobre cuestiones que no tienen ninguna relación con sus intereses de clase: leyes que tocan a las libertades, resistencia que determinadas Ligas oponen a los abusos, política exterior, anticlericalismo. Ha podido, pues, decirse que la democracia borra las clases. Más de una vez, los jefes de los partidos socialistas han tratado de encerrar al proletariado en el círculo de un magnífico aislamiento; pero las tropas no han seguido mucho tiempo a sus jefes. Las más sabias proclamas sobre el deber de los trabajadores resultan letra muerta cuando la emoción es demasiado viva. El asunto Dreyfus es bastante reciente para que sea necesario insistir.
2° Los Parlamentos no cesan de hacer leyes para la protección de los trabajadores; los socialistas se esfuerzan por conseguir que los tribunales inclinen su jurisprudencia en un sentido favorable a los obreros; la prensa socialista trata en todo momento de conmover a la opinión burguesa, apelando a los sentimientos de bondad, de humanidad, de solidaridad; es decir, a la moral burguesa. Los antiguos utopistas que esperaban una reforma social de la benevolencia o de las luces de los capitalistas mejor informados, han sido motivo de befa; y hoy parece que el socialismo recobra la vieja rutina y que solicita la protección de la clase que, con arreglo a su teoría, es la enemiga irreconciliable del proletariado. Los radicales hacen avances en el sentido de la legislación social, con la esperanza de que desaparezcan ciertos estados agudos que constituyen, en su opinión, la única razón de ser del socialismo. Los católicos sociales siguen el mismo camino, porque exigen de los ricos el cumplimiento del deber social.
Los socialistas no se han dado aún exacta cuenta de lo que produce esta política (9): no parece dudoso que haya tenido por consecuencia desarrollar el espíritu pequeño-burgués en muchos hombres elevados a puestos de responsabilidad por la confianza de sus compañeros.
3° El proletariado moderno está sediento de instrucción. La Iglesia ha creído que podría conquistar una gran influencia sobre su espíritu mediante la escuela; el Estado, en Francia, le disputa a la Iglesia con encarnizamiento la clientela obrera. Empero, se tendría una idea muy inexacta de la influencia ideológica de la burguesía, si nos atuviésemos a las estadísticas escolares; el proletariado está bajo la dirección de una ideología extraña, gracias al libro sobre todo. Muchas veces se ha deplorado que no haya una buena literatura socialista; pero en Francia, por lo menos, esta literatura es prodigiosamente débil y Ia gran prensa socialista está en manos de burgueses que hablan sin pies ni cabeza de todas las cosas que ignoran.
Cuando se reflexiona sobre estos hechos, se ve uno obligado a reconocer que la fusión de las clases sociales por los católicos sociales y los radicales, no es quizá una quimera tan absurda como pudiera pensarse de primera intención: no sería imposible que el socialismo desapareciese por un fortalecimiento de la democracia, si el sindicalismo no estuviera ahí para oponerse a la paz social. La experiencia porque acabamos de pasar en Francia de gobiernos deseosos de dar amplias satisfacciones a la clase obrera, no es bastante para hacer pensar que estas tentativas, por hábiles y audaces que sean, puedan vencer las dificultades que el sindicalismo revolucionario opone a la paz social; a medida que la democracia avanza, los sindicalistas han alzado el tono de la lucha y el resultado más seguro de esta experiencia parece ser el siguiente: que el instinto de guerra se ha fortalecido en la misma proporción en que la burguesía ha hecho concesiones en vista de la paz.
En mi estudio de 1897 había examinado el sindicalismo de un modo abstracto; quería en aquella época mostrar la gran variedad de recursos que contiene. Mas para estudiar a fondo el sindicalismo revolucionario actual, habría que limitarse a examinar lo que ocurre en un solo país. Las tradiciones nacionales constituyen un elemento considerable en la organización obrera y esta verdad, que nunca se repetirá bastante, aparece aquí con una claridad particular.
No sé si me engaño, pero se me antoja que Italia ofrece un terreno singularmente favorable a la extensión del nuevo socialismo. Posee hoy algunos de los mejores representantes de la doctrina revolucionaria, quizá los que a la hora presente la defienden con mayor autoridad; tiene órganos concebidos con un espíritu excelente, desde el punto de vista socialista, como la Avanguardia y el Divenire. Sería interesante indagar si toda la historia italiana no es el soporte de este movimiento.
El instinto de revolución total es antiguo en Italia y ha podido adoptar aspectos muy distintos; hoy, presta a la idea de huelga general una popularidad que no tiene en los demás países. El espíritu local permanece vivo, y el sindicalismo, por consiguiente, tal vez no está tan amenazado por el burguesismo de las grandes Federaciones como en Francia. La lucha de clases pudiera muy bien tomar en Italia sus formas más espléndidas, y el progreso del sindicalismo italiano deberá ser seguido con atención por todos los socialistas.
Notas
(1) En el Congreso de París, en 1900, había votado en favor de la moción favorable a la huelga general, según el informe analítico oficial; pero, según la copia estenográfica, se habría abstenido.
(2) Eduard Le Roy: Qu’est-ce qu’un dogme? pp. 17-18. I (Tomado de la Quinzaine del 15 de Abril de 1906).
(3 En el Socialiste del 14 de septiembre de 1902, se quejan de que el secretario del sindicato ferroviario y los individuos más sobresalientes de esta asociación hayan trabajado, durante las elecciones, por los candidatos gubernamentales.
(4) En el Socialiste del 24 de febrero de 1901, se ve que el secretario de la Bolsa de Trabajo de Limoges, ha sido nombrado, gracias a la protección de Millerand, para un empleo de 5700 francos por año.
(5) Nada iguala la ingenuidad de nuestros socialistas imaginándose que Millerand no aceptaría una cartera ministerial, sino después de la revolución social, cuando todo el mundo, en la Cámara, sabía que corría tras de un ministerio.
(6) A este renacimiento del socialismo estará ligado, en Francia, el nombre de Fernand Pelloutier, que ha tomado una parte tan activa en la organización de las Bolsas del Trabajo, y que ha muerto antes de haber visto el resultado de la obra a que se había consagrado en cuerpo y alma.
Para muchos socialistas oficiales, Pelloutier fue solamente un oscuro periodista; ¡de tal modo ignoran la verdad sobre el movimiento obrero! El pobre y abnegado servidor del proletariado murió en un estado de miseria en 1901.
(7) Manifiesto comunista.
(8) Exceptúo aquí qué hay de esencial en el marxismo.
(9) Generalmente, los socialistas llaman a la legislación social derecho obrero; error análogo a aquél en que habrían incurrido los autores antiguos si hubiesen llamado derecho burgués al conjunto de reglas relativas a las relaciones que existían entre los señores feudales y los campesinos; la legislación social está fundada en la noción de sangre. Debería llamarse derecho obrero a las reglas que se refieren a todo el cuerpo de trabajadores, y que pueden, perfeccionándose, convertirse en el derecho futuro.

Entrevista de Open Revolt a Dari Dugina
“Vivimos en la era del Final” Una Entrevista con Dari Dugina
Traducido del inglés para TM por Felix W.
http://openrevolt.info/2013/01/23/we-live-in-the-era-of-the-end-a-interview-with-dari-dougina/
Open Revolt se complace en presentar una conversación entre Dari Dugina, de la Unión Juvenil Eurasiática, y nuestro colaborador James Porrazzo .
Dari, la hija de Aleksandr Dugin, además de su trabajo en la Unión Juvenil Eurasiática, dirige el proyecto “Europa Alternativa” para Global Revolutionary Alliance.
Dari, perteneces a la segunda generación de eurasiatistas, hija de nuestro pensador más importante y líder Aleksandr Dugin. ¿Te importaría compartir con nosotros tus pensamientos sobre ser una joven militante a éstas alturas del Kali Yuga?
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Vivimos en la era del Final – que es el fin de la cultura, la filosofía, la política, las ideologías. Ese es el tiempo sin movimiento real; la tenebrosa profecía de Fukuyama del “fin de la historia” se convierte en una especie de realidad. Esa es la esencia de la modernidad, del Kali Yuga. Estamos viviendo en el momento del Finis Mundi. La llegada del Anticristo está en esa agenda. Ésta noche profunda y agotadora es el reino de la cantidad, enmascarado por los conceptos tentadores como Rizoma de Gilles Deleuze: las piezas del Sujeto moderno los mutan en la “mujer-silla” de “Tokyo Gore Police” (película japonesa post-moderna) – el individuo del paradigma moderno se convierte en las piezas de lo dividido. “Dios ha muerto”, y su lugar es ocupado por los fragmentos del individuo. Pero si hacemos un análisis político nos daremos cuenta de que este nuevo estado del mundo es el proyecto del liberalismo. Las ideas extravagantes de Foucault aparentemente revolucionarias en su pathos, después de ser más escrupulosamente analizadas muestran su lado conformista y (secretamente) liberal, que va en contra de la jerarquía tradicional de valores, estableciendo un pervertido “nuevo orden” cuya cúspide está ocupada por el endiosado individuo en su decadencia atomista. Es difícil luchar contra la modernidad, es insoportable vivir en ella – de acuerdo con este estado de las cosas – en el que todos los sistemas se cambian y los valores tradicionales se convierten en una parodia – siendo purgados y objeto de burla en todos los ámbitos bajo los paradigmas modernos. Ese es el reino de la hegemonía cultural.
Y este estado del mundo nos molesta. Luchamos contra él – para el orden divino – para la jerarquía ideal. El sistema de castas en el mundo moderno está completamente olvidado y se ha transformado en una parodia. Pero tiene un punto fundamental. En la República de Platón hay un pensamiento muy interesante e importante: las castas y las jerarquía verticales en la política no son más que el reflejo del mundo de las ideas y del bien superior. Este modelo manifiesta en la política los principios metafísicos básicos del mundo (espiritual) normal. Destruyendo el primordial sistema de castas en la sociedad, negamos la dignidad de lo divino y su Orden. Renunciando al sistema de castas y al orden tradicional, brillantemente descrito por Dumézil, dañamos la jerarquía de nuestra alma. Nuestra alma no es más que un sistema de castas con una amplia armonía de la justicia que une las siguientes tres partes (la filosófica – el intelecto, el guardián – la voluntad, y la comerciante – la lujuria). Luchando por la tradición estamos luchando por nuestra naturaleza profunda como seres humanos. El hombre no es algo terminado – es el objetivo. Y estamos luchando por la verdad de la naturaleza humana (ser humano es esforzarse por la superhumanidad). Eso puede llamarse una guerra santa.
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¿Qué significa para tí la Cuarta Teoría Política?
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Es la luz de la verdad, de algo escasamente auténtico en los tiempos post-modernos. Es el acento justo en los grados de existencia – los acordes de las leyes naturales del mundo. Es algo que crece sobre las ruinas de la experiencia humana. No hay éxito sin los primeros intentos – Todas las ideologías del pasado contenían en ellas algo que les ocasionó el fracaso.
La Cuarta Teoría Política – que es el proyecto de las mejores partes del orden divino que pueden manifestarse en nuestro mundo – del liberalismo rescatamos la idea de la democracia (pero no en su significado moderno) y la libertad en el sentido evoliano; del comunismo incorporamos la idea de la solidaridad, el anticapitalismo, el anti-individualismo y la idea del colectivismo, del fascismo tomamos el concepto de jerarquía vertical y la voluntad de poder – el código heroico del guerrero indoeuropeo.
Todas estas ideologías del pasado sufrieron graves deficiencias – la democracia, con la adición del liberalismo se convirtió en tiranía (el peor tipo de estado según Platón), el comunismo defendió el mundo tecnocéntrico sin tradiciones ni orígenes, el fascismo seguía una mala orientación geopolítica, su racismo era occidental, moderno, liberal y anti-tradicional.
La Cuarta Teoría Política es la transgresión global de estos defectos – el diseño final del futuro (abierto) de la historia. Es la única manera de defender la verdad.
Para nosotros – la verdad es el mundo multipolar, el gran florecimiento de culturas y tradiciones diferentes.
Estamos contra el racismo, contra el racismo cultural y estratégico de la civilización occidental moderna de los EE.UU., que está perfectamente descrito por el profesor John M. Hobson en “La concepción Europocentrica de la política mundial”. El racismo estructural (abierto o subliminal) destruye la encantadora diversidad de las sociedades humanas, ya sean primitivas o complejas.
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¿Encuentras particulares desafíos tanto como mujer joven y como activista en esta época?
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Esta guerra espiritual en contra del mundo (post) moderno me da la fuerza para vivir.
Sé que estoy luchando contra la hegemonía del mal y por la verdad de la Tradición eterna. Se oscurece ahora, pero no está completamente perdida. Sin ella, nada podría existir.
Creo que ambos géneros y cualquier edad tienen sus formas de acceder a la Tradición y sus maneras de desafiar a la Modernidad.
Mi práctica existencial es rechazar la mayoría de los valores de la juventud globalista. Creo que tenemos que ser diferentes de esa basura. Yo no creo en nada moderno. La modernidad es siempre mala.
Considero que el amor es una forma de iniciación y de realización espiritual. Y la familia debe ser la unión de personas espiritualmente similares.
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Además de tu padre, obviamente, que otros autores puedes sugerir a jóvenes militantes que quieran aprender sobre nuestras ideas?
Recomiendo familiarizarse con los libros de René Guenon, Julius Evola, Jean Parvulesco, Henri Corbin, Claudio Mutti, Sheikh Imran Nazar Hosein (tradicionalismo), Platón, Proclo, Schelling, Nietzsche, Martin Heidegger, E. Cioran (filosofía); Carl Schmitt, Alain de Benoist, Alain Soral (política), John M. Hobson, Fabio Petito (relaciones internacionales), Gilbert Durand, G. Dumézil (sociología). El kit básico de lectura para nuestra revolución intelectual y política.
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Ahora has pasado algún tiempo viviendo en Europa occidental. ¿Cómo comparas el estado de Occidente a Oriente, después de una experiencia de primera mano?
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De hecho, antes de mi llegada a Europa pensé que esta civilización estaba absolutamente muerta y que no sería posible una revuelta allí. Estaba convencida de que la Europa moderna liberal se encontraba atascada, sin posibilidad de protestar contra la hegemonía del liberalismo.
Leyendo la prensa europea extranjera, al ver los artículos con títulos como “Putin – el Satanás de Rusia” / “La vida de lujo del malvado presidente Putin” / “Pussy Riot – las grandes mártires de la corrupta Rusia” – esta idea se confirmó casi. Pero después de un tiempo encontré algunos grupos y movimientos políticos anti-globalistas como Egalite&Reconcilation, Engarda, Fils de France etc – y todo cambió
Los pantanos de Europa se han convertido en algo más – con la posibilidad oculta de la revuelta. He encontrado la “otra Europa”, la “alternativa”, el imperio oculto, el polo geopolítico secreto.
La verdadera Europa secreta debe despertarse para luchar y destruir a su doble liberal.
Ahora estoy absolutamente segura de que hay dos Europas, completamente diferentes – la decadente Europa liberal atlantista y la Europa alternativa (anti-globalización, anti-liberal, orientada a Eurasia).
Guénon escribió en “La Crisis del Mundo Moderno” que hay que resaltar la diferencia entre ser anti-moderno y anti-occidentales. Estar en contra de la modernidad, es ayudar a Occidente en su lucha contra la modernidad construída sobre los parámetros liberales. Europa tiene su propia cultura fundamental (recomiendo el libro de Alain de Benoist – “Las tradiciones de Europa”). Así que encontré esta Europa alternativa, oculta, poderosa, tradicionalista y pongo mis esperanzas en sus guardianes secretos.
En octubre organizamos con Egalité&Reconciliation una conferencia en Burdeos con Alexander Dugin y Christian Bouchet en una sala enorme, pero no había lugar para todos los espectadores que querían ver esta conferencia.
Esto demuestra que algo empieza a moverse …
En cuanto a mis puntos de vista sobre Rusia – He observado que la mayor parte de los europeos no confían en los medios de comunicación – y el interés por Rusia crece – se ve en la moda de aprender ruso, de ver películas soviéticas y mucha gente en Europa entiende que los medios de comunicación están completamente influenciados por el hegemónico Leviatán, máquina liberal-globalista de mentiras.
Así que las semillas de la protesta están sembradas, con el tiempo crecerán, para destruir la “sociedad del espectáculo”.
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Toda tu familia es una gran inspiración para nosotros aquí en Open Revolt y New Resistance. ¿Tienes algún mensaje para tus amigos y camaradas de América del Norte?
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Realmente, no puedo dejar de admirar vuestra intensa obra revolucionaria! La forma en que estáis trabajando – en los medios – es la forma de matar al enemigo “con su propio veneno”, utilizando la estrategia de la guerra de redes. Evola hablaba de eso en su excelente libro “Cabalgar al Tigre”.
Uomo differenzziato es alguien que permanece dentro de la civilización moderna, pero no la acepta en el imperio interior de su alma heroica. Puede utilizar los medios y las armas de la modernidad para causar una herida mortal al reino de la cantidad y sus golems.
Puedo entender que la situación en EE.UU. ahora es difícil de soportar. Es el centro del infierno, pero Hölderlin escribió que el héroe debe lanzarse al abismo, en el corazón de la noche y así conquistar la oscuridad.
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Algún pensamiento de cierre que te gustaría compartir?
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Estudiar en la Facultad de Filosofía y trabajando en Platón y el neo-platonismo, puedo señalar, que la política no es más que la manifestación de los principios metafísicos básicos que se establecen en el fundamento del ser.
Haciendo la guerra política para la Cuarta Teoría Política también estamos estableciendo el orden metafísico – manifestándolo en el mundo material.
Nuestra lucha no es sólo para la condición humana ideal – es también la guerra santa para el restablecimiento de la ontología correcta.

Abogada de Saddam: La “primavera árabe” comenzó en Iraq
La abogada de Husein opina que la Primavera Árabe comenzó con Irak
http://spanish.ruvr.ru/2012_03_29/70024939/
29.03.2012
Ha comenzado en Bagdad la Cumbre de la Liga de Estados Árabes. El tema central del encuentro será la situación en Siria, donde la “primavera árabe” se detuvo a medio camino.
Por ironías del destino, la cumbre en la que se debatirán las consecuencias de la “primavera árabe”, se celebrará en el antiguo palacio de Saddam Husein.
La primavera árabe comenzó hace nueve años justamente en Irak, declaró Bushra Jalil, quien defendió a Husein en el tribunal. Jalil no sólo fue su abogada, sino además la apoderada del presidente de Irak. La abogada sufrió con su “cliente” los trágicos días, desde el comienzo mismo del proceso judicial hasta el día de su ejecución en la horca. Así es como recuerda los hechos ocurridos:
—Saddam me entregó un paquete de cartas dirigidas a distintos dirigentes políticos. Hubo cartas y mensajes orales. Estos últimos iban dirigidos al pueblo iraquí, a la resistencia, al secretario general de Hizbullah, Hassan Nasrullah, a quien Husein consideraba un líder popular auténtico en Oriente Próximo.
¿Pidió Saddam Husein algo personal, para sí, antes de la ejecución?
—Yo no escuché ninguna petición personal. Absolutamente nada, salvo el deber público. Por lo menos, es como deseaba aparecer ante los ojos de su pueblo. Saddam no se veía ni como el esposo, ni como el tío o el abuelo, sino que se veía como el padre de la nación. Lo que más le inquietaba era el futuro del pueblo iraquí y de los árabes en general. Sólo puedo agregar que, Saddam recibió una oferta que pudo obligar a muchos a meditar. A saber; su liberación con la residencia posterior en un país árabe, posiblemente en Qatar, a condición de que renunciara a la resistencia y que llamara al pueblo de Irak a seguir esa línea. Naturalmente Saddam se negó.
¿Qué hechos ocurrieron y quedaron inmerecidamente, digamos, en las sombras? ¿Quisiera usted recuperarlos para la opinión pública?
—Por primera vez hablaré de esto públicamente. Saddam Husein ayudó materialmente a Slobodan Milosevic, cuando este compareció ante el tribunal de La Haya. Todo el proceso contra Milosevic demandaba grandes gastos. Los honoraros de los abogados eran elevados y Husein, presintiendo lo que venía decidió apoyar el derrocado presidente de Yugoslavia. ¿Es necesario explicar lo que movía a Saddam Husein? ¿Previó la situación que se ha creado hoy con los países árabes y la doctrina geopolítica en el mundo? El atropello de la soberanía comenzó con Yugoslavia. Todos los hechos posteriores, como los maremotos que se propagaron por todo el continente, lo confirman.
¿Cómo evalúa la situación actual en el Oriente Próximo?
—Al cabo de diez años puedo constatar que, de hecho, los acontecimientos en Irak marcaron el comienzo de los cambios que sobrevinieron, denominados como “primavera árabe”. La llegada por doquier de los islamistas, que no tienen nada que ver con el Islam, como base teológica. El Islam ha convocado por siglos a la unión y a la hermandad de los pueblos de distintas confesiones: esta no es la religión de terroristas sanguinarios que cumplen voluntades ajenas…
¿Cómo evalúa la postura de Rusia, sus acciones para resolver la crisis en el Oriente Próximo en general?
—La postura de Rusia es digna de respeto y de una respuesta de mi parte. Es una política equilibrada, de un criterio de largo alcance con respecto al problema. A lo largo de siglos, nunca han surgido grietas arabo-rusas. Aquí, en el Oriente, Rusia es considerada primero como el amigo, y después, como el socio. Y esto tiene mucho valor. Si vamos a hablar con el idioma de los intereses, con los rusos tenemos intereses comunes. Expresado figuradamente, nosotros estamos “en una misma trinchera”. Y puedo afirmar con certeza que Rusia ha regresado a la arena internacional como sujeto estratégico cabal, cuya opinión no vale declinar.

GLADIO y la estrategia de la tensión
La verdad sobre Gladio (ETA y demás)
http://atlantictimes.wordpress.com/2011/08/01/la-verdad-sobre-gladio-eta-y-demas/
“Para desestabilizar al Gobierno de España, la Gladio puso en marcha el terrorismo de extrema izquierda más brutal y sanguinario: ETA, GRAPO, FRAP… todas estas organizaciones terroristas empezaron a funcionar en esa época, hacia 1968, coincidiendo con el Mayo Francés, que fue la maniobra empleada por la CIA en Francia para acabar con Charles De Gaulle.”
En agosto de 1990 Giulio Andreotti, el primer ministro italiano, confirmó que durante el período de la Guerra Fría había existido en Italia y otros países occidentales, algunos de ellos adheridos a la OTAN, un ejército clandestino bajo el nombre en clave de Gladio. Sus revelaciones condujeron a un gran escándalo político, no sólo por admitirlo, sino porque él mismo lo había negado en 1974, cuando era ministro de Defensa.
Fruto de aquellas investigaciones llevadas a cabo en Italia entre 1974 y 1990 salieron a la luz las siguientes informaciones relacionadas con las actividades de la siniestra Gladio, que unas veces se presentaba como organización terrorista de extrema derecha, y otras veces de extrema izquierda, según conviniese a sus propósitos. Y ¿cuáles eran estos propósitos? Desestabilizar a determinados gobiernos europeos en beneficio de Estados Unidos que así aumentaba su influencia política en los mismos. La red Gladio jamás actuó en Gran Bretaña.
Algunas acciones terroristas ejecutadas por la Gladio:
1960 – Turquía: Los militares, apoyados por la Gladio y la CIA, todavía dirigida por Allen Dulles, organizan un golpe de Estado y asesinan al primer ministro Adnan Menderes.
1964 – Italia: Los ministros socialistas abandonan sus puestos en el Gobierno después de haber recibido sendas amenazas de muerte por parte de la Gladio. La maniobra de acoso se conoció como Operación Solo.
1967 – Grecia: La organización Gladio en ese país, actuando bajo las siglas de Fuerza de Incursión Helénica (Hellenic Raiding Force) protagoniza un golpe de Estado, estableciendo una dictadura militar.
1968 – España: Aparece la organización terrorista ETA y comete sus primeros asesinatos. En 1970 se celebró el juicio sumarísimo que ha pasado a la historia como el Proceso de Burgos. Los hechos juzgados se remontaban al año 1968. El 2 de agosto de aquel año era asesinado el policía Melitón Manzanas, jefe de la Brigada de Investigación de lo Social de la comisaría de San Sebastián y que fue la primera víctima de ETA.
El 7 de junio era asesinado José Pardines Azcay, agente de la Guardia Civil, durante un control de carretera. Estos fueron los primeros asesinatos de la red terrorista y se decidió juzgar a través de un tribunal militar a dieciséis de sus militantes.
1969 – Italia: Estalla una bomba en un banco en la plaza Fontana, en Milán, matando a 16 personas e hiriendo a 80. En 1999 el antiguo jefe del servicio de inteligencia italiano, el general Maletti, sostuvo que el atentado fue ideado por la Gladio y supuestos terroristas de extrema derecha, apoyados por miembros de las Fuerzas de Seguridad italianas que les habrían prestado cobertura.
1973 – España: Asesinato del almirante Carrero Blanco, jefe del Gobierno y previsible continuador del Régimen. El almirante, que se había negado a prestar apoyo logístico a los norteamericanos durante la reciente guerra árabe-israelí, era asesinado un día después de haberse entrevistado en Madrid con el secretario de Estado, Henry Kissinger.
1975 – España: Un comando de extrema derecha, vinculado a la red italiana de Gladio, ataca el despacho de un abogado laboralista en Madrid relacionado con el Partido Comunista, que todavía no había sido legalizado.
1976 – España: Mercenarios de la Gladio provocan un enfrentamiento entre diferentes grupos carlistas durante una manifestación en Montejurra en la que hubo varios muertos.
1977 – España: El 24 de enero Gladio perpetra la matanza en el número 55 de la calle de Atocha (Madrid). Fueron asesinados los abogados laboralistas Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo Pérez del Arco, el estudiante de derecho Serafín Holgado de Antonio y el administrativo Ángel Rodríguez Leal, y resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia Gil, Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Luis Ramos Pardo y Dolores González Ruiz, casada con Sauquillo. Estaba embarazada y perdió también al hijo que esperaba. La autoría de Gladio fue confirmada por un informe confidencial del Comité Ejecutivo para los Servicios de Información y Seguridad (CESIS), organismo dependiente de la presidencia del Consejo de Ministros de Italia.
1977 – Alemania: La Facción del Ejército Rojo (en alemán, Rote Armee Fraktion, o RAF), también conocida como la banda Baader-Meinhof (por el apellido de sus dos componentes más destacados), causó una gran agitación social en Alemania (especialmente en el otoño de ese año), lo que llevó a una crisis nacional sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, y que se saldó con la muerte de 34 personas y 20 miembros del grupo terrorista debido a diversos atentados y enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad alemanas.
1978 – Italia: Asesinato del primer ministro Aldo Moro secuestrado por las Brigadas Rojas, una organización terrorista fundada en 1969 que se declaraba marxista-leninista. Moro fue secuestrado cuando iba de camino a una sesión del Congreso en la que se iba a votar una moción de confianza al nuevo Gobierno encabezado por Giulio Andreotti, con el apoyo del Partido Comunista italiano. Era la primera vez que se ponía en práctica el llamado Compromesso Storico por el que los comunistas italianos entraban a formar parte del gobierno de concentración para superar la grave crisis que sufría entonces Italia. Moro siempre había abogado por el entendimiento entre comunistas y cristianodemócratas.
1980 – Italia y Alemania: Estallan bombas en la estación ferroviaria de Bolonia y durante la celebración de la Oktoberfest de Múnich, matando un total de 98 personas e hiriendo a más de 400. En ambos casos se encontraron evidencias de la participación de la Gladio y de los servicios secretos norteamericanos.
1981 – España: envenenamiento masivo por consumo de aceite de colza desnaturalizado (Síndrome del Aceite de Colza) y supuesta intentona golpista del 23 de Febrero. Diversas acciones, planificadas y ejecutadas por la CIA, y relacionadas con el ingreso de España en la OTAN, forzaron la dimisión del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y allanaron el camino para la victoria del PSOE en las elecciones generales de 1982.
1983-1985 – Bélgica: Se produce una serie de acciones tan violentas como absurdas. Grupos de hombres armados dispararon indiscriminadamente matando a civiles en varios restaurants y supermercados en el distrito de Brabante. Hasta 28 personas perdieron la vida y muchas resultaron gravemente heridas. Las inconclusas investigaciones sugirieron la participación en los atentados de miembros de las Fuerzas Armadas belgas y supuestos grupos de extrema derecha relacionados con los servicios secretos norteamericanos y británicos.
1990 – Suiza: Encuentran muerto al antiguo jefe del ejército secreto suizo P26, el coronel Alboth, apuñalado con su propia bayoneta, después de haber asegurado que estaba dispuesto a revelar “toda la verdad” sobre las actividades clandestinas de la red terrorista Gladio en Suiza.
A medida que las informaciones sobre la organización Gladio se fueron publicando, la historia se fue tornando cada vez más siniestra. Desde el inicio de la Guerra Fría, agencias independientes franquiciadas por los servicios secretos de Estados Unidos y Gran Bretaña establecieron una vasta red de asesinos a sueldo, grupos paramilitares, organizaciones terroristas y depósitos secretos de armas a través de toda Europa occidental.
Gladio permaneció muy activa hasta que estalló el escándalo Andreotti en Italia en 1990. Después de la desintegración de la Unión Soviética al año siguiente se produjeron cambios vertiginosos en todo el mundo, y la actividad de Gladio disminuyó hasta desaparecer, aparentemente.
General Charles De Gaulle, partidario de una Francia soberana, fue derrocado en la primera “revolución colorada” de Europa; el “Mayo del ´68″
El Mayo del 68 en Francia, una de las mayores acciones acometidas por la CIA en Europa, tenía como objetivo provocar la caída del presidente Charles De Gaulle por haber seguido adelante con su programa nuclear y negarse a que la OTAN mantuviese sus bases militares en Francia. El Partido Comunista francés, y todas las formaciones de izquierda de aquel país, llevan cuarenta años proclamando que no tuvieron nada que ver con la organización de la pantomima del Mayo Francés. (La central española de Vandellós I, la misma que sufrió un accidente en 1989, era de tecnología francesa y utilizaba uranio natural. Además, sus residuos eran ideales para ser reprocesados y obtener más combustible. En aquella época Francia, como potencia atómica, no permitía a la OIEA inspeccionar sus instalaciones nucleares. La central se inauguró después de un acuerdo de colaboración firmado entre Carrero Blanco y su admirado general De Gaulle. José María de Areilza, entonces embajador español en París, fue el encargado de negociar los términos de la cesión del uso de la central a espaldas siempre del “amigo” americano.
Los autores materiales del atentado contra Carrero eran miembros de ETA; pero los separatistas vascos no fueron quienes planearon y ordenaron su asesinato…
Antes de ser asesinado, Carrero Blanco mantuvo una entrevista con el secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, sobre este tema. El almirante siempre mimó este proyecto. Según algunos informes confidenciales desclasificados por el Servicio de Inteligencia Militar de EEUU, España estaba almacenando plutonio para fabricar una bomba nuclear, desviándolo de los controles de la OIEA. El secretario de Estado americano, que no consiguió que España firmase su adhesión al TNP, sí se llevó clara una idea: la confirmación de la voluntad nuclear con fines militares de España hacía necesario un “estrecho control” sobre estas actividades.)
Los servicios secretos norteamericanos sembraron Europa de sangrientos atentados durante dos décadas con el propósito primordial de desestabilizar a varios gobiernos democráticamente elegidos y desembarazarse de los políticos incómodos y poco dispuestos a plegarse a los intereses de Estados Unidos.
Tras el escándalo Andreotti se extendió por toda Europa una gran indignación por las actividades clandestinas de la Gladio y el asunto se investigó en diversos países además de Italia. Sin embargo, cuando Sadam Hussein invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990, el escándalo por las actividades ilegales de la Gladio fue desplazado de las portadas de los periódicos y convenientemente silenciado.
Veinte años después de la confirmación de su existencia por Giulio Andreotti, la Gladio y la red de ejércitos secretos de la OTAN, siguen generando una gran cantidad de preguntas que han quedado sin respuesta, pero la existencia de la Gladio ha sido confirmada por varios jefes de Estado, por tres investigaciones parlamentarias (en Italia, Bélgica y Suiza), y en especial por una extraña denegación y subsiguiente confirmación de su existencia por parte de la propia OTAN en 1990. Aún así, aparte de aquellos involucrados en la red, muy pocas personas saben con certeza cómo funcionaba la misma, o cómo se definían sus objetivos.
Existen suficientes evidencias y testimonios personales que sugieren vínculos con grupos terroristas de extrema derecha y de extrema izquierda activos en las décadas de los años setenta y ochenta, y que la Gladio misma fue responsable de la ejecución de la “estrategia de la tensión” mediante el uso premeditado del terrorismo para crear pánico e influir en los resultados electorales de distintos países.
Como sucedió en España en octubre de 1982, cuando la gente fue a votar bajo el síndrome de que “había que afianzar la democracia” amenazada por los sectores reaccionarios y el Ejército, tras la supuesta intentona golpista del 23 de febrero de 1981. Un paripé con todos los visos de haber sido urdido por la CIA para afianzar al rey Juan Carlos I como de Jefe del Estado español, y desembarazarse de todos los elementos “incómodos” que aún quedaban en el seno de las FFAA, reacios al ingreso de España en la OTAN. De facto: una rendición que permite la presencia de fuerzas de ocupación extranjeras en suelo español camufladas como “aliados”.
Si Gladio ha desaparecido definitivamente, o simplemente ha evolucionado hacia otro tipo de organización criminal, es algo que no sabemos con certeza. Pero varios indicios sugieren que la red terrorista paramilitar no ha sido desmantelada. Es más, los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid indican claramente que la red terrorista sigue operativa, y que actúa de forma intermitente.
En Holanda, el incómodo Fortuyn fue “quitado de en medio” y para atraer a los descontentos “de derechas”, surgió el sionista neocon Wilders…
En mayo de 2002, durante la campaña para los comicios generales de Holanda, fue asesinado el carismático y, según todas las encuestas, gran favorito para la victoria final, el candidato de la derecha nacionalista, Pym Fortuyn. Entre otras cosas, Fortuyn defendía la salida inmediata de Holanda de la Unión Europea, así como el cierre de fronteras a la inmigración ilegal extracomunitaria. Un “ecologista de personalidad compulsiva” llamado Volkert van der Graaf le asesinó días antes de las elecciones y fue condenado a veinte años de cárcel.
Asimismo, el presidente polaco Lech Kaczynski fallecía en un accidente aéreo a principios de abril de 2010 cuando su avión se estrelló cerca del aeropuerto de Smolensk en Rusia. A bordo viajaban 87 personas y no hubo supervivientes. Lech Kaczynski se había distinguido por ser uno de los líderes políticos más reacios a hacer nuevas cesiones de soberanía nacional a la Unión Europea. Kaczynski y era, por decirlo suavemente, un personaje “incómodo” en el seno de la UE.
Jörg Haider, lider nacionalista austriaco y antisionista consecuente, amigo de Saddam y de Gaddafi, nada que ver con la ultraderecha sionista à la Wilders, Anglada & co. Carismático, muy popular en su país, se convirtió en una amenaza para las autoridades que contralan la colonia conocida como “Unión Europea”…
Jörg Haider, gobernador del estado federado de Carintia (gobernado por Haider desde 1999 ininterrumpidamente) y jefe de la Alianza para el Futuro de Austria, defendía un programa político muy parecido al del holandés Pym Fortuyn.
Haider murió en octubre de 2008 en un grave accidente automovilístico al sur de la ciudad de Klagenfurt. Iba solo al volante de su vehículo cuando se salió de la carretera, en un adelantamiento, y se estrelló contra un pilar de hormigón. Haider había sido una figura determinante en el panorama político austriaco de los últimos 20 años. Su repentina muerte conmocionó a Austria en un momento de especial incertidumbre, dos semanas después de las elecciones legislativas que se saldaron con un nuevo triunfo de los nacionalistas.
“Que parezca un accidente….” – Haider fue asesinado por el Mossad (o por su “filial” europea, el GLADIO)
Dado que en el seno de la UE no agradó lo que el electorado austriaco había decidido libremente en las urnas, Bruselas impuso a Austria una batería de sanciones diplomáticas e Israel retiró a su embajador. Cediendo a las presiones internacionales, Haider dejó a sus colaboradores a cargo del gobierno y se retiró a la región de Carintia para evitarle al país males mayores. El aviso fue demasiado claro y rotundo para ignorarlo.
Para muchos investigadores, periodistas y escritores, estas recientes muertes de políticos poco proclives al proyecto soberanista de la Unión Europea, demuestran que una red terrorista sigue actuando de forma contundente para influir en la política interna de los países miembros de la Unión, y todo obedece a un plan bien trazado: poner en marcha una “segunda estrategia de la tensión” para acelerar el proceso de consolidación de la Unión Europea como una realidad política supranacional. De ahí que, cuantos ponen en duda la conveniencia de dicho proyecto desaparezcan inmediatamente de la escena pública, o sean ejecutados sin contemplaciones.
Sobre la organización terrorista Gladio muchas preguntas han quedado sin responder porque, aun en el caso de las investigaciones parlamentarias, más pronto o más tarde aparece el insalvable obstáculo del secreto de Estado. Un representante de la OTAN comentó lo siguiente a un periodista de la agencia de noticias Reuters el 15 de noviembre de 1990, poco después del escándalo destapado por Andreotti: “No esperará usted que se respondan muchas preguntas, aunque la Guerra Fría haya terminado. Suponiendo que hayan existido vínculos [de la OTAN] con organizaciones terroristas, se habrá enterrado ese tipo de información bien profundamente”.
Investigaciones llevadas a cabo en Bélgica durante la década de los noventa descubrieron valiosos detalles sobre la estructura de la red Gladio.
En ese país, como en otros que formaban parte de la OTAN, el primer paso fue dado con la fundación de un comité tripartito entre el país anfitrión, el Reino Unido y EEUU. Más tarde, en 1948, se creó un organismo general para coordinar a varios países de Europa occidental, conocido como Comité Clandestino de la Unión Occidental [Western Union Clandestine Committee]. El WUCC fue, en 1951, subordinado a la OTAN, y pasó a llamarse Comité de Planeamiento Clandestino [Clandestine Planning Committee]. Se fundó además un segundo organismo: el Comité Clandestino Aliado [Allied Clandestine Committee]. Después de que Francia abandonara la OTAN, los cuarteles generales de estos comités fueron trasladados a Bruselas. En todos los casos estas redes se organizaron de forma clandestina.
Los ejércitos secretos funcionaban como parte de la defensa colegiada occidental frente a la Unión Soviética durante la Guerra Fría. Pero la progresiva captación por parte de la Gladio de elementos de la extrema izquierda hizo que algunos se preguntasen si la auténtica función de la organización era organizar la resistencia de la defensa occidental en caso de invasión soviética o, por el contrario, crear el caos en los países aliados.
Gladio fue una red de terrorismo internacional organizada por los servicios secretos de Estados Unidos y Gran Bretaña bajo el paraguas de la OTAN. Charles De Gaulle lo comprendió inmediatamente y sacó a Francia de aquel embrollo, aunque le costó lo suyo y a punto estuvo de ser asesinado en varias ocasiones por la OAS, otra de las ramificaciones de la Gladio.
Para desestabilizar al Gobierno de España, la Gladio puso en marcha el terrorismo de extrema izquierda más brutal y sanguinario: ETA, GRAPO, FRAP… todas estas organizaciones terroristas empezaron a funcionar en esa época, hacia 1968, coincidiendo con el Mayo Francés, que fue la maniobra empleada por la CIA en Francia para acabar con Charles De Gaulle.
El supuesto riesgo (muy remoto) de una invasión soviética fue la excusa para que norteamericanos y británicos ocupasen buena parte de Europa occidental. Uno de los diseñadores de la Gladio fue Richard Helms, jefe de la CIA entre 1966-1973 y estrecho colaborador del presidente Richard Nixon. Las tácticas de terrorismo utilizadas por la CIA no han cambiado mucho desde entonces, y las estaciones de tren siguen siendo uno de sus escenarios preferidos, aunque ahora se atribuyan los atentados al terrorismo islamista en lugar de a la extrema izquierda. (El Plan B: si falla la trola de los islamistas ahora es la extrema derecha como DN)
En Italia, por ejemplo, el terrible atentado de la estación de Bolonia de 1980, muy parecido a los de Madrid del 11 de marzo de 2004, sigue aún vivo en la memoria de los italianos. Aquel feroz ataque terrorista se cobró 85 víctimas. Investigaciones realizadas para esclarecer la autoría del atentado se vieron obstaculizadas constantemente por el servicio secreto y un sector de la policía y del estamento judicial italianos.
Ese mismo año 1980, una bomba explotó en la Oktoberfest de Múnich, matando a 13 personas. En un primer momento las investigaciones policiales culparon a un supuesto activista de la extrema derecha de 21 años llamado Gundholf Köhler, que oportunamente falleció en el atentado. Según la policía alemana pertenecía al grupo Wehrsportgruppe Hoffmann. Los propios expertos de la policía reconocieron poco después que la bomba era demasiado compleja para haber sido fabricada por una persona de 21 años, sin experiencia previa en la fabricación de artefactos explosivos. En 1981, un año más tarde, la policía descubrió un enorme escondite de armas cerca del pueblo de Uelzen. La explicación oficial fue que los terroristas habían ocultado las armas, las cuales estaban controladas por un tal Heinz Lembke, pero la cantidad y el tipo de armamento que se encontró puso muchos signos de interrogación sobre tan oportuna explicación. Armas automáticas, equipos de guerra química y bacteriológica, 50 cañones anticarro, 156 kg de explosivos, 230 artefactos explosivos y 258 granadas de mano. ¡Demasiado sofisticado!
Varios periodistas de investigación relacionaron a Heinz Lembke con el ejército clandestino alemán BND. Posteriormente, las investigaciones oficiales desmintieron cualquier vínculo entre Lembke y la masacre de Múnich. A Heinz Lembke se le encontró muerto, ahorcado con una soga que jamás se aclaró de dónde había salido y cómo llegó hasta él mientras se encontraba bajo custodia policial en 1981.
En el caso de la masacre de la estación de Bolonia está probado que miembros de los servicios secretos italianos suministraron falsa información y colocaron una falsa bolsa con explosivos en un tren, lo que nos lleva a deducir que tuvo que existir una relación entre los que colocaron las bombas y los que les encubrieron. Las analogías entre la masacre de Bolonia en 1980 y la de Madrid en 2004 son innegables.
Este terrorismo teledirigido que se desarrolló con especial virulencia en el decenio 1975-1985, no afectó solamente a Italia y Alemania. En Bélgica, una extraña operación se llevó a cabo en 1984 en las cercanías de Vielsalm, municipio de Valonia. Un pelotón de marines estadounidenses saltaron en paracaídas sobre Bélgica y a su encuentro salió un miembro del servicio de la inteligencia militar belga. Se ocultaron durante dos semanas antes de atacar la comisaría de Vielsalm, como parte de un ejercicio que llamaron Operación Oesling durante el cual mataron a un agente de la policía belga. Un militar estadounidense resultó herido durante la operación, perdiendo un ojo. En un principio se creyó que el ataque había sido un acto de terrorismo, pero más tarde se probó que había sido una operación militar secreta conjunta estadounidense-belga, tal como lo confirmaron las investigaciones del Senado belga en 1991. Otros ataques sucedieron a éste en los cuales, tal como en el caso de Vielsalm, las armas y las municiones fueron confiscadas. Armas que llegaron subsiguientemente a manos de grupos extremistas. Una pregunta fundamental dentro de la investigación efectuada por el Senado belga sobre la red de ejércitos clandestinos fue si había tenido algo que ver con las famosas masacres de Brabante en la década de los ochenta. Éstos fueron una serie de ataques que se llevaron a cabo en los municipios del extrarradio de Bruselas durante unos dos años. Joyerías, restaurantes, bancos e incluso supermercados, se vieron atacados por bandas paramilitares compuestas por hombres despiadados y armados hasta los dientes. En todos los ataques realizados en aquella época en Bélgica, los delincuentes se llevaban pequeñas sumas de dinero, aunque actuaban como profesionales coordinados y empleaban una brutalidad inusitada. Un fenómeno que se está dando en España desde hace varios años, atribuyéndose esos robos a supuestas bandas paramilitares del este de Europa compuestas por antiguos miembros de las Fuerzas Armadas de esos países.
El 9 de noviembre de 1985, un grupo armado penetró en un supermercado y abrió fuego indiscriminadamente. Era sábado por la tarde y el centro comercial estaba abarrotado de gente. Ocho personas perdieron la vida, algunos mientras intentaban escapar. El dinero que se llevaron los atracadores ascendió a unas 2000 libras esterlinas, un mísero botín que fue encontrado en un canal metido en una bolsa de plástico sin abrir. La investigación encargada por el Senado belga y las autoridades judiciales determinó, más allá de cualquier duda, que el móvil de aquel ataque al supermercado no fue el dinero. Sin embargo, y debido a una especie de resistencia burocrática por parte de los servicios secretos y de la inteligencia militar belga, la investigación no logró establecer ninguna relación entre los asesinatos y la organización terrorista Gladio.
Lyndon LaRouche es un reconocido filántropo norteamericano que lidera varias organizaciones políticas en los Estados Unidos y otros países. Es el fundador y editor de la revista Executive Intelligence Review (Informe de Inteligencia Ejecutiva), una agencia independiente de noticias y análisis de información mundial, elemento principal del movimiento que LaRouche lidera. El día de los atentados en Madrid, el 11 de marzo de 2004, Lyndon LaRouche emitió un comunicado descartando la idea de que los ataques terroristas hubiesen sido realizados por el grupo terrorista vasco ETA o por terroristas musulmanes, y comentó que la atrocidad de Madrid le recordaba el ataque en 1980 a la estación de tren de Bolonia y, en general, a la “estrategia de la tensión” a través del terrorismo desarrollada por la Gladio en Italia a comienzos de los ochenta.
En los siguientes días, varios expertos entrevistados por EIR, como también comentaristas de periódicos independientes apuntaron en la misma dirección: los atentados de los trenes en Madrid, fueron planificados por servicios secretos occidentales, en necesaria connivencia con miembros de la policía y fuerzas de seguridad del Estado.
Entre 1969 y 1974, Italia fue sacudida por una serie de ataques terroristas mediante bombas. El comienzo de este período, que más tarde fue denominado la estrategia de la tensión, está oficialmente marcado por la bomba del 12 de diciembre de 1969 que explotó dentro de la Banca Nazionale dell’Agricoltura en la Plaza Fontana de Milán, conocida como la masacre de Piazza Fontana, en la cual 16 personas fueron asesinadas y 58 heridas. El final de la estrategia de la tensión, considerado estrictamente, está marcado por la bomba en el tren Italicus, el 4 de agosto de 1974, en San Benedetto Val di Sambro, que mató a 12 personas e hirió a 105. Durante este período hubo al menos cuatro intentos conocidos de golpe de Estado en Italia.
Pero la mayor masacre terrorista hasta entonces, tuvo lugar seis años después, el 2 de agosto de 1980 en Bolonia, cuando una maleta que contenía unos 20 kg de explosivos detonó en la estación de trenes, matando a 85 personas e hiriendo a más de 200. La responsabilidad fue oficialmente reivindicada por un grupo terrorista de extrema derecha llamado Nuclei Armati Rivoluzionari (NAR). Pero aquí hay una severa incongruencia, puesto que el término “revolución” o “revolucionario” no forman parte ni del lenguaje ni del ideario de la extrema derecha, ni en Italia ni en ningún otro país occidental. Es algo tan chocante como que una organización de extrema izquierda se proclamase “tradicionalista” o “nacionalista”.
El atentado de Bolonia, por la época en que tuvo lugar, no pertenece estrictamente a la llamada estrategia de la tensión, no estaba relacionado con ningún plan para llevar a cabo un golpe de Estado o cambio brusco del Gobierno italiano de entonces. Sin embargo, las organizaciones terroristas involucradas eran comandos autónomos del período de la estrategia de la tensión que se habían reorganizado. Como en el atentado de la Piazza Fontana y otros casos, se produjo un encubrimiento sistemático de los autores de las masacres por parte de ciertos sectores dentro de las Fuerzas Armadas, la policía y los servicios secretos italianos.
Varias investigaciones judiciales y parlamentarias han establecido que existe una relación entre la matanza de Piazza Fontana, las bombas del tren Italicus y la masacre de 1980 en la estación de ferrocarril de Bolonia. Destacan la investigación oficial por los atentados de Bolonia, y la más reciente por los de la Piazza Fontana iniciada por el fiscal Guido Salvini en 1992 en Milán, y los resultados del Comité Parlamentario para la Identificación de los Autores de las Masacres Terroristas que trabajó en las investigaciones entre 1994 y 2001.
El muy siniestro Licio Gelli, máximo dirigente de la logia masónica P2 (a la que perteneció Berlusconi) y uno de los hombres más poderosos de Italia
El juicio por el atentado en la estación de Bolonia en 1980 finalizó con la condena de Valerio Fioravanti y Francesca Mambro como autores materiales de las masacres, y del inquietante Licio Gelli, perteneciente a la logia masónica P2, implicada también en el asesinato del papa Juan Pablo I en 1978 y en varias muertes que siguieron al escándalo del Banco Ambrosiano en 1982 y que dejaron un sangriento rastro de cadáveres.
Piazza Fontana: el 11-M italiano
La técnica adoptada en la atrocidad de Madrid, la colocación de bombas simultáneas en trenes, no es nueva. La masacre de 1969 en Piazza Fontana fue precedida por una serie de acciones demostrativas que comenzaron en la noche del 8 al 9 de agosto, con diez bombas colocadas en diez trenes diferentes. Ocho de las cuales, de baja potencia, hicieron explosión. Esas bombas fueron colocadas por la organización neofascista llamada Ordine Nuovo, pero los investigadores fueron conducidos a la creencia de que fueron activistas de extrema izquierda [anarquistas] quienes lo hicieron. Hubo nuevas acciones demostrativas en los meses siguientes al atentado, hasta que el 12 de diciembre de ese mismo año, se produjo lo que podríamos calificar de salto cualitativo en la ejecución de aquellas acciones terroristas. Una serie de potentes bombas detonaron en la Piazza Fontana de Milán, pero también en Roma, donde tres artefactos hirieron a 13 personas. Por suerte, otra bomba colocada en el centro de Milán, en la Piazza Scala, no explotó.
Aquí nos encontraos con dos elementos que nos recuerdan claramente los atentados de Madrid: bombas y trenes. Se trata de que la acción terrorista sea brutal y que mate indiscriminadamente. En lugar de los actuales integristas islámicos, los supuestos terroristas de entonces eran activistas de extrema derecha o de extrema izquierda. Así, los auténticos autores de la masacre de Milán y sus encubridores guiaron a la policía y a los fiscales hacia la búsqueda de los asesinos en la extrema izquierda, eligiendo finalmente a los anarquistas como perpetradores del atentado de Piazza Fontana en agosto de 1969.
Dos conocidos anarquistas, Pietro Valpreda y Giuseppe Pinelli, fueron inmediatamente arrestados. Pinelli murió esa misma tarde al saltar desde una ventana de las dependencias policiales donde estaba siendo interrogado. La investigación oficial de su muerte concluyó que se trataba de un suicidio. Valpreda pasó varios años en prisión hasta que fueron retiradas todas las acusaciones y fue excarcelado. No obstante, varios testigos oculares, entre ellos un taxista, que aseguraron haber visto a unos individuos sospechosos poco antes de la explosión y haber declarado que podrían reconocerles, murieron en extrañas circunstancias nunca aclaradas.
Como en otros casos más recientes y cercanos, el encubrimiento de los auténticos autores de los asesinatos y actos de terrorismo fue orquestado desde el Ministerio del Interior, del que dependían la policía y una oficina llamada Ufficio Affari Riservati (UAR), una especie de agencia de Inteligencia interior, cuyo jefe era Federico Umberto d’Amato antiguo agente doble italiano que había iniciado su carrera durante la Segunda Guerra Mundial bajo las órdenes de James Angleton, a la sazón jefe de operaciones de la Office of Strategic Services (OSS) en Italia. En aquella época la OSS (futura CIA) estaba supervisada por la Inteligencia Militar norteamericana y el MI6 británico. Terminada la guerra, y gracias al determinante apoyo de James Angleton, D’Amato fue nombrado director ejecutivo de la Secretaría Especial de la OTAN, actuando como enlace entre esta organización y los servicios secretos de los Estados Unidos.
Guido Salvini, fiscal de Milán, había establecido que Delfo Zorzi, el terrorista inicialmente condenado, y después declarado inocente, por haber colocado la bomba de Piazza Fontana, había sido reclutado por D’Amato en 1968. Pero el fiscal Salvini descubrió mucho más. Un testigo, Carlo Diglio, decidió en 1992 colaborar en las investigaciones y reveló que había trabajado como infiltrado en el grupo de Zorzi para la inteligencia militar norteamericana encuadrada dentro de la comandancia de la OTAN en Verona. Los servicios secretos norteamericanos estaban al corriente del atentado que Diglio y los suyos preparaban para el 8 de agosto y el 12 de diciembre. El superior inmediato de Diglio, el capitán de la US Navy David Garrett, señaló más tarde que las órdenes eran que todas las acciones debían ser meras demostraciones de fuerza, sin que produjesen víctimas. Por su parte, Carlo Diglio admitió que Garrett estaba en permanente contacto con Pino Rauti en Roma, líder de la organización masónica Ordine Nuovo (ON), de la que Zorzi era uno de sus dirigentes en la región de Véneto.
Según las revelaciones de Diglio, el segundo participante en la acción de Piazza Fontana, Carlo Maria Maggi, era líder de la célula de ON en el Véneto y el tercero, Giancarlo Rognoni, era también miembro de la organización ON en Milán, y se encargó de facilitar apoyo logístico.
En 1971, dos miembros de Ordine Nuovo, Franco Freda y Giovanni Ventura, fueron arrestados en relación con la investigación de los atentados de Piazza Fontana, así como con otras acciones terroristas menores. Sin embargo, cuando los dos fiscales de Milán encargados de la investigación, Gerardo D’Ambrosio y Emilio Alessandrini estaban cerca de desenmascarar a la práctica totalidad de los componentes de la red terrorista y a su cúpula directiva, la titularidad de la investigación les fue arrebatada y trasladada a la ciudad de Catanzaro, en el sur de Italia, donde Freda y Ventura fueron exculpados y declarados inocentes en la vista.
La tenacidad del antiguo fiscal de Milán, Guido Salvini, que prosiguió con las investigaciones al margen de presiones políticas, obtuvo como resultado que varios testigos asegurasen que fue Franco Freda quien compró los temporizadores usados en las bombas, y que fue Giovanni Ventura quien los instaló en los artefactos explosivos. Pero ni Freda ni Ventura pueden volver a ser juzgados por un delito del que ya fueron absueltos.
En 1969 el objetivo del plan urdido por los servicios secretos norteamericanos consistía, básicamente, en desestabilizar Italia. Presentar a una derecha neofascista dispuesta a hacerse con el poder a toda costa, para que así los socialistas fuesen excluidos del Gobierno y los comunistas del influyente PCI diesen algún paso en falso que propiciase la intervención de la OTAN. Pero el primer ministro italiano, Mariano Rumor no mordió el anzuelo, bien aconsejado por el ministro de Exteriores de entonces, Aldo Moro, que se enfrentó al presidente de la República (jefe de Estado) Giuseppe Sagarat, para disuadirle de sus intenciones de declarar el Estado de Emergencia. Hubo una gran crisis de Gobierno, pero en apenas tres meses, gracias a la mediación de Aldo Moro en buena parte, el presidente de la República logró reunir otro gabinete y superar la crisis.
La actuación de Aldo Moro y su partido, la Democracia Cristiana, fue decisiva para superar la crisis. Pero no era la primera vez que Moro se enfrentaba a la amenaza de un golpe de Estado. En 1964, cuando él, como primer ministro, estaba negociando el primer gobierno con participación socialista, el presidente de la República, el cristianodemócrata Antonio Segni le hizo a saber que un importante sector del partido y de la oligarquía empresarial y financiera no veían con buenos ojos la inclusión de los socialistas en el Gobierno. Segni transmitió a Moro el mensaje que le había hecho llegar el coronel Renzo Rocca, jefe de la división económica del SIFAR, el servicio secreto militar italiano. Rocca (quien después de su período en el SIFAR fue recolocado en la fábrica de automóviles FIAT en Turín) informó a Segni que el establishment financiero y empresarial preveía una crisis económica catastrófica si los socialistas participaban en el Gobierno de coalición. El presidente de la República, Antonio Segni, fracasó en su intento de disuadir a Aldo Moro y en consecuencia tuvo que abandonar la presidencia el 6 de diciembre de 1964 tras sufrir un serio accidente cerebrovascular que le dejó hemipléjico.
La peor amenaza para que los especuladores puedan llevar a cabo sus planes de sometimiento de un país, como era el caso de Italia en aquella época, es que se cree un Gobierno de coalición, en el que, aparcando sus diferencias, participen las principales fuerzas políticas, con un propósito bien definido: sacar al país de una crisis, ya sea esta política, económica o social.
Como medida de presión, el presidente de la República italiana, Antonio Segni, manifestó su intención de retirarle el mandato de Gobierno al primer ministro Aldo Moro, y dárselo a un tecnócrata, Cesare Merzagora. Además, Segni recibió ayuda del vicepresidente de la comisión europea, el socialista Robert Marjolin, quién atacó públicamente el programa de gobierno de Moro en nombre de la Comunidad Económica Europea. Robert Marjolin se había reunido con Segni en París unos meses antes para diseñar la estrategia a seguir contra Moro.
Aldo Moro y sus aliados se tomaron las amenazas de Segni muy en serio, y así, el Gobierno de centro-izquierda, un proyecto que comenzó Moro en 1960 y que contaba con la ayuda de la administración Kennedy, ya nació como un caso perdido. Kennedy murió asesinado en Dallas en noviembre de 1963 y Aldo Moro fue secuestrado y asesinado por las Brigadas Rojas en mayo de 1978. Ahora bien: ¿qué motivo podían tener los supuestos guerrilleros comunistas de las Brigadas Rojas para asesinar al líder de la Democracia Cristiana que siempre había abogado por el entendimiento con el Partido Comunista y con los socialistas italianos?
Ninguno, salvo que dichos guerrilleros de extrema izquierda fuesen en realidad hombres de los servicios secretos italianos, agentes de la CIA o mercenarios de la Gladio.
La OTAN y la red terrorista Gladio | Alerta Digital

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Aviones de combate israelíes bombardean alrededores de Damasco
Comando General de las Fuerzas Armadas: aviones de combate israelíes bombardearon directamente un centro de investigación científica en Jemraya en Rif Damasco
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http://sana.sy/spa/212/2013/01/30/464742.htm
Damasco, SANA
En un comunicado emitido hoy miércoles el Comando General de las Fuerzas Armadas informó que en la madrugada de hoy unos aviones de guerra israelíes penetraron en nuestro espacio aéreo y bombardearon directamente un centro de investigación científica especializado para la elevación del nivel de resistencia y autodefensa, situado en el municipio de Jemraya en Rif Damasco, esto se produjo tras varios intentos fallidos de los grupos terroristas por apoderarse del sitio durante meses.
Cabe recordar que Israel –en cooperación con países hostiles al pueblo sirio- había alentado sus herramientas en el interior del país a golpear sitios vitales seleccionados dentro de Siria persiguiendo el objetivo de mermar su papel de apoyo a la resistencia y los derechos legítimos en la región, a saber que estas herramientas, encabezadas por los grupos y movimientos oscurantistas lograron atentar contra algunos sitios de defensa antiaérea y otros puntos neurálgicos a lo largo de casi dos años pero fracasaron en atacar a otros muchos sitios.
El comunicado agregó que aviones de combate israelíes se infiltraron por el sector situado al norte de las cimas de Jabal al-Shekh, a bajas alturas y por debajo del nivel de detección de los radares y se dirigieron hacia el municipio de Jemraya en Rif Damasco, donde se encuentra una sucursal del Centro de Investigación Científica y realizaron su agresión flagrante de bombardear el sitio, provocando colosales daños materiales y la destrucción del edificio, además del Centro de Desarrollar los Equipamientos adyacente y el garaje de vehículos, donde dos trabajadores cayeron mártires y otros 5 resultaron lesionados antes que la aviación enemiga se retirara de la misma manera en que se infiltró; por lo tanto no tiene base de veracidad lo difundido por algunos medios de comunicación que alegaron que los aviones israelíes atacaron un convoy que viajaba desde Siria hacia el Líbano, y en este punto el Comando General confirma que los jets israelíes atentaron contra un centro de investigación científica en flagrante violación de la soberanía y el espacio aéreo sirios.
El comunicado añadió que en base de lo antes mencionado, queda claro para todos que Israel es el precursor, beneficiario y ejecutor en algunas ocasiones de los actos terroristas que afligen a Siria y su pueblo resistente, y este marco son copartícipes algunos estados que patrocinan el terrorismo como Turquía y Qatar.
El comunicado agregó que el Comando General de las Fuerzas Armadas afirma que esta agresión flagrante se añade al historial de la entidad de la ocupación israelí que se caracteriza por la agresividad y la criminalidad contra los árabes y musulmanes, así como hizo hincapié en que esos actos criminales no va a debilitar a Siria y su rol, y no quebrantarán la voluntad de los sirios por seguir apoyando los movimientos de resistencia y las causas árabes justas, especialmente la causa palestina.
Elías S., Riad Sh.

La geopolítica existencial de Carlo Terracciano – por Aleksandr Dugin
La geopolítica existencial de Carlo Terracciano – por Aleksandr Dugin
http://openrevolt.info/2012/09/19/existential-geopolitics-of-carlo-terracciano-by-alexander-dugin/
Traducido para TM por Felix W.
La elección de Carlo Terracciano
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Creo que Carlo Terracciano es uno de los más importantes geopolíticos europeos de los últimos decenios. Estoy convencido de que va a ser reconocido como uno de los clásicos autores modernos de esta disciplina. Tuve la oportunidad de conocer a Carlo Terracciano personalmente, y siempre he admirado la rectitud de su posición ideológica en la vida: La geopolítica era para él una elección existencial, vivió en plena conformidad con sus principios, lo que demuestra algo impensable en nuestra época: Una actitud personal romana, olímpica – la lealtad, el apego total a la causa, la integridad moral completa sin tener en cuenta los efectos de las presiones de la modernidad.
Carlo Terracciano era un hombre de ideas y un hombre de acción, al mismo tiempo. En su caso, la teoría y la práctica se fusionaron en algo indivisible. ¿Cuál era su idea principal y cuál fue su acto esencial?
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El nacimiento de la geopolítica de la espuma del mar
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Carlo Terracciano heredó la tradición geopolítica del continentalismo europeo. En sus escritos (recopilados en una serie de artículos en “Nel Fiume della storia”), traza la génesis ideológica de esta escuela. El imperialista británico H. Mackinder fue el primero en articular la principal ley geopolítica – oposición dualista entre la civilización del Mar (talasocracia) y la civilización de la Tierra (telurocracia). Mackinder mismo era un brillante representante de la talasocracia y se encargó de transmitir la tradición de la estrategia talasocrática, el procedimiento de la percepción geopolítica de Gran Bretaña a los Estados Unidos. Mackinder fue uno de los fundadores de la London School of Economics, contribuyó a la aparición de “Chattem House”, el Real Centro de Estudios Estratégicos e inspiró el primer equipo del CFR (Consejo de Relaciones Exteriores), publicando en «Foreign Affairs» sus posteriores artículos. De él al americano A. Mahan se puede trazar la línea recta de la geopolítica atlantista, pasando por el realismo americano (con algo de “liberalismo muscular”, transnacionalismo y globalización) hasta llegar a Kissinger, Brzezinski, D. Rockefeller, por un lado, y los neocons en el otro.
La hegemonía planetaria de Estados Unidos y la idea de talasocracia global con el Gobierno Mundial deriva de la visión planetaria de Mackinder, llevada a sus límites lógicos. El mundo puede llegar a ser realmente global, sólo cuando el poder del Mar definitivamente acabe con el poder de la Tierra (o viceversa). Ese fue el objetivo de la vida de Mackinder. Y ahora vemos que muchos de sus proyectos se cumplen: insistía en el desmantelamiento de Rusia, en la creación de un “cordón sanitario” en Europa del Este, en la necesidad de derrotar a Alemania y Rusia, y todo esto de alguna manera se realizó a finales del siglo XX, proporcionando así las condiciones para el surgimiento de un mundo unipolar y la hegemonía global de EE.UU. Este imperio talasocrático se convierte en una realidad ante nuestros ojos.
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Respuesta Continental
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Pero en el primer cuarto del siglo XX, el desafío conceptual de H. Mackinder fue contestado por los geopolíticos que se ubicaron en el lado de la telurocracia. Se trataba, en primer lugar, de la escuela alemana de Karl Haushofer, quien comenzó a desarrollar una base geopolítica telurocrática, Geopolítica-2 (mientras que la geopolítica talasocrática anglosajona se puede llamar “Geopolítica-1″). Así se sentaron las bases para la tradición continentalista.
Karl Haushofer
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La escuela de Haushofer ofreció a Alemania realizar su naturaleza telurocrática y unificar Europa sobre la base continental; para lograrlo era necesario concluir una alianza con la Unión Soviética y fortalecer los lazos con Japón y así destruir la talasocracia mundial – la alianza de Inglaterra, EE.UU. y Francia. La consolidación de todas las potencias terrestres era la única manera de deshacerse de las potencias marítimas y la tentación de organizar el espacio mundial bajo su modelo talasocrático. Este concepto fue desarrollado por el proyecto de una nueva división del mundo sobre la base de las Pan-ideas – cuatro áreas que iban a ser integradas económicamente, políticamente y estratégicamente a lo largo del meridiano – de norte a sur. Haushofer había creado un importante baluarte conceptual de la Geopolítica-2, con el cual se sentaban las bases para el continentalismo europeo en el que Alemania fue concebida como el centro de la telurocracia europea (un hecho natural reconocido por el propio Mackinder).
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Tras la derrota de Alemania y las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial la geopolítica telurocrática ha sido desacreditada durante mucho tiempo y se perdió entre las sombras. Autores americanos han llegado a sugerir que habría que distinguir la anglosajona «Geopolitics» de la alemana «Geopolitik», identificando la primera como un “método completamente aceptable de análisis de la ciencia política en el ámbito de las relaciones internacionales”, y la segunda como”Fantasías imperialistas”. En estas definiciones de lo que es “científico” y lo que no, vemos sólo el típico doble rasero y la clásica propaganda política de los ganadores. Las potencias marítimas derrotaron a las potencias terrestres, y establecieron una disciplina colonial – en particular en el campo de la ciencia, porque el conocimiento, como Michel Foucault ha mostrado, es sinónimo de poder.
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Sin embargo, la escuela continentalista de la geopolítica telurocrática continuó existiendo en Europa en condiciones marginales también después de la Segunda Guerra Mundial. Los ejemplos son las obras del general austríaco Jordis von Lohausen, el teórico belga y fundador del movimiento pan-europeo “Joven Europa” Jean Thiriart (a quien, casualmente, Carlo Terracciano encontró por primera vez en Moscú en mi apartamento en 1992) y el destacado filósofo francés Alain de Benoist. La característica principal de esta continental Gepolítica 2 es la visión del mundo desde el punto de vista de la Tierra. De esto podemos deducir fácilmente el papel de cada jugador en la “gran guerra de los continentes.” Los que están en el lado de la Tierra están automáticamente contra el mar, es decir, contra el mundo anglosajón, en contra de la dominación de EE.UU. y en contra de la globalización occidental (mundialismo).
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Testimonio telurocrático de Carlo Terracciano
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Carlo Terracciano era un sucesor directo de la tradición geopolítica continentalista, el teórico más notable y persistente practicante de la Geopolítica-2. Su obra es quizás el ejemplo más completo y coherente de esta tradición. No se limita a seguir reciclando teorías pre-existentes, sino que aplica los principios básicos de la geopolítica telurocrática para analizar la situación actual en el mundo. No dejó una sombra de duda en su elección personal: habla en nombre de todo el continente de Europa, de la telurocracia. En las condiciones de ocupación y dominación atlantista talasocrática es un gesto viril de la rebelión espiritual y cognitiva. Así Terracciano lleva a cabo un acto simbólico importante: lo que constituye el polo subjetivo, dotado de la voluntad y de la mente, que surge del vertedero de la Europa post-moderna, convirtiéndose en un proyecto alternativo revolucionario de los países de Europa. Ésta posible pero aún no realizable Europa surge – aunque sea sólo en teoría – de entre las ruinas de la modernidad agonizante. Terracciano es una especie de testigo geopolítico, en sus escritos y acciones testifica que la victoria del Mar no es absoluta y que en Europa permanece una red de decidida resistencia geopolítica continentalista y que esta red es plenamente consciente de la naturaleza, finalidad y participaciones en la gran guerra de los continentes. Por lo tanto, Carlo Terracciano está salvando la geopolítica continental europea tradicional, preparando así el restablecimiento teórico de Europa.
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Terracciano como Eurasiatista
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Además, el momento decisivo en la evolución de las teorías Carlo Terracciano fue su encuentro con la tradición geopolítica eurasiatista restablecida en Rusia desde finales de los 80. La escuela moderna eurasiatista rusa de la geopolítica fue fundada a finales de los años 80 como una reflexión geopolítica post-soviética en la visión de mundo de Mackinder, como una especie de respuesta al desafío talasocrático. La lógica constituyente de la construcción de la geopolítica Eurasiatista era muy similar a la génesis de la geopolítica alemana de la escuela de Haushofer. Pero en el caso de Rusia, la simetría era aún más perfecta: Mackinder identificó como el principal enemigo del poder marítimo al Heartland, cuyo control garantiza a la talasocracia la dominación del mundo. Los eurasiatistas rusos en los últimos años 80 aceptaron el marco principal del mapa geopolítico y acordaron reconocer la esencia de la historia de Rusia en la telurocracia. La Rusia es el Heartland, así Geopolítica-2 es la causa rusa. Así se sentaron las bases del moderno neo-eurasismo.
La geopolítica euroasiática rusa se reunió con el continentalismo europeo en 1992 – durante una visita conjunta a Moscú de Carlo Terracciano y Jean Thiriart. Jean Thiriart fue el autor del concepto de “Imperio Euro- soviético de Vladivostok a Dublín” y Carlo Terracciano en esa época escribió su obra programática “En la espuma de la historia” (“Nel fiume della Storia”). Desde entonces el continentalismo europeo y el eurasismo ruso se convirtieron casi en la misma línea geopolítica. Algo similar se describe en el concepto de Haushofer del proyecto continental del bloque geopolítico “Berlín-Moscú-Tokio”. La misma idea fue revivida en el plano teórico en los años 90 en Rusia. El estrecho diálogo geopolítico ruso – europeo comenzó entonces en Moscú y sigue creciendo hasta la actualidad. Al mismo tiempo, otros geopolíticos europeos, en particular Alain de Benoist y Claudio Mutti, visitaron Moscú, entrando en la misma dirección de consideraciones geopolíticas. En Francia, unos puntos de vista muy similares fueron desarrollados por el excelente escritor tradicionalista Jean Parvulesco.
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Carlo Terracciano tuvo en esa amistad eurasiática el papel principal. Con una energía apasionada comenzó a desarrollar la tendencia eurasiatista, invitando a la unión en un bloque continental telurocrático de todos aquellas fuerzas inconformistas contra el status quo. Su obra, aunque se ha desarrollado en el ámbito de una élite intelectual y de escuelas geopolíticas, ha tenido un impacto considerable. Las ideas son importantes, y cualquier acción política siempre se inicia con el proyecto, el programa, la estrategia.
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Islam y telurocracia
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El análisis de la situación actual ha llevado a Carlo Terracciano a la conclusión de que muchos países islámicos y la civilización islámica en su conjunto debe ser considerada como una aliada crucial en la alianza telurocrática en la lucha común contra la hegemonía estadounidense y la globalización plutocrática. Por lo tanto, la importancia del factor islámico se ha convertido en un componente vital del neocontinentalismo moderno. Terracciano debe considerarse como uno de sus fundadores. El Islam es un Poder telurocrático – esta fue la conclusión a la que llegó Carlo Terracciano. Se convirtió desde entonces en una especie de axioma geopolítico para el eurasismo contemporáneo.
Terracciano hizo una serie de viajes y dio una serie de conferencias en los países islámicos – Irán, Siria, etc, promoviendo por todas partes la geopolítica euroasiática continentalista. Ideas y acciones, como siempre en el caso de Carlo Terracciano no difirieron.
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Nacional comunismo
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La formación de puntos de vista geopolíticos han estado acompañados por Terracciano con los correspondientes cambios ideológicos y políticos. La apelación a los criterios geopolíticos, los conceptos y la evaluación del significado crucial de telurocracia exigió la revisión de los fundamentos políticos del patriotismo clásico europeo, que por lo general se refiere a la “Tercera Posición” (anti-liberalismo y anti-comunismo), en el espíritu de Evola, Heidegger y Yockey. Si aceptamos el punto de vista de la potencia terrestre, la Unión Soviética pasó inmediatamente de ser uno de los dos enemigos de Europa (junto con el Occidente capitalista liberal, personificada en los EE.UU.) a ser un aliado. Esto requiere una revisión radical de la “Tercera Posición” y la transición a una fusión entre el europeísmo y el sovietismo, el nacional-bolchevismo. Por una evolución semejante a mediados de los 80′ pasó el máximo teórico de la europea “Nouvelle Droite” Alain de Benoist. A diferencia de muchos otros “nacional revolucionarios” Carlo Terracciano, sin dudarlo, aceptó la dirección ideológica nacional-comunista y se convirtió en uno de los líderes del comunismo nacional en Italia. El Anti-sovietismo y el anticomunismo (sobre todo ahora, después de la caída de la Unión Soviética) se convirtieron en obsoletos y sirven como herramientas en las manos de talasocracia, los liberales y los globalistas. Así que cada ciudadano europeo coherentemente revolucionario debe resueltamente terminar con eso y cooperar activamente con todas las fuerzas de izquierda que luchan contra la hegemonía estadounidense y el capitalismo liberal, que encarnan la esencia de la talasocracia y la civilización del mar. Este giro a la izquierda de Terracciano fue la conclusión lógica de su análisis geopolítico, y él ha dado pasos más decisivos en esta dirección uniéndose así con la tradición de la “Joven Europa” (siguiendo el ejemplo de Claudio Mutti, amigo y colega de Carlo Terracciano ), y convirtiéndose en un pionero de las nuevas tendencias nacional-comunistas y eurasiatistas en la política moderna italiana y europea. Para esta posición política Carlo Terracciano consagró todo un libro bajo el expresivo nombre de “Comunismo Nacional”.
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La justicia social es un valor de la sociedad tradicional. La jerarquía basada en el principio material y la estratificación de clases, que constituye la base del capitalismo, es el mal absoluto y debe ser abolida. La lucha contra el liberalismo, el capitalismo y la oligarquía global por la libertad, la justicia y el orden social basado en la solidaridad y la ayuda mutua es la principal tarea de los nacional-revolucionarios. No se puede tolerar compromiso alguno con la burguesía y sus valores mercantilistas, materialistas y egoístas. El hombre es un ser social. La tradición es una causa del ser colectivo, una causa social. Con el fin de afirmar la sociedad tradicional y aplicarla a escala mundial, es necesario destruir la cosmópolis capitalista fundada en la veneración incondicional del “becerro de oro”. Y en este caso las fuerzas de izquierdas que luchan por la justicia social, son aliadas y amigas, así como las fuerzas de la derecha, que defienden los valores tradicionales – como la espiritualidad, la fe y la fidelidad a las raíces (de hecho, todos éstos valores son incompatibles con el capitalismo y el espíritu comercial).
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Tradicionalismo y la geopolítica de lo Sagrado
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Por último, el aspecto crucial del pensamiento de Carlo Terracciano se asocia con el tradicionalismo y la Tradición. Terracciano siguió el camino trazado por Julius Evola, viéndose a sí mismo como portador de las tradiciones espirituales de Occidente, que se remontan a las profundidades de la antigüedad, al neoplatonismo greco-romano. Era respetuoso frente al Islam y el hinduismo, sentía simpatía por la ortodoxia griega y rusa, pero hasta el final de sus días se abstuvo de aclarar sus puntos de vista religiosos con una confesión concreta. Él era un tradicionalista y un fuerte partidario de los antiguos valores indoeuropeos. Estos valores, a su juicio, tenían que estar en el centro de la guerra santa que él libró contra el mundo moderno.
La tradición está ligada a la tierra. La modernidad está vinculada al mar. Telurocracia significa Tradición, la modernidad significa talasocracia. Así la geopolítica de Terracciano obtiene una dimensión sagrada. No es sólo un instrumento técnico para el correcto análisis político o la planificación estratégica, sino una ideología, una elección espiritual, una llamada para una batalla sagrada escatológica, un Endkampf, que nos exige movilizar todo nuestro ser.
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Muy buen guerrero
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Carlo Terracciano nos da un ejemplo de cómo debería ser la vida de un auténtico geopolítico en el campo de la ciencia, la teoría, la existencia, la ontología, la escatología. Esta es la movilización total del alma, el pago completo de las creencias de todo el contenido de la vida heroica y trágica.
Hoy en día muchos se quejan de que no hay más lugar para los actos heroicos y luchas, todo está condenado a perder desde el principio, nada puede dar resultados empíricos. Esto sólo demuestra debilidad, cobardía y bajeza. Si creemos en algo y nuestra fe es suficientemente fuerte, somos siempre capaces de cambiar el mundo. No hay enemigo imbatible para el ardiente espíritu humano. Carlo Terracciano nos da el ejemplo de un hombre que hasta su último aliento defendió sus creencias. Sus creencias son nuestras creencias. Su lucha es nuestra lucha. Y la lucha de aquellos que vendrán después de nosotros.
Confieso que no me interesa qué clase de hombre era Carlo Terracciano, aunque sus amigos afirman que era genial, amable, honesto. No importa. Es subjetivo. Objetivamente, él era un héroe. El verdadero héroe del continente, de la civilización de la tierra, de Eurasia. Y eso es mucho más importante. Sólo la idea sí importa. Y otra cosa también tiene importancia – la vida humana arrojada al fuego de una gran fe y una gran causa.
Un tradicional proverbio japonés dice: No sólo es bueno el guerrero que sirve honestamente a un buen Estado, bueno es el guerrero que sirve honestamente a cualquier estado – entre ellos el muy malo, y este servicio honesto es el que convierte al mal estado en uno bueno. Carlo Terracciano era un guerrero muy bueno. El guerrero de Europa.

España: ¿se prepara un golpe de Estado tecnocrático?
España: ¿se prepara un golpe de Estado tecnocrático?
El escándalo de corrupción que involucra a altos dirigentes del Partido Popular (PP), incluyendo a jefe del gobierno, Mariano Rajoy, puede ser el preludio de un golpe de Estado preparado por los burócratas de la Unión Europea, para instalar en el poder a un gobierno tecnocrático no electo e imponer brutales medidas de austeridad, de la misma forma que ocurrió en Grecia e Italia.
Todo comenzó cuando el periódico El País publicó planillas del ex tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, que indican que desde la administración de José María Aznar, el actual presidente español, Mariano Rajoy, cobró durante 11 años unos de 25.200 euros anuales no declarados, procedentes de donaciones de empresas, lo que sucede también con otros dirigentes del PP.
Curiosamente, además de El País, son diarios vinculados a la derecha (y por extensión, al gobierno) como El Mundo, quienes más amplia cobertura han dado al caso, levantando sospechas de los intereses detrás de la revelación.
Como explica Joan Arnau en De Verdad Digital, cuando “dos altavoces como El Mundo o El País –portavoces autorizados de la oligarquía y el hegemonismo- difunden en primera página una noticia como esta, capaz de provocar un terremoto político, es porque alguien –y alguien importante- busca sacar rédito del escándalo”.
Para Arnau, el destape de las sobresueldos bien podría formar parte del ataque de los banqueros internacionales que “capitaneado por el FMI y Bruselas busca no sólo saquear los salarios e ingresos del 90% de la población mediante todo tipo de recortes y ajustes, sino también asaltar y apoderarse de las principales fuentes de riqueza del país”.
Así, “los escándalos que han envuelto a la casa real, con la deriva soberanista de Artur Mas (en Cataluña) y ahora con la salida a la luz pública de la corrupción en las más altas instancias del PP”, estarían todos orientados a desestabilizar al Estado español frente al poder de eurócratas y banqueros.
Como explica Arnau, “Rajoy llegó a enfrentarse públicamente a Merkel en Chile, durante la cumbre UE-CELAC, al exigir a Bruselas “políticas expansivas” que permitan a España un respiro en la aplicación de los ajustes”, lo que fue rotundamente descartado por los eurócratas.
Una eventual caída del gobierno de Rajoy permitiría eliminar “a la llamada “vieja guardia” del PP, precisamente los sectores que en el seno del gobierno han mostrado el pasado año una mayor resistencia a aplicar integralmente los mandatos del FMI” y llevar a la instalación de un gobierno tecnocrático no elegido democráticamente, pero con amplias facultades para imponer las medidas de austeridad.
La opción de dar un golpe tecnocrático no es una posibilidad muy alejada de la realidad: ya se hizo en Italia y Grecia durante 2011, como forma de acelerar los programas de ajuste sin escuchar a la voluntad popular.
En junio de 2011, cuando el primer ministro griego, George Papandreu – quien ya llevaba años imponiendo durísimos ajustes – se atrevió a sugerirle al pueblo someter a plebiscito las medidas de austeridad, a los pocos días fue destituido y remplazado por Lucas Papademos, ex vice-presidente del Banco Central Europeo, profesor visitante de Harvard y ex- economista de la Reserva Federal de Boston.
En Italia, a principios de octubre de 2011, “estaba claro que los “mercados” no estaban satisfechos con los esfuerzos de Berlusconi en la implementación de un programa de genocidio social (austeridad fiscal) que fuese de su agrado”, explica Andrew Gavin Marshall.
Así, las élites europeas iniciaron una campaña para desestabilizar al gobierno de Silvio Berlusconi, lo que fue facilitado por sus numerosos escándalos de corrupción y a la creciente oposición popular a los ajustes. Según las encuestas, la renuncia de Il Cavaliere fue aplaudida por un 71% de la población.
Sin embargo, fue la presión de la burocracia europea – no la voluntad popular – la que llevó a la caída de Berlusconi. Una llamada de la canciller alemana Ángela Merkel al presidente italiano Giorgio Napolitano sentenció la renuncia del primer ministro italiano.
En su remplazo fue instalado sin consultar a la ciudadanía el técnico Mario Monti, asesor internacional de Goldman Sachs, presidente europeo de la Comisión Trilateral de David Rockefeller y también miembro directivo del Grupo Bilderberg. Mario Monti es quien ha impuesto recortes aún más duros que los de Berlusconi, con apoyo total desde las altas esferas de la Unión Europea.
Es ese el escenario que podría cernirse sobre España. Para La Mancha Obrera, es bastante sospechoso que un caso de corrupción que se extiende durante décadas, “estalle justo ahora en medio de una crisis estructural, con seis millones de parados y (cuando) la gente que empieza a estar hasta los güevos de tanto político ladrón”, viendo en una dictadura tecnocrática la solución.
También desliza que el ex Comisario Europeo, Joaquín Almunia, podría erigirse como jefe de un eventual gobierno tecnocrático.

Leila Khaled: Apoyamos a la República Árabe Siria contra la subversión wahabo-sionista
Noticias Reales de Siria: “Estoy Gritando: Apoyamos al Ejército Árabe Sirio y a Siria”- Leila Khaled, heroína de la OLP


NUEVO VIDEO de Mimi al-Laham (Syriangirl):
Israel and FSA Proxies Attacks Syria – Retaliate or Perish

Francia: Manifiesto de Troisième Voie – Serge Ayoub
Manifeste, Troisième Voie
http://www.tribunadeeuropa.com/?p=13279
TdE/”La patria es lo que les queda a aquellos que ya nada tienen.”
Jean Jaurès.
Serge Ayoub en una reciente manifestación nacional-revolucionaria en París contra el imperialismo y el globalismo; de apoyo al presidente Assad; y a otros líderes nacionales
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La globalización ultraliberal reivindicada como el alfa y el omega de la felicidad en el mundo tiene de liberal sólo el nombre. En realidad, es un sistema mercantil totalitario. Un mecanismo que esclaviza al hombre en lugar de servirle. Un capitalismo mundial que periclita y se convierte en una crisis sistémica institucionalizada. La Tierra, la flora, la fauna y la humanidad ya no existen más que para el beneficio y el disfrute de una pequeña minoría de propietarios.
Esta es la breve reseña que podemos hacer de nuestro mundo. Esta triste realidad no es inevitable, pero es la voluntad de un puñado de oligarcas despojar a los trabajadores, a la humanidad y a toda la naturaleza de sus riquezas con el único propósito de aumentar su tasa de ganancias.
Rechazamos semejante mundo.
El hombre no debe estar al servicio de la economía, sino la economía al servicio del hombre.
El beneficio no es la meta de la humanidad. La ganancia es se hace sobre las espaldas de alguien y ese alguien es el pueblo, ¡que somos nosotros!
La economía totalitaria de mercado llamada “libre comercio” no es nada liberal sino salvaje: se asienta en la miseria de los productores y en la estupidez de los consumidores.
La creciente interdependencia económica de los Estados no es una libertad sino la obligación de encadenar a los países en el mismo destino capitalista la misma suerte.
El hombre ve su identidad, su familia, las tradiciones, las religiones violadas, abusadas, destruidas, atomizadas y reconstruidas siguiendo los caprichos de los mercados, dando a luz normalmente a un ser amnésico, desplazado, deportado, deslocalizado, flexible y movilizable, nuevamente recortable y explotable a granel, y pronto independientemente de los continentes, climas, razas o países. El trabajador se ha convertido en un animal de carga mundial.
Rechazamos que el trabajador sea un subhumano del capitalismo mundial, mientras que es el motor de la economía por su genio, su trabajo, su producción, su consumo.
No sólo esta ideología ultraliberal, aunque teñida de humanismo abstracto, no proporciona ningún beneficio tangible para las clases dominadas, sino que conduce al empobrecimiento de los trabajadores por la erosión de la clase media, ganando los ricos una cuota cada vez mayor.
Marx lamentablemente no se equivocaba al hablar de la lucha de clases, hay una ”hiperclase” ultra minoritaria y omnipotente opuesta a una clase de oprimidos que se dividirá bien pronto en dos categorías: los que caminan con zapatos y los que ni siquiera tienen.
No, este sistema totalitario mercantil no será la humanidad.
No, otro futuro no es sólo posible, ¡es esencial!
¡Si, hay otro mundo!
Queremos una economía de producción en contra de la economía vampiro de la finanza.
Nosotros somos nacionalistas, porque la nación es el arma más eficaz en la lucha contra la globalización y sus agentes, para defenderse de los bancos y las multinacionales depredadoras. La Nación es la herramienta más natural para organizar la vida social del pueblo, ya que sabe asegurar la coherencia y la prosperidad legítimas. Los trabajadores de cada país tienen objetivos y luchas específicas: los problemas son globales, pero las respuestas no pueden ser más que nacionales. El éxito de una nación puede influir en la otra.
Sabemos que los pueblos de esta Tierra tienen aspiraciones y culturas específicas: la humanidad tiene como deber salvaguardarlos, ya que sin esta diversidad ella es una palabra hueca que sus verdaderos enemigos usan en su contra.
Defendemos la libertad de emprender como un derecho fundamental. Esta libertad se ve amenazada más por la creciente concentración de los mercados que por la justa intervención de un Estado soberano.
El mercado debe obedecer las leyes como todo y todos en este mundo.
Estas leyes regulan una economía al servicio del pueblo.
Queremos que la ley regule la economía, y no que nuestras leyes le sean sumisas, ya que sólo el interés supremo del pueblo y de la nación que emana de él debe regir la política económica.
El futuro de un pueblo no queda sellado a corto plazo y para el beneficio privado, sino a largo plazo y para el interés general.
Para que quede garantizado que servirá bien a su pueblo la política económica debe ser prioritariamente nacional y orientada por el Estado de acuerdo con las exigencias del país.
La política económica del país será definida de acuerdo con los objetivos estratégicos de los sectores vitales de la economía nacional.
La orientación económica del país será definida por sus planes.
Una política de grandes proyectos se llevará a cabo para modernizar y hacer que nuestro país sea competitivo.
Permitirá reindustrializar a Francia creando puestos de trabajo, y hará que nuestro país sea menos interdependiente, es decir, más independiente.
Esta independencia nos hará menos vulnerables a las crisis generalizadas del capitalismo global en quiebra.
Nuestra política económica se orientará sin dirigismo contraproductivo, ya que los planes nacionales también fomentarán la iniciativa privada.
La política económica será esencialmente regida por un pragmatismo heredado de una visión colbertista del gobierno.
La República tiene una sola dirección: la felicidad para el pueblo y el poder para la nación. Cuando ella lo esclaviza o lo distorsiona traiciona su significado y debe ser refundada.
Aunque cada país halla su lugar en el concierto de las naciones.
Si, que los tratados internacionales entre Estados gobiernen estas relaciones, con la condición de que no omitan nunca que el hombre es el centro del mundo y que el trabajador es la riqueza principal. La moneda, espejo esta riqueza, ya no se indexará sobre la especulación de las tasas de cambio de las otras divisas ni sobre el oro, sino sobre su verdadero valor: el trabajo productivo del país.
El progreso tiene como único objetivo mejorar la vida humana y el aumento de su potencial.
El progreso es la meta de la humanidad y el camino de su felicidad.
Si, el progreso solo se puede concebir en una dinámica que favorezca la creación, la investigación y el estudio en todos los niveles de la sociedad: la universidad en las empresas.
Contra los dogmas austeros, sostenemos que la justicia social sirve a la economía y que el único propósito de nuestra economía es la justicia social.
Sí, la defensa de los trabajadores, de todos los trabajadores será nuestro gran combate. Este combate será cotidiano punto por punto, en todos los frentes de defensa de las conquistas sociales y se hará entrando en los sindicatos de masas para tomar su control.
Si, por trabajadores nos referimos al pueblo: desde el proletario al empresario que participan tanto uno como otro en el éxito económico del país.
La lucha de clases existe: los obreros contra la hiperclase mundialista.
Con el tiempo, mediante la aplicación de un programa de participación, el trabajador se reapropierá de sus medios de producción y se abolirá gradualmente el sistema salarial.
Francia ha teniido tradicionalmente vocación universal por liberar a los pueblos de la opresión, por ello anulará la inicua y perversa deuda del tercer mundo para sustituirla con acuerdos económicos sostenibles. Estos acuerdos económicos permitirán que se desarrollen de manera justa nuestros respectivos países. Además, Francia volverá a su papel mayor entre las naciones. Otra vía, otro bloque económico y político nacerá de ello.
Nuestras legislaciones sociales y ambientales tienen un coste que haremos repercutir sobre las mercancías de países que practiquen un dumping desleal mediante la explotación de su población.
Gravaremos los flujos de los mercados de valores.
Francia tiene su lugar en Europa, pero en otra Europa, la de las naciones. Una nueva Europa, una Europa de la cultura y una Europa fuerte se construirán sobre las ruinas de la siniestra Unión Europea.
Vamos a vencer a esta tiranía mundialista porque su poder político es tan virtual como sus fundamentos económicos. Para nuestra producción, nuestro trabajo y nuestra misma existencia somos la realidad de este mundo, y el principio de realidad siempre se impone.
Hay que destruir este viejo mundo, este mundo mezquino, este mundo de mercaderes, y construir un futuro de hombres libres.
Este otro mundo está ante nosotros, un mundo solidario, un mundo que reconcilia al hombre con la naturaleza y con su naturaleza.
Sí, entre el angelismo soñador del izquierdista y el cinismo pesadillesco de la derecha, otra vía política existe.
Somos la única alternativa a esta estafa bipolar de la derecha y de la izquierda, que son sólo dos caras de la misma moneda, relevandose unos a otros para preservar sus privilegios.
Sí, fuera de estos callejones sin salida la voz del pueblo se eleva hacia un espacio tenue, un espacio de libertad, un camino hacia una sociedad perenne, hacia el sentido, hacia el hombre: este camino es el nuestro, ¡es la Tercera Vía!
Traduce del francés Jordi Garriga para TdE

La fascinante historia de D´Annunzio en Fiume – Carlos Caballero
La fascinante historia de D´Annunzio en Fiume:
El comandante y la décima musa.
Carlos Caballero
http://www.geocities.ws/paginatransversal/dannunzio/index.html
El presente artículo fue redactado en 1988, en el 50 aniversario de la muerte de Gabriele D´Annunzio, el poeta soldado.
Quizá sería más justo conocer a D´Annunzio por su amplia y rica obra literaria. Alguien ha dicho que él “dió fondo a todas las posibilidades de la literatura” y que tuvo “una fe absoluta en el valor de la literatura” (1). Pero el nombre de este Leonardo da vinci de las letras está indisolublemente unido a la acción, a Fiume. Antes de ponerme a redactar estas líneas he rebuscado por curiosidad en varias librerías, tratando de conocer qué puede leer el público en español de D´Annunzio; sólo he podido encontrar una edición de los “Cuentos del río Pescara” en Alianza Ed. (col. Alianza Tres), otra del “Canto nuevo”, bilingüe, de Ed. Lumen y una tercera, traducción al catalán de “El placer” de Ed. 62… Aunque me consta que ha habido otras ediciones de obras suyas una conclusión se impone: uno de los escritores italianos más importantes de este siglo, reverenciado en vida por sus compatriotas, que mantienen hoy tan vivo su interés por él como para conmemorar ampliamente el 50 aniversario de su muerte, es –en España- un autor del samiszdat (2).
Mientras que en nuestro país se conmemora de forma prácticamente institucional el mítico mayo del 68, queriéndonos imponer la idea de que aquel gigantesco “bluf” fue uno de los momentos estelares de la historia nadie parece querer recordar que fue D´Annunzio quien acuñó la idea de “la imaginación al poder”. Pero entremos en materia. La aventura de D´Annunzio en Fiume es inseparable de su participación en la I Guerra Mundial e, incluso más, de su actividad en el movimiento intervencionista. En un mundo intelectual dominado por el discurso irenista como el de hoy, casi cuesta trabajo imaginarnos a un intelectual de prestigio predicando ardorosamente la participación de su país en una guerra. Hay que anotar, en primer lugar, que en 1914 la guerra era una realidad que tiene poco que ver con el conflicto concebido por los estrategas actuales (con armas de destrucción masiva –químicas y nucleares- y sistemas de armas convencionales basados en tecnologías de punta, capaces de destruir al enemigo sin tan siquier verlo) y casi se parecía más a la que se había librado en la Edad Media. Hoy estar a favor de una guerra es predicar la llegada del Apocalipsis, ya que existe en la actualidad la temible posibilidad de acabar con toda forma de vida en el planeta, derivada de la ideología igualitaria-pacifista que, en su deseo de abolir la historia, de suprimir el conflicto ha creado los medios para conseguir que la próxima guerra sea la última… No era esta la modalidad de guerra que se presentaba ante los intervencionistas italianos; sin duda sería una guerra cruel, pero estaría muy lejos de toda posibilidad de aniquilación masiva.
Pero aún queda otra pregunta: ¿por qué entrar en guerra? En el intervencionismo italiano debemos distinguir entre una corriente de izquierdas y otra de derechas. Los últimos veían en la guerra una posibilidad para Italia de recuperar las regiones irredentas: una típica guerra nacionalista. Mucho más interesante fue el intervencionismo de izquierda, donde confluyeron futuristas (Marinetti), sindicalistas revolucionarios (Panunzio, Michels) y socialistas disidentes (Mussolini). Los futuristas, en su ferviente deseo de acabar con la moral pequeño-burguesa, estaban dispuestos a todo con tal de liquidar aquel mundo y no dudaban en predicar que la guerra era “la única higiene del mundo” (3). Los sindicalistas revolucionarios y socialistas disidentes habían descubierto que las masas obreras eran enteramente permeables a las ideas nacionalistas con motivo de la guerra italo-turca por Libia (en 1911) y habían extraído de ahí una lección importante: la nacionalidad era más eficaz como motor de la movilización de las masas que las ideas de clase. Si se conseguía llevar a los italianos a la guerra, venciendo la oposición del Parlamento, éste quedaría totalmente desacreditado, y con él todo el sistema de dominación político construido por la burguesía, abriendo así la posibilidad a una crisis revolucionaria (4). La guerra era sí entendida y presentada como una guerra revolucionaria.
D´Annunzio participaba en esta última tendencia. Aunque había iniciado una breve carrera política en las filas de la derecha, en una famosa ocasión abandonó su escaño para dirigirse “hacia la Vida”, sentándose entre los diputados de la izquierda. La más conocida contribución de D´Annunzio a la causa intervencionista fue la “Oración de Quarto” (5), magnífica pieza oratoria, con una significativa transvaloración implícita de las bienaventuranzas del Sermón de la Montaña, en la mejor tradición de la religiosidad pagana:
“Bienaventurados los que tienen, porque podrán dar más, porque podrán arder. Bienaventurados los que tienen veinte años, una mente casta, un cuerpo templado y una madre animosa. Bienaventurados aquellos que, esperando y confiando, no disipan sus fuerzas, sino que las preservan con la disciplina del guerrero (…) Bienaventurados los que tienen hambre de gloria, porque serán saciados (…) Bienaventurados los puros de corazón, felices al retornar victoriosos, porque verán la nueva faz de Roma, la frente coronada de Dante, la belleza triunfal de Italia” (6).
Después de pronunciar palabras tan encendidas cabía esperar que D´Annunzio se alistara como soldado… pese a que contara ya con más de 50 años (nació el 12 de marzo de 1863). Esto no desanimó al celebrado poeta, que movió todos los hilos de sus influencias hasta conseguir ser alistado. Su hoja de servicios militar resulta abrumadora: tres Cruces al Mérito de Guerra, una Medalla de Bronce al Valor Militar, tres ascensos por méritos en campaña, Cruz de Oficial de la Orden Militar de Saboya, seis Medallas de Plata y la codiciadísima Medalla de Oro al valor Militar. Lo más singular es que en los años de guerra D´Annunzio sirvió en las tres ramas de las Fuerzas Armadas. En tierra combatió como oficial de Lanceros (no fue casual, desde luego, su elección de la Caballería) y en el mar como tripulante de lanchas torpederas. En una audaz incursión en las bases adriáticas de la Marina de guerra austro-húngara echó a pique un acorazado enemigo. El fue quien redefinió las siglas, M.A.S., de estas frágiles embarcaciones que de “motoscafo antisomergibili” (lanchas motoras antisubmarinos) pasaron a representar un épico “motto”. “memente audere semper” (“recordar siempre el ser audaces”). Pero sus aventuras más celebradas las vivió en el aire. Eran otros tiempos, eran los tiempos del Barón Rojo. Hoy un piloto de “Thomcat” puede disparar, gracias a la sofisticada electrónica de su avión, hasta 14 misiles letales hacia enemigos que ni tan siquiera tiene al alcance de la vista; entonces el solo hecho de atreverse a montar en aquellos frágiles aparatos exigía dosis de valor más que considerables. Pilotando un hidroavión, D´Annunzio perdería un ojo en un amerizaje forzoso. Su hazaña más famosa consistió en dirigir una escuadrilla que, tras sobrevolar los Alpes, bombardeó Viena… con propaganda redactada por el poeta. Toda la mística del “beau geste” está reunida en este hecho: desafiar los colosales Alpes, a la aviación y la artillería antiaérea enemigas, tan sólo para demostrar su voluntad y su audacia.
La guerra fue una catarsis para D´Annunzio, que la sufrió acosado por el estruendo de la artillería en enfangadas trincheras, meciéndose en solitario en su lancha en medio de la oscuridad de las noches del Adriático y frágilmente orgulloso a bordo de su endeble avión. El poeta se había transmutado en el poeta-soldado y los italianos ya no dejarían de conocerlo salvo con esta definición. Pero el tiempo de los guerreros pasó y llegó el de los políticos. Tras la derrota de los Imperios centrales se reúnen las Conferencias de Paz (7) que deben definir las fronteras de Europa. Y pronto Italia va a sufrir un amargo descubrimiento: sus aspiraciones nacionales no son admitidas. En el llamado “Pacto de Londres”, el Reino Unido y Francia habían reconocido a Italia la anexión de amplias regiones en la costa adriática, en Dalmacia. Pero los grandes vencedores del conflicto, los Estados Unidos, por obra y gracia de su presidente Woodrow Wilson, no reconocían aquel pacto. “La América de W. Wilson era la América del proceso a Sacco y Vanzetti (8) y esta América estaba difícilmente dispuesta a hacer concesiones importantes a los representantes italianos en las Conferencias de Paz” (9).
Un nuevo estado iba a crearse en los Balcanes, Yugoslavia. De hecho no era sino un “cocinado geopolítico” de dudosa viabilidad y estabilidad, tanto ayer como hoy mismo, y sería más apropiado llamarlo Gran Servia. Conviene recordar que Servia había sido el detonante del conflicto por su enfrentamiento con el Imperio Austro-Húngaro y ahora, vencidos los Imperios Centrales, había que premiar su dedicación a la causa aliada. La más profunda indignación sacudió a los excombatientes italianos. La rabia más feroz afloraba en sus expresiones. Tanta sangre vertida, tanta angustia, esfuerzo, dolor, ¿para qué? Sólo D´Annunzio supo dar una expresión magistral a esos sentimientos: “Nuestra victoria no será mutilada”.
D´Annunzio había arrastrado, con su oratoria y con su ejemplo, a miles de hombres hasta los campos de batalla. Permitir ahora que las Conferencias de Paz traicionaran las aspiraciones de aquellos oscuros soldados era romper vilmente los silenciosos lazos de fidelidad establecidos entre los combatientes. En su “Lettera ai Dalmati” (enero de 1919) el poeta-soldado escribía:
“Hemos combatido por la Italia Grande. Queremos la Italia Grande (…) Yo y mis compañeros no queremos ser italianos en una Italia chocha por las influencias transatlánticas de Wilson, ni de una Italia amputada por la cirugía transalpina de Clemencau (…) estoy dispuesto a sacrificar todo amor, toda amistad, toda conveniencia por la causa de la Dalmacia italiana. Me tendréis con vosotros hasta el fin”.
La situación era explosiva. Los EUA amenazaban con interrumpir toda ayuda económica (vital en aquellos momentos) si el Gobierno italiano persistía en reclamar la Dalmacia. Pero el gobierno que, como es habitual –casi diría que atávico- en la democracia italiana, se hallaba en una situación de extraordinaria debilidad política, difícilmente podía renunciar a una aspiración tan ampliamente compartida por el pueblo italiano. La inestable y potencialmente revolucionaria situación (la Europa de la primera postguerra mundial era campo abonado para toda suerte de experiencias revolucionarias) se complicaría extraordinariamente si el gobierno no acogía el clamor popular a favor de la Dalmacia italiana. Este clamor popular encontraba su mejor mentor en D´Annunzio. Aunque había nacido en Pescara, en los Abruzzos, el poeta-soldado era un veneciano adoptivo. Y, el 25 de abril de 1919, en la Plaza de San Marcos, el corazón de una Venecia que había construido su imperio en el Adriático, D´Annunzio volvía a alzar su voz ante un público expectante:
“Hoy, en todos los puertos de las ciudades dálmatas, en los muros de la ardiente Fiume, el libro está cerrado (10). Si lo reabrimos, lo haremos por la página donde está escrito, con la sangre de Montello, con la sangre de Vittorio Veneto, como sobre la puerta de Rovigo, VICTORIA TIBI MARCE, VICTORIA TIBI INTEGRA ITALIA” (11).
Días después, en mayo, bajo el recuerdo de la entrada de Italia en la guerra, tres años antes, vestido con su uniforme de Lanceros y con un parche sobre su ojo vacío, arengaba a las masas en el “Augusteo” de Roma:
“Nuestro mayo épico vuelve a comenzar y de nuevo estoy ante vosotros. Una vez más, yo estoy dispuesto y vosotros también (…) Levantaos, levantaos de nuevo con todo vuestro ardor contra los que os deshonran, contra los políticos que os traicionan… Allí, en las rutas de Istria y de Dalmacia, construidas por los romanos, ¿no oís el paso cadencioso de un ejército en marcha? Los muertos avanzan más rápido que los vivos. ¿Qué esperáis para uniros a ellos?”.
Y en la tarde del 6 de mayo, desde el Capitolio, se dirige a más de 50.000 absortos oyentes:
“El heroísmo ha resplandecido durante cuatro años de guerra se ha extinguido en todas partes, salvo en Italia. Todo aquello que ha arrojado los destellos más vivos no es ahora sino carbón apagado, bueno tan sólo para escribir sobre un muro blanco las cotizaciones de la Bolsa”.
Llegados aquí se hace imprescindible alguna información sobre la ciudad de Fiume. Situada geográficamente en la costa croata, había pertenecido a la doble corona austro-húngara. Si Trieste había sido la salida al mar de Viena, Fiume lo había sido para Budapest. Ciudad de gran interés estratégico y económico, estaba habitada por croatas y húngaros pero, sobre todo, por italianos, que eran el grupo nacional que impulsaba el desarrollo de la ciudad. Si el lector desea localizarla en el mapa debe buscarla bajo su actual nombre de Rijeka, en el extremo oriental del itsmo de la península de Istria. Durante los años de pertenencia al Imperio había tenido un estatuto de autonomía muy amplio, que garantizaba a los italianos el dominio de la ciudad. Ahora el nuevo Estado yugoslavo pensaba incorporarla a su soberanía y el fin de su italianidad se presagiaba como inminente. Los fiumanos eran, de entre todos los italianos que poblaban las costas dálmatas (había fuertes colonias en Pola, en Zara, en Spalato, en Ragusia…) los más decididos a mantener libre y viva su italianidad.
La lucha por Fiume se inició en octubre de 1918. Fuertes contingentes italianos se hallaban desplegados en toda la Dalmacia, ocupando los despojos del Imperio Austro-Húngaro hasta que se firmara la Paz. Pero el día 28 tropas yugoslavas entraron en la ciudad. Los ciudadanos italianos reaccionaron constituyendo un Consejo Nacional que proclamó su voluntad de unirse a Italia y pidió ayuda en este sentido a los soldados del III Ejército italiano. Buques de guerra italianos anclaron en el puerto y, simultáneamente, la crisis devino internacional. Los franceses apoyaban, casi sin reservas, a los yugoslavos, ya que esperaban transformarse en la potencia hegemónica en los Blacanes, gracias a una estrecha alianza con la nueva nación y con Rumanía. Los ingleses, como siempre, practicaban una política más sibilina: Fiume era un gran puerto, con importantes astilleros y si no caía en manos italianas los navieros y comerciantes del Reino Unido (que veían con temor el crecimiento de la marina italiana) harían mejores negocios en los Balcanes que con una Fiume italiana. La opinión de los EUA, ya la hemos visto.
Por espacio de varios meses se vivió una guerra fría internacional en la ciudad. Fiume era campo de lucha de agentes yugoslavos, norteamericanos, franceses, ingleses e italianos. La ciudad fue ocupada por tropas de todos los aliados: contingentes franceses, ingleses y norteamericanos flanqueaban a los italianos. Y las relaciones entre los antiguos aliados se hicieron crecientemente tensas. A lo largo del verano de 1919 hubo varias explosiones de violencia, incluyendo choques armados entre soldados italianos y franceses, con un saldo de varias decenas de muertos. Mientras, los diplomáticos reunidos en los alrededores de París eran incapaces de encontrar una solución al conflicto de intereses. Si el conflicto preocupaba en las Cancillerías europeas, en Italia apasionaba hasta al último hombre de la calle. El gobierno se debatía entre un moderado apoyo a los irredentistas, cuyas manifestaciones masivas e intransigentes eran una baza más en sus negociaciones en París, y el temor a que el movimiento se desbordase y, tomando un cariz revolucionario, subvirtiera el sistema político.
La explicación de este temor está en los veteranos de guerra, que se habían convertido en un grave problema: se les habían hecho grandes promesas a los soldados (participación política, repartos de tierras, etc.) que el gobierno ahora no estaba en condiciones o no estaba dispuesto a conceder. El país atravesaba una espantosa crisis económica (en 1921 el coste de la vida había aumentado en un 560% respecto a 1914). Los soldados echaban la culpa de sus males y de los de Italia a la inepcia y venalidad de los políticos. Las críticas eran especialmente feroces entre los “Arditi” (las tropas de asalto) que habían sido la elite del Ejército. Estos soldados, que habían vivido la guerra como una aventura épica, estaban ahora dispuestos a transferir sus energías a la vida política, combatiendo tanto al gobierno liberal como a la oposición socialista, que siempre se había opuesto a la guerra y denostado a los combatientes. En 1919 los “Arditi” habían asaltado, codo a codo con los fascistas, la sede del periódico socialista “Avanti”. Pero si el líder socialista Turati los calificaba de mercenarios en manos de la reacción, el gobierno prohibía a sus soldados la lectura de “L´Ardito” (el periódico de los “Arditi”) por considerarlo bolchevique.
Los italianos de Fiume estaban dispuestos a usar la explosiva situación interna de Italia a su favor. Los intervencionistas de le pre-guerra y los veteranos “Arditi” eran sus aliados naturales. A lo largo de la primavera y el verano de 1919 se tramaron varios complots para realizar una conquista violenta de la ciudad, a la sazón ocupada por contingentes inter-aliados. Implicados en ellos aparecían autoridades militares, líderes nacionalistas (como Federzoni), miembros de la Casa reinante (como el Duque de Aosta), sindicalistas revolucionarios y fascistas. Pero si un nombre sonaba era el de D´Annunzio. El gobierno trataba de alejar el peligro ofreciéndole al poeta-soldado medios para la realización de un sueño largamente acariciado: un vuelo en solitario entre Italia y Japón. “Era un proyecto propio del genio del poeta y le habría permitido finalmente visitar Oriente, con todos los exóticos misterios que le esperaban (años después D´Annunzio se volvió de nuevo hacia Oriente en busca de inspiración, cuando había llegado a la conclusión de que Occidente era ya estéril y de que sólo Oriente poseía la sabiduría y la profundidad capaces de revitalizar la creatividad europea). Los hombres del gobierno vieron en el vuelo la posibilidad de mandar al poeta lejos de las fronteras italianas y animaron por todos los medios posibles este sueño, mandándole a Venecia, donde vivía, un cortejo de generales y almirantes para pedirle que volara a Japón” (12).
Sin duda D´Annunzio no trataba sino de lanzar una cortina de humo sobre sus verdaderos propósitos. La situación en Fiume le obsesionaba, porque no dejaba de empeorar. Con los grandes mítines ya comentados de Venecia y Roma, pese a su eco y a la masiva audiencia, no había logrado hacer caer al gobierno de Roma, ni siquiera modificar la actitud de éste hacia Fiume. Había que decidirse a una acción directa, en el mismo Fiume, antes de que fuera tarde. Y el tiempo trabajaba en su contra. La Comisión Inter-aliada que se ocupaba de los problemas de la ciudad había dado varias órdenes significativas: disolver la “Legión Fiumana” creada por el Consejo Nacional italiano de la ciudad, y también el Consejo mismo, así como sustituir en la ciudad a las tropas italianas allí establecidas, consideradas demasiado próximas a los ideales irredentistas, por otras unidades. El gobierno, presidido por Nitti, estaba dispuesto a cumplir estas disposiciones y fueron emitidas las oportunas órdenes a las tropas, pertenecientes a una de las unidades italianas de más largas y gloriosas tradiciones, los “Granatieri di Sardegna”. El 25 de agosto de 1919 se producía la evacuación del primer contingente, entre gigantescas manifestaciones de los fiumanos, que imploraban a los soldados que no les abandonaran. Estos dejaron atrás la ciudad con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas de rabia. Apenas salidos de la ciudad un grupo de oficiales decidió conjurarse y pasar al ataque. Siete oficiales juramentados (“¡Fiume o Muerte!”) se dirigen a D´Annunzio para que encabece el movimiento rebelde. Aunque el poeta-soldado se hallaba aquejado por una altísima fiebre, parte precipitadamente hacia Ronchi, donde los oficiales rebeldes le esperan. Lo hace tan rápido que no da tiempo a que le alcance el único hombre político con el que había estado íntimamente en contacto los últimos meses, Benito Mussolini (los “Granatieri di Sardegna” habían ofrecido en fechas anteriores la posibilidad de liderar su revuelta al escritor Sam Benelli, al líder sindicalista revolucionario Enrico Corridoni, al jefe del partido nacionalista Luigi Federzoni, auno de los descendientes del héroe nacional, Peppino Garibaldi, y al mismo Mussolini).
Alea iacta est. La suerte estaba echada. D´Annuzio, al frente de un reducido número de soldados rebeldes (186 granaderos) sale desde Ronchi (cerca de Trieste), hacia Fiume. La “Marcha de Ronchi” es el primer acto de la epopeya. Es el día 12 de septiembre. Cuando esta Marcha sobre Fiume acabe, ese mismo día, la columna del soldado-poeta habrá crecido con sucesivas incorporaciones espontáneas hasta 2.250 soldados. En vez de oponerse a su paso, los hombres –que reconocen al héroe por sus medallas y sus cicatrices- se unen a él. En cuanto a las unidades militares de otras nacionalidades, comprenden que oponerse a esta aguerrida y bien pertrechada tropa es una temeridad y abandonan el campo. D´Annunzio entra en Fiume aclamado frenéticamente por unas multitudes que están al borde de la histeria. Sus cálculos habían sido ciertos: ha bastado una demostración de valor y orgullo para que las potencias coaligadas contra Italia retiren sus peones del terreno de juego.
Benoist-Mechin, a mi parecer justificadamente, ha puesto en relación estos hechos con otros que él mismo ha estudiado minuciosamente en su magistral “Historia de Alemania y de su Ejército”. Me refiero a la marcha de los “Freikorps” alemanes hacia el Báltico: “la marcha de los Arditi sobre el Adriático se realiza mientras los Cuerpos Francos alemanes progresan hacia el Báltico, a través de Curlandia. Estas dos aventuras son estrictamente contemporáneas (…) es de esos raros momentos de la Historia en las que una fracción del Ejército, rechazando el seguir jugando el papel al que el Estado quería reducirlo- el de guardián y protector de una situación dada- se lanza a la aventura de abrir el camino a un nuevo Derecho humano” (13). En efecto, si el 12 de septiembre los “Arditi” tomaban Fiume, el 6 de octubre del mismo año los hombres de los Cuerpos Francos ocupaban Dunaburg (Daugavpils, en Letonia). ¿Es sólo la resistencia de Europa Occidental ante el avance de los eslavos? No lo creo: “la patria ardía en aquellos corazones atrevidos”, como escribió Von Salomon. Pero no sólo para defender sus límites, sino también, y aún más, para renovar su misma vida nacional, tanto política como culturalmente. Pero volvamos a Fiume.
Los “Arditi” que entran en Fiume cantando hasta enronquecer su himno, “Giovinezza”, se juntan con los voluntarios de la “Legión de Fiume”. Del Palacio de Gobierno se arrían todas las banderas, salvo la italiana. D´Annunzio es designado “Comandante”. El poeta-soldado se dirige desde el balcón a las masas, inaugurando un ritual que se hará característico:
“Italianos de Fiume (…) En un mundo loco y vil, Fiume es hoy el signo de la libertad; en un muno loco y vil hay sólo una cosa pura: Fiume; hay una sola verdad: Fiume; hay un solo amor: Fiume. Fiume es como un faro luminoso que brilla en un mar de abyección”.
¿No suena un poco exagerado todo esto para lo que parece ser apenas uno más de los innumerables conflictos fronterizos que en el mundo han existido, existen y existirán? Muchos han explicado esta oratoria recurriendo tan sólo al característico estilo ampuloso de parte de su obra literaria. Pero esto, por sí solo, es absurdo. No entenderemos jamás la epopeya de Fiume si no nos acercamos al pensamiento del poeta. “En la contraposición delineada por D´Annunzio entre Fiume y el resto del mundo se manifiesta una concepción elitista que desde hacía tiempo caracterizaba los escritos y declaraciones públicas edel poeta. Para D´Annunzio el mundo se dividía en dos campos, incluso podríamos hablar de dos niveles de realidad moral, cuyos símbolos eran Fiume y Roma. Fiume, donde se había expresado en un único acto de heroísmo viril la voluntad de un pueblo oprimido; y Roma, que se limitaba a vegetar, como de costumbre, entre las rutinarias preocupaciones por los asuntos de Estado, es decir, donde se desarrollaba una política manejada por viejos estadistas enclaustrados en cuatro paredes y entre la vulgaridad del mundo post-bélico” (14). Fiume no era un pedazo de tierra. Fiume era un símbolo, un mito, algo que quizá no pueda entenderse en nuestros días, en una época tan refractaria al mito y a los ritos. La empresa de Fiume tiene más de rebelión cultural que de anexión política. No está de más señalar aquí que ocupando Fiume, D´Annunzio se proponía darle una bofetada a Woodrow Wilson, el hombre que había frustrado las esperanzas italianas (“el mentiroso cuya sonrisa descubre treinta y dos falsos dientes”) ¿Simple exabrupto contra una potencia extranjera poco amiga? No, D´Annunzio tenía razones íntimamente más profundas: desde lo más íntimo de su alma odiaba a “esa pseudocivilización fundada en el culto al dólar”.
Pero estoy desviándome del hilo de esta exposición. D´Annunzio sí que valoraba los ritos y los mitos. La experiencia de Fiume fue elocuente en este punto. Apenas llegado a la ciudad empezó a orear un ritual, una liturgia, destinada a tener unos ecos muy amplios. Ante los ojos de los civiles de Fiume y de sus legionarios desplegó una bandera italiana que había llevado uno de sus amigos, oficial de infantería, cuando murió en combate. Con este símbolo sagrado galvanizó la voluntad de aquellos hombres, haciéndoles jurar que lucharían hasta la muerte. El culto a los héroes caídos por el ideal ocuparía en adelante el lugar central de una liturgia fiumana. No menos significativo fue que entre las primeras medidas del Comandante estuviera el diseñar un símbolo para Fiume. Y ese símbolo fue el de la llama de fuego; símbolo que ya había sido utilizado por los “Arditi” en la guerra y que entroncaba perfectamente con la definición danunziana de Fiume como “ciudad-holocausto”. Pero sin duda lo más famoso y trascendente habría de ser la nueva forma de liderazgo político, basada en las arengas a las masas, que se convertían en un auténtico diálogo entre el poeta-soldado y un gran conjunto de hombres y mujeres, que respondían unánimemente a sus preguntas y secundaban con una sola voz sus invectivas y sus gritos de guerra. Esta comunicación electrizante (mejor diríamos comunión) convertía cada mitin en un plebiscito. Las masas eran arrastradas por una oratoria creadora y brillante a una nueva forma de manifestación política, más noble y trascendente que la anodina anécdota de depositar un voto de papel en una urna. Los hombres que gritaban hasta enroquecer los estentóreos “Eia!, Eia!, Alalaaa!” –el célebre grito de guerra danunziano-, se sentían partícipes de una comunidad orgánica de ideales y voluntades y se vinculaban a un líder carismático que sabía captar cuál era su genuina voluntad mucho mejor que cualquier político al uso. La regeneración de la política que muchos, empezando por Max Weber, han considerado necesaria para que el mundo no caiga en manos de los burócratas, tuvo en Fiume uno de sus primeros y más afortunados ejemplos.
Volvamos a temas más prosaicos. ¿Cómo reaccionó Italia y el mundo ante la conquista de Fiume? En Roma fue el momento del pánico. El gobierno y los parlamentarios temían una “marcha sobre Roma” de D´Annunzio y sus legionarios. En las Cancillerías extranjeras se dudaba sobre si todo esto no sería una maniobra apoyada clandestinamente por el gobierno italiano, para dar más fuerza a sus negociaciones, o bien se temía el inicio de una revolución que fuera el final de la débil democracia italiana. Sorprendentemente, nada ocurrió. El Comandante, ingenuamente, pensó que su gesto bastaría para levantar a los italianos contra Nitti y esto, evidentemente, no sucedió. Nitti aprovechó la coyuntura y reaccionó declarando fuera de la ley a D´Annunzio y a sus legionarios, así como decretando el bloqueo a la ciudad, con el apoyo del parlamento.
Se abría un largo período de 16 meses, a lo largo de los cuales Fiume y su Comandante desafiaron a Italia y al mundo. “Más que molestias impuestas al gobierno fiumano, convertido en ilegal por las autoridades de Roma, el verdadero obstáculo de la empresa de Fiume fue la larga espera” (15). Los primeros días fueron aún exultantes: las tropas italianas destinadas a cercar la ciudad –al mando de un personaje que se hará famoso, el general Badoglio- desertaban y se incorporaban a los legionarios fiumanos en tan gran cantidad que el Comandante tuvo que rechazar a unidades enteras, por carecer de medios para abastecerlas. Desde Italia llegaban testimonios de apoyo y, aunque el gobierno censuraba la prensa para impedir manifestaciones de solidaridad, el periódico milanés “Il Popolo d´Italia”, dirigido por Mussolini, sostenía ardorosamente la causa fiumana. El líder del futurismo, Filippo Tommaso Marinetti, fue uno de los primeros en visitar la Fiume liberada. También lo haría, más tarde, Guglielmo Marconi, el inventor de la radiodifusión. Hubo otros muchos, pero la visita más significativa sería la de Mussolini (el 7 de octubre) quien se esforzó por hacer comprender a D´Annunzio que no podía encerrarse en Fiume, que debía lanzarse sobre Roma, desembarcando sus soldados en los puertos del Adriático, para abolir después la monarquía y tomar el poder. En ese momento aquello era aún imposible, pero D´Annunzio cometió aquí su primer error histórico. ¿Por qué el Comandante no se aprovechó de la ocasión, se pregunta Benoist-Mechin? “Se le veía dudar, contemporizar, perder un tiempo precioso. Pero no era audacia lo que le faltaba. Lo había probado. Esta vez parece haber pecado de exceso de presunción. En vez de saltar sobre su presa, adueñándose por la fuerza de Roma, parece haber imaginado que el Rey, viniendo hasta él, le ofrecería el poder sobre una bandeja. En esto es en lo que se equivocó”. Mussolini, un profundo admirador de D´Annunzio, era sin embargo un hombre realista. Y de hecho no confiaba ni en la capacidad de análisis político del Comandante ni en sus dotes de organizador. Conquistar Fiume no debía tener otro objetivo que saltar de allí con destino a Roma. Y eso no lo vio el poeta-soldado.
De hecho, D´Annunzio miraba en dirección contraria: hacia la costa dálmata. El conde Nino De Fangogna había desembarcado inesperadamente con un grupo de seguidores en la ciudad de Trau el 25 de septiembre y, aunque había sido obligado a reembarcar por los marines norteamericanos, pareció por un momento que el ejemplo podía extenderse. El Comandante tenía sus ojos puestos en Zara y en Pola. La visita de Corridoni, para animarle a marchar sobre Venecia, no tuvo más éxito que la de Mussolini. Esto no quiere decir que el Comandante no comprendiera que era vital para sus proyectos el hacer caer al gobierno de Nitti, pero era esta una tarea que confió a los políticos del Consejo Nacional italiano de Fiume. Eran estos unos políticos de viejo cuño, sólo preocupados por la anexión de su ciudad al Reino de Italia y ajenos a todo proyecto revolucionario, que no dudarían en negociar con Badoglio y con los políticos de Roma, incluyendo al gobierno, con tal de conseguir sus pragmáticas aspiraciones.
Los hombres del entorno inmediato del Comandante eran de una naturaleza totalmente distinta. Uno de ellos se hacía notar especialmente: Guido Keller. Había sido uno de los ases de la aviación italiana en la guerra y en Fiume destacó por organizar un grupo de singulares piratas que era capaz de adueñarse de cualquier barco, italiano o extranjero, que navegase por las aguas comprendidas entre el Estrecho de Messina y Venecia. En el Fiume cercado la llegada de los buques capturados era motivo de una alegría indescriptible, no sólo porque contribuía a solventar la penuria de abastecimientos de la ciudad (por causa del bloqueo establecido por el gobierno) sino -aún más- por lo que estos hechos tenían de desafío y reafirmación de su voluntad. Estas incursiones no se limitaban al mar. En tierra, los hombres de Keller fueron capaces de interceptar las líneas de comunicaciones enemigas, manteniendo así puntualmente informado al Comandante. Incluso se dio un golpe de mano para capturar a uno de los más destacados enemigos de la empresa dannunziana en Fiume, el general Nigra -uno de los comandantes de las tropas que cercaban la ciudad- quien una vez en presencia del Comandante se vio obligado a retractarse públicamente… En otra ocasión, ya hacia el final de la aventura fiumana, Keller voló en solitario hasta Roma para lanzar un orinal sobre la sede del Parlamento. El mismo D´Annunzio participaba en operaciones similares y así, el 14 de noviembre, desembarca en la ciudad de Zara (bajo administración militar italiana) para anexionarles simbólicamente por unas horas.
En la ciudad misma el ambiente no podía ser mejor. Fiume parecía vivir una fiesta permanente: “La vida en la Fiume dannunziana era un continuo espectáculo (…) esta eterna fiesta contribuía a mantener el apoyo de los legionarios y de los ciudadanos a los planes del Comandante. La eficacia de la movilización de las masas fiumanas será mejor valorada si se la considera sobre el fondo de la grave situación económica que padecía la ciudad y teniendo en cuenta las dificultades sociales que gravitaban sobre Fiume en el otoño e invierno de 1919″ (16). En efecto, la otrora activa ciudad portuaria y mercantil estaba paralizada. Los suministros escaseaban. La moneda se había hundido. Y el panorama italiano evolucionaba en sentido totalmente contrario al deseado por el Comandante, ya que Nitti había sido capaz de ganar las elecciones de noviembre de 1919.
En esta situación desesperada eran pocos los hechos que llevaban hasta Fiume la esperanza. Y el más relevante de ellos fue la arribada del buque mercante “Persia”. Cargado hasta reventar de armas y municiones, el buque había sido fletado para llevar estos suministros al Ejército Blanco del Almirante Koltchak, que en Siberia combatía a los bolcheviques. Pero, en vez de dirigirse hacia Vladivostok, su comandante, el Capitán Giuletti, había puesto su proa en el rumbo de la ciudad asediada de Fiume. Giuletti no era un capitán cualquiera de la marina mercante: era el presidente de la “Gente del Mare”, el sindicato socialista de los marinos. Y también un amigo íntimo de Enrico Malatesta. El suceso estaba destinado a tener amplias consecuencias. Hasta entonces las fuerzas nacionalistas conservadoras habían constituido el sector más amplio de los que apoyaban a D´Annunzio (junto con los ex-intervencionistas de izquierda). Pero estas fuerzas habían sido incapaces de derribar a Nitti. Ahora eran los hombres de izquierda los que empezaban a prestarle un apoyo capital y D´Annunzio –en consonancia con este hecho- iba a reorientar su política en sentido netamente radical.
Para empezar, el Comandante quiso situar el conflicto en una nueva perspectiva internacional. El discurso del 24 de octubre (titulado “Italia y Vida”) marcó la nueva época. En él, D´Annunzio, tras repasar la lucha por la anexión de Fiume a Italia en sus distintas fases, daba un nuevo enfoque al problema que la ciudad-holocausto suponía en la política mundial:
“Podremos perecer todos bajo las ruinas de Fiume; pero de las ruinas emergerá, vigilante y activo, el Espíritu. Desde la Irlanda del indómito “Sinn Fein” hasta la bandera islámica de Egipto, todas las insurrecciones del Espíritu contra los devoradores de carne cruda y contra los explotadores de pueblos inermes se encenderán con nuestra chispa (…) Todos los expoliados de todas las especies se reagruparán bajo nuestro signo. Y los inermes serán armados. Y la fuerza se opondrá a la fuerza. Y la nueva Cruzada de todas las naciones pobres y empobrecidas contra las naciones usurpadoras y acumuladoras de toda riqueza, contra la raza de los depredadores, contra la casta de los usureros que explotaron ayer la guerra y hoy la paz, la novísima cruzada, restablecerá la verdadera justicia, crucificada por un maníaco gélido con catorce clavos (17) (…) Fiumanos, italianos, cuando gritasteis que la historia escrita con lo más generoso de la sangre italiana no podía cerrarse en París (…) anunciasteis el fin del mundo viejo. Por eso vuestra causa es la más grande y la más bella que se opone hoy a la demencia y a la villanía en el mundo (…) Vuestra causa acoge hoy a las razas blancas y a las naciones de color, concilia a los seguidores del Evangelio y del Corán (…) Toda insurrección es un esfuerzo de creación. No importa que sea truncada por la sangre, porque los supervivientes la transmitirán al porvenir”.
Alejándose de forma tan elocuente del nacionalismo pequeño burgués de los miembros del Consejo Nacional, el Comandante se acercaba a los ideales de revolución mundial de Giuletti y Malatesta; y se hacía eco a la vez de la teoría de la “nación proletaria” desarrollada por Roberto Michels y otros sindicalistas revolucionarios, como nuevo modelo de Estado Nacional que debería arrancar su lugar al sol en el concierto internacional a los imperialismos de las naciones plutocráticas. Micahel A. Ledeen ha interpretado estos hechos presentando al Comandante como un profeta del tercermundismo avant la lettre. Quizá sea más exacto decir que en él, después de siglos de hablarse incansablemente de los derechos del hombre, aparece por vez primera la temática de los derechos de los pueblos.
Esta nueva orientación suponía un cambio radical en la actitud hacia los vecinos eslavos. Yugoslavia, el Estado artificial surgido de los sueños expansionistas servios y de los oscuros intereses geopolíticos de las potencias occidentales, no era tan sólo el enemigo de Fiume. También lo era de los nacionalistas croatas, montenegrinos, macedonios y albaneses. El Comandante empezaba a comprender que poco podía esperar de un pueblo italiano que seguía votando a Nitti. Quizá la salvación de Fiume procediera de las nacionalidades eslavas que veían cómo el poderío de Servia crecía amenazador.
Mientras D´Annunzio evolucionaba hacia esta nueva forma de pensar, los líderes dell Consejo Nacional proseguían frenéticamente sus negociaciones con Roma. Pero la autonomía decisoria de Nitti era mínima. Sin el apoyo financiero de los EUA el país iría al caos económico. Y los norteamericanos seguían inflexibles en su oposición a la anexión de Fiume. Aún así el Consejo Nacional fue capaz de llegar a unos acuerdos de mínimos con el Gobierno a finales de noviembre. Se contempla en ellos la anexión de la ciudad dentro de determinadas condiciones. Tras algunas vacilaciones, D´Annunzio rechazó este “modus vivendi”. Muchos de los apacibles burgueses de Fiume se sentían satisfechos con él, pero no los hombres como Keller y sus guerreros (no podemos calificar de soldados, en el sentido usual de la palabra, a los singulares especímenes reunidos en torno suyo y que formaban la Centuria “La Disperata”). D´Annunzio y sus legionarios se resistían a aceptar un fin tan prosaico para una aventura tan fascinante. Aunque el pueblo de Fiume votara –como en efecto votó- a favor del acuerdo, el Comandante se negó a aceptarlo y a finales de diciembre se suspendían todas las negociaciones con Roma y con Badoglio. El 31 de diciembre de 1919 el Comandante volvía a dirigirse a las masas:
“Hoy se cumple un año milagroso: no el año de la Paz, sino el año de la Pasión (…) no el año de Fiume, sino el de la marcha de Ronchi. Versalles significa juventud, belleza, novedad profunda. Contra una Europa que vacila, se tambalea y balbucea; contra una América que no consigue desembarazarse de la mitad de un mentecato que ha sobrevivido a la enfermedad vengadora (18) (…) contra todos y contra todo, nosotros tenemos la gloria de dar nombre a este año de fermentos y de tormentos (…) No hay lugar de la tierra donde el alma humana sea más libre y novedosa que en estas orillas (…) celebremos esta creación y preservemos este privilegio”.
Lo decisivo de este giro ha sido clarividentemente subrayado por Ledeen: “D´Annunzio había decidido dar un significado nuevo a su aventura adriática; un significado mucho más vasto que el propósito de “completar” la Italia victoriosa y defender el derecho a la autonomía de los fiumanos”. Para alcanzar estos propósitos el Comandante invitó a Alceste De Ambris a venir a su lado, con el propósito explícito de redactar una Constitución para Fiume. De Ambris, líder del sindicalismo revolucionario (era secretario general de la “Unione Italiana del Lavoro”), intervencionista de izquierda y por algún tiempo enlace entre el Comandante y Mussolini, fue nombrado Jefe del Gabinete del Comandante.
Desde septiembre a diciembre D´Annunzio se había apoyado en los hombres del Consejo Nacional (Giurati, Sinaglia), pero estos hombres de derecha conservadora sólo habían actuado con calma y prudencia, buscando el pacto. En cambio, hombres de izquierdas como Giuletti y De Ambris prestaban un apoyo entusiasta y comprometido. En la mente del Comandante llegó a fraguarse la idea de una marcha sobre Roma codo con codo con las fuerzas políticas de izquierda. Malatesta y Bombacci (19), sondeados, dieron su apoyo, pero el Partido Socialista se negó en redondo.
El nuevo rumbo, inequívocamente revolucionario, entusiasmaba a Keller y a sus hombres. Mientras los legionarios conservadores y monárquicos abandonaban la ciudad, los restantes (en general veteranos “arditi”) aspiraban a metas cada vez más ambiciosas, Keller organizaba a sus “orgullosos y salvajes” guerreros en el grupo “Yoga”, definido como “unión de espíritus libres tendentes a la perfección”. Fiume estaba inmóvil, como en una postura de yoga, pero en su seno se iban creando las fuerzas espirituales renovadoras que el mundo esperaba.
Y el mismo Comandante profundizaba en su peculiarísima concepción de la actividad política: “D´Annunzio en Fiume –escribe Ledeen- estaba empeñado en la creación de un nuevo tipo de liturgia que tendría la máxima importancia en la evolución de las fiestas públicas y en el desarrollo de la política de masas en el mundo contemporáneo. Pero las formalidades exteriores (las cotidianas marchas al campo con los soldados, los discursos desde el balcón, el diálogo con las masas, la invención de nuevas fiestas “cívicas”) no habrían sido por sí solas suficientes para mantener a los legionarios en ese constante entusiasmo característico de los hombres del mundo de Keller. En el curso de 1920 D´Annunzio creó una nueva visión del mundo, que acabó por ser el lenguaje “oficial” de Fiume”.
Definitivamente, la empresa de Fiume ya no era la de los venerables pequeño-burgueses nacionalistas. Y la novedad no era tan sólo la subyugante liturgia diseñada por el Comandante. Fiume era también un laboratorio de ideas y proyectos políticos, algunos realmente ambiciosos: la redacción de una nueva Constitución y la creación de la Liga de Naciones antiimperialistas (una réplica a la ginebrina Sociedad de Naciones) eran los proyectos más ambiciosos y , junto a ellos, los planes, más antiguos, para realizar una conquista revolucionaria del poder en Italia, los tendentes a desmembrar el Estado yugoslavo y los intentos de crear unas fuerzas armadas de nuevo cuño, con un carácter más acorde con el espíritu “freikorps” de los guerreros libres de “La Disperata”.
La “Liga de Fiume” debía ser la concreción del deseo del Comandante de oponerse al “complot de ladrones y estafadores privilegiados” de la Sociedad de Naciones. D´Annunzio soñaba con unir bajo la bandera de Fiume desde irlandeses a hindúes, pasando por húngaros y egipcios: todos los pueblos sometidos a los imperialismos vencedores y también los pueblos humillados por los tratados de paz firmados en los suburbios de París. Leon Kochnitzky, un poeta belga llamado a Fiume en el otoño de 1919, y nombrado Jefe de la Oficina de Relaciones Exteriores, fue el impulsor del proyecto, estableciendo contactos con distintos grupos nacionales con vistas a la organización de un congreso internacional. Aunque llegaron adhesiones de Irlanda, de Egipto y de la India, y se establecieron contactos firmes con numerosas nacionalidades balcánicas, las angustiosas penurias financieras de Fiume impidieron realizar el Congreso, y a fines de abril de 1920 la idea podía darse ya por abortada. Pero nadie puede negar la trascendencia de este intento, que se adelantó en varias décadas a la Conferencia de Bandung y a la aparición con contornos precisos del Tercer Mundo (movimiento en cuya génesis estuvieron, precisamente, los países en que D´Annunzio había pensado: la India, Egipto y Yugoslavia… convertida hasta entonces en Estado Federal) apuntando, además, hacia una política que cada día más vemos como la única positiva para el futuro de Europa: la alianza entre el Viejo Continente y el Tercer Mundo.
Idéntica suerte siguieron las muy avanzadas negociaciones realizadas con líderes albaneses, croatas y montenegrinos para apoyar los levantamientos nacionalistas en todos esos países: el Comandante jamás logró disponer de la masa de armas y dinero que tales proyectos exigían. Los acuerdos con estos nacionalistas balcánicos preveían que las en las nuevas organizaciones estatales surgidas de las revueltas habría un amplio margen de autonomía cultural y política para las nacionalidades minoritarias que quedaran incluidas en las nuevas fronteras.
Pero si era materialmente imposible echar los cimientos de un nuevo orden internacional, no había tantos inconvenientes para fijar un nuevo modelo de estructura estatal. Aunque estoy de acuerdo con De Ferette en que “el proyecto de Constitución nace de la situación inconexa en que se encontraban los poderes del Comandante, del Consejo Nacional y de la Autoridad Militar” sería un error, y grave, el limitarse a ver en esta sorprendente Constitución, conocida como Carta del Carnaro (20) el intento por regular las relaciones entre el poeta-soldado y los pequeño-burgueses del Consejo Nacional. Como ha subrayado Benoist-Mechin, la Carta del Carnaro, publicada el 27 de agosto de 1920, “está muy lejos de ser un Código Civil o de los preceptos del Derecho Romano” y su análisis llenará de perplejidad a cualquier estudiante de Derecho Constitucional.
Aunque partía de un texto original de De Ambris, la redacción definitiva correspondía al Comandante. El título oficial del texto, “Reggenza Italiana del Carnaro. Disegno di un nuovo ordinamento dello Stato Libero de Fiume” (“Regencia Italiana del Carnaro. Proyecto de un nuevo ordenamiento…”) no es, lo subraya Benoist-Mechin, casual: “D´Annunzio ha evitado hacer una Constitución estática, simple “constatación” de un estado de cosas determinado. No quiso imponer a los hombres los límites de una ley-marco inmutable y rígida, sino proponerles una Constitución susceptible de una evolución constante. No una obra acabada sino destinada, voluntariamente, a no estar acabada nunca, lo que es algo muy distinto”.
La Constitución estaba bajo la advocación de la Décima Musa. ¿Cuál es esta Musa? En el curso de un viaje a Grecia, al oráculo de Apolo en Delfos, el poeta se había quedado extasíado ante la estatua de una mujer joven en cuyo basamento se leía: ENERGEIA. D´Annunzio narraba así a Benoist-Mechin la impresión que aquello le produjo:
“Era una Musa, me dije con una iluminación súbita; la Décima Musa, ¡la Musa Energía! La Antigüedad no la había reconocido porque aquella época estuvo limitada y como cerrada en sí misma. La Antigüedad no cantaba alabanzas más que de las obras acabadas. La Décima Musa es la de los tiempos modernos, la del futuro, la del porvenir. Sus hermanas son estáticas, sólo ella es dinámica. Sin ella Clío se inmovilizaría y Melpómene estaría muda. Ella inspira las revoluciones y los “coups de force” victoriosos, todo lo que no existe aún y aspira a nacer. Es la Musa del esfuerzo, del dinamismo creador, la Musa de las comunidades emergentes y de los pueblos en génesis. Inspira las fuerzas misteriosas que yacen en el fondo de las colectividades humanas y actúa en ellas como la levadura, asegurando su ascensión. Es lírica, porque todo lo que en el mundo hay vivo es poesía: el canto, la danza, el trabajo, el combate. En fin, esta Musa es la Imaginación, es decir, la percepción consciente de lo que podría ser. Sin ella las multitudes no serían sino tristes agregados de individuos, aplastados por la opresión y la mentira. Ella infunde a los Estados la fuerza necesaria para hacer que los pueblos que gobiernan alcancen a ser lo que realmente deben: una plenitud ascendente. Hasta aquí el mundo no ha conocido más que nueve Musas. No había descubierto la Décima, porque el grado de evolución que le permite tener conciencia de ella no se había alcanzado. Hoy es de otra manera, porque esta conciencia se despierta. El siglo XX se distingue de los precedentes por la irrupción de la Décima Musa en los asuntos públicos. Será el siglo de la energía. O bien perecerá por sus excesos o bien sabrá integrarla en sus instituciones. Será un giro decisivo: se traducirá por la instauración de LA IMAGINACIÓN EN EL PODER. Es lo que intenté hacer an la Constitución que proyecté para Fiume… Era una hija de la Décima Musa. No era sino el comienzo…”
El proyecto constitucional del Comandante se abría con una declaración “de la voluntad perpetua del pueblo” donde exponía las razones históricas, culturales y morales de la italianidad de Fiume y presentaba a la ciudad como ejemplo para la renovación de Italia. La preceptiva declaración de derechos del hombre, común a todas las Constituciones redactadas después de la norteamericana y la francesa era así sustituída por una declaración de los derechos del pueblo, de la nación. A continuación se establecían los Fundamentos de la nueva Constitución. Leamos:
“La Regencia del Carnaro es un gobierno intrínsecamente popular. Res populi. Este gobierno tiene por fundamento el poder del trabajo productivo y por normas directrices las formas más amplias y variadas de autonomía, tal como fueron aplicadas en los cuatro siglos gloriosos del período de las comunas italianas” (21).
Basándose en las fuerzas populares productivas, el Comandante soñaba con un modelo de Estado descentralizado, donde la persona disfrutaría de todas las garantías del Estado liberal (la Carta desarrollaba la protección de las libertades individuales, el habeas corpus, la igualdad ante la ley, etc.) y de las por entonces aún inéditas ventajas del Estado-Providencia y el Estado Socialista (se recogían los derechos a la educación gratuita, a la asistencia sanitaria, al seguro de desempleo, a las pensiones, etc.) pero en el que el sacrosanto principio liberal de la propiedad privada estaría limitado:
“Aunque el Estado considera el uso de la propiedad como la más útil de las funciones sociales, no considera la propiedad como un derecho absoluto (…) el único título legítimo de un medio de producción o cambio es el trabajo”.
Tras exponer los Fundamentos, la Carta desarrollaba los deberes y derechos de los ciudadanos, de los municipios y de las corporaciones. También aquí el tono de las palabras es totalmente ajeno al que estamos habituados a leer en un documento institucional. Al hablar de los ciudadanos, por ejemplo, leemos:
“La vida es bella y digna sólo cuando es vivida grave y magníficamente por el hombre enteramente renovado por la libertad. El hombre completo es aquel que sabe reinventar cada día su propia “virtud” (22) y ofrecer cada día a sus hermanos un nuevo don”.
Y las palabras no son la única novedad. Una aportación fundamental es el reconocimiento de las corporaciones -colectivos de los trabajadores y profesionales de las distintas actividades económicas- como órganos del Estado. Las Constituciones al uso dan existencia jurídica estatal a las colectividades geográficas de hombres (los municipios, las provincias, las regiones) pero no reconocen a las colectividades laborales. Para el Comandante, las corporaciones, órganos integrantes del Estado, debían gozar no obstante de una autonomía absoluta y en ningún caso ser empleadas como correas de transmisión del poder ejecutivo. Todos los ciudadanos debían pertenecer a una de las diez corporaciones previstas; cada una de ellas sería libre para darse sus propios estatutos, contaría con sus propios recursos y órganos directivos; también serían –en un rasgo muy dannunziano- las responsables de organizar sus propias festividades cívicas, diseñando sus rituales, y encargadas de honrar a sus propios héroes y mantener el recuerdo de sus muertos.
El genio dannunziano, que atribuyó a las nueve primeras corporaciones distintas categorías de trabajadores y empleados, reservó la décima corporación para los hombres inspirados por la Décima Musa:
“Esta corporación es el receptáculo de las formas misteriosas que actúan como una levadura en el fondo de un pueblo que trabaja para asegurar su ascensión. Casi es una figura votiva consagrada a este genio desconocido, a la aparición del hombre nuevo, a las transfiguraciones ideales de los trabajos y los días, a la liberación del espíritu realizado en el esfuerzo, a las conquistas obtenidas por el sudor y la sangre. Está representada en el Panteón cívico por una lámpara siempre encendida, que ostenta una vieja inscripción toscana de la época comunal, sorprendente alusión a una forma espiritualizada del trabajo humano: FATICA SENZA FATICA”.
En cuanto a las municipalidades, modeladas según el ejemplo de las Comunas italianas del Bajo Medioevo y el Renacimiento, gozarían también de una amplia autonomía. El poder legislativo se articulaba en dos cámaras –una de ellas formada por representantes de las corporaciones- que se reunirían por breves períodos y cuyos debates debían ser “de una brevedad lacónica”… Como se puede ver, un futuro muy negro para nuestros parlanchines políticos profesionales y para los leguleyos inveterados. El gobierno sería elegido por las cámaras y dirigiría la administración. Para casos de emergencia nacional y a imitación de la República romana se preveía la figura de un dictador temporal, que sería el Comandante (D´Annunzio o quien le sucediese en el cargo). En un modelo estatal tan descentralizado, gracias a las corporaciones y las municipalidades, las dimensiones y atribuciones del poder ejecutivo quedaban automáticamente limitadas. Finalmente, el poder judicial se articulaba en distintos tipos de tribunales, y sólo en los superiores las plazas de jueces estaban reservadas a hombres de formación académica jurídica.
La Carta también regulaba otros aspectos de la vida comunitaria. En el capítulo de defensa se preveía un ejército popular nacional, con un breve servicio militar. La Cultura era objeto de una atención prioritaria ya que, como se leía en el texto, “para todo pueblo de noble origen la cultura es la más luminosa de las armas de largo alcance”, y para Fiume amenazada de perder su identidad cultural en una región predominantemente eslava:
“la cultura es más que un arma: es una fuerza indomable, como el derecho y la fe”.
El Comandante fue siempre un hombre de letras y un hombre de acción. Como nos sugiere la figura del Doncel de Sigüenza, como vemos en los literatos del Siglo de Oro español, ha habido siempre hombres creadores que han sabido combinar admirablemente las letras y las armas. A imagen y semejanza de un Garcilaso, soldado del César Carlos y poeta insuperable; de un Cervantes, combatiente de los Tercios de su Católica Majestad Felipe II en Lepanto y suprema gloria de la prosa castellana, D´Annunzio supo siempre que las armas, que la acción, debían estar al servicio de la Cultura. “La Cultura es un bálsamo contra la corrupción, un viático contra la degradación”, leemos en la Carta, donde se afirma expresamente que “la Regencia Italiana del Carnaro coloca en la cúspide de sus leyes la cultura del pueblo”. La Constitución establecía qué centros académicos debían ser creados y qué tipos de materias debían ser cursadas…
Sorprende en la Carta la amplitud de los derechos individuales reconocidos a los ciudadanos: igualdad ante la ley, derecho al voto, derecho de petición a las autoridades y las cámaras, posibilidad de revocar y de pedir responsabilidades a todo tipo de cargos públicos, todo tipo de derechos asistenciales sociales. No menos sorprendente es el grado de descentralización del Estado, articulado en numerosas instancias intermedias (municipios y corporaciones). Pero lo que nos deja definitivamente boquiabiertos son capítulos como los referidos a la Edilidad y a la Música, frutos del genio dannunziano. Muchísimo antes de que los epígonos de mayo del 68 pasaran de las barricadas a la nouvelle cuisine française o a la pasión por el diseño y de que, donde habían puesto los maximalistas afanes revolucionarios instalaran ahora el discurso sobre la “calidad de vida”, la Carta del Carnaro ya contemplaba aspectos tales como la generalización del deporte, la protección del entorno ecológico y la mejora de la calidad de vida como objetivos estatales.
“Un Colegio de Ediles –leemos- se crea en la Regencia. Es elegido con discernimiento entre los hombres de gusto, de experiencia y de educación moderna. Más que inspirarse en la edilidad romana este Colegio hace revivir la función de los “oficiales propuestos para el ornamento de la ciudad” que en las Comunas de nuestro siglo XIV trazaban las perspectivas de una avenida o de una plaza con el mismo gusto musical que el que inspiraba el austero ordenamiento de un desfile republicano o la alegre decoración de un carnaval (…) Este Colegio de Ediles estudiará el medio de devolver al pueblo el amor por las bellas líneas y los bellos colores en los objetos que utilizan en su vida cotidiana”.
Hoy parece ya aceptada la idea de que una parte de los gastos públicos de las administraciones debe emplearse en promover actividades culturales de masas. Por desgracia esto sólo conduce en nuestros días a chabacanos conciertos de rock y a financiar ampliamente a intelectuales y artistas próximos al gobierno de turno. Con un sentido mucho más elevado, D´Annunzio ya había intuido la importancia de lo que en nuestros días es presentado por las administraciones como su “oferta cultural” (una expresión bien significativa de la mentalidad mercantil imperante) y en el capítulo dedicado a la Música (algo inimaginable en cualquier Constitución que no sea la fiumana) escribía:
“En la Regencia Italiana del Carnaro la Música es una institución religiosa y social. Cada mil o dos mil años brota de las profundidades de un pueblo un himno inmortal. Un gran pueblo no es solamente el que crea un Dios a su imagen y semejanza, sino aquel que crea un himno para su Dios”.
No fue casualidad que uno de los últimos eventos de la Fiume dannunziana fuera un gran concierto protagonizado por el maestro Toscanini, invitado, junto a su orquesta, por el Comandante, para “respirar el aire más resonante del mundo”. ¡Qué gran Constitución será aquella que, como la de Fiume, regule cómo y dónde deben crearse orquestas, teatros y masas corales!
Un texto como este (calificado por unos como “monumento capital en la historia de la utopía” y por otros como “constitución prefascista”) despertó el entusiasmo de los dannunzianos incondicionales como Keller. En un texto donde comentaba la Carta, el líder del grupo “Yoga” y comandante de “La Disperata” escribía que la tarea del Estado moderno era la de volver a dar significado al trabajo, degradado desde el comienzo de la Revolución Industrial, al hacerlo mecánico y repetitivo, rebajando al hombre de creador a herramienta. El trabajo debía ser valorado y honrado: “El trabajo –escribía Keller- será un placer, una de las necesidades humanas”. Se comprende así mejor la algo críptica frase “Fatica senza fatica” (que podríamos ahora traducir como “trabajo sin esfuerzo”). Ledeen toma de nuevo la palabra: “Situar al trabajo como realización de las energías creadoras del hombre, tal fue el objetivo de la Regencia. La estructura corporativa que De Ambris ideó para el nuevo Estado estaba destinada a dar a cada hombre el máximo posible de participación en el mundo de su trabajo (…) Además, la Carta garantizaba una vasta gama de servicios y derechos tendentes a hacer más digna así la vida del trabajador”. Pero la dignificación del trabajo (presentado como hace Ernst Jünger en “Der Arbeiter” [ El Trabajador] como héroe de los tiempos modernos) no era sino un peldaño hacia la aparición del hombre superior que D´Annunzio, uno de los mayores nietzscheanos de Italia, soñó siempre:
“He querido –declararía el Comandante años más tarde- establecer un equilibrio entre las dos tendencias fundamentales del hombre: la sed de libertad y la necesidad de asociación, porque sin ella no existiría la sociedad”.
Benoist-Mechin ha desarrollado más explícitamente esta idea básica del pensamiento dannunziano: “Este doble proceso hacia la libertad y la asociación existe permanentemente en el hombre y genera una especie de movimiento pendular. En un primer momento el hombre se abalanza hacia la periferia. En tanto que individuo, aspira a organizar su vida con el máximo de independencia. Pero pronto, otra fuerza, actuando en sentido inverso, le lleva hacia el centro, donde reencuentra a sus semejantes y establece lazos con ellos. En la primera fase toma conciencia de su identidad. En la segunda, conquista su plenitud e imprime a su vida un carácter ascensional. La mejor Constitución es, pues, aquella que permita este doble movimiento ejercerse con el mínimo de limitaciones, evitando a la vez los peligros que se presentan en los dos extremos del péndulo: la disolución en el anarquismo y la fosilización en la tiranía” (23). Comprendemos así mejor esta Constitución que es anti-estatista, laica, con amplísimas libertades individuales y grandes avances sociales, pero que en vez de ser una Constitución inorgánica e individualista, como todas las Constituciones modernas, es patentemente orgánica y federadora, como ha subrayado Benoist-Mechin. Ello se debe a que, como anota el historiador francés, “los tres pilares en los que reposa son las Comunas (Municipalidades), las regiones y las corporaciones”. No deja al individuo solo y desnudo ante la ley, sino que lo inserta en un haz de realidades vivas y concretas que dan más riqueza y diversidad a su vida. No lo deshumaniza, despojando al hombre de su complejidad para no dejar de él más que un esquema abstracto. Le anima a desarrollar todas sus potencialidades, otorgándole un conjunto de funciones y responsabilidades. La Constitución de Fiume, en fin, asegura el predominio del desarrollo sobre el crecimiento, del despliege de la capacidad creadora del hombre en vez de la proliferación de las cosas” (24).
La Constitución de Fiume no era el producto de una fantasía febril, ni el resultado del “dilettantismo” de un esteta metido a revolucionario. Creo que la breve ojeada que le hemos echado bastará para convencer al lector de que nos hallamos ante un auténtico texto revolucionario en la historia de las ideas políticas. De hecho esto lo comprendieron muy bien sus coetáneos enemigos ya que, no por casualidad, coaligaron a partir de ese momento sus esfuerzos para acabar con la experiencia fiumana. Los primeros ataques procedieron del mismo Consejo Nacional, firmemente conservador, que, en las mismas fechas en que se proclamaba la Constitución, pasó a enfrentarse frontalmente con las organizaciones sindicalistas de la ciudad, que contaban con el apoyo del Comandante. A la vez, el Partido Socialista daba orden a sus afiliados en Fiume de no apoyar a D´Annunzio y la dirección del PSI rechazaba la invitación de éste para que secundara su política. Leon Kochnitzky escribía, amargado: “una responsabilidad tremenda recae sobre los dirigentes del PSI”. Benoist-Mechin –de nuevo- da en el clavo al escribir: “La tentativa fiumana, como sabemos, no tuvo futuro. Ni los capitalistas ni los socialistas tenían interés en dejarla instaurar ni siquiera en los estrechos límites de la Regencia del Carnaro. Podía haberse extendido como una mancha de aceite. Los historiadores que estudian los hechos de Fiume no han insistido más que en las reivindicaciones italianas frente a Yugoslavia, en la polémica entre los delegados italianos y los representantes de las potencias Occidentales en la Conferencia de París, en el duelo entre D´Annunzio y el gobierno romano. Pero ¿basta esto para entender todo?”. No, desde luego que no basta. Las fuerzas políticas de derecha e izquierda, dentro de Fiume, en Italia y también a escala internacional, harían todo lo posible para acabar con el mal ejemplo que el poeta-soldado estaba dando.
Para desgracía del proyecto dannunziano había, además de la fuerte oposición de sus enemigos (casi podríamos decir que existió conspiración en su contra), graves problemas internos, fundamentalmente los derivados del agotamiento de las energías de los legionarios fiumanos. El “impasse” en el que se debatía la cuestión fiumana quebraba el ánimo de aquellos hombres, de temperamento activista. La situación italiana no mejoró porque, aunque finalmente cayó Nitti, su sucesor –Giolitti- no abandonó su oposición frontal a D´Annunzio. Y, aún más, supo atraerse hacia su coalición parlamentaria a los fascistas. El pueblo italiano, por otra parte, se desinteresaba cada día más de la suerte de sus connacionales de Fiume. Finalmente, el nuevo jefe de gobierno supo llegar a un acuerdo diplomático con Yugoslavia. El tratado de Rapallo, firmado en noviembre de 1920, establecía las fronteras italo-yugoeslavas. Zara, la ciudad dálmata que un año antes había ocupado simbólicamente D´Annunzio, quedaba incorporada a Italia; Fiume pasaba a ser una Ciudad Libre; y se reconocía a los italianos de las restantes ciudades dálmatas el derecho a mantener su pasaporte italiano. La mayor parte de las fuerzas políticas que habían apoyado la aventura fiumana (los nacionalistas de Ferderzoni, los ahbitantes de Fiume, incluso De Ambris y Mussolini) consideraban que los intereses italianos quedaban bastante bien parados. Quienes se habían levantado contra la “victoria mutilada” veían al menos una parte de sus aspiraciones satisfechas (25). El Comandante no. El no había combatido por un pedazo de tierra sino por crear un hombre nuevo en un mundo nuevo. Su sueño era anexionar Italia a ese microcosmos innovador que fue Fiume. Podemos comprender su desolación. Se sintió traicionado por todos, cayó en un profundo abatimiento. Y el gobierno aprovechó la ocasión para darle la puntilla. El 21 de diciembre de 1920 las tropas del gobierno se desplegaron en torno a la ciudad y pidieron la rendición. Ante la negativa, el día 26 la Marina de guerra italiana hizo acto de presencia en la rada y cañoneó el palacio donde residía el Comandante. Fue la “Navidad Sangrienta”. En esta miniguerra civil morirían 22 legionarios fiumanos y 25 soldados gubernamentales. El Comandante capituló, no por falta de valor personal, sino porque –como le diría De Ambris al mismo D´Annunzio- todo había cambiado desde los días de la Marcha sobre Fiume: “En el momento de la marcha de Ronchi, contigo tenías dos inmensas fuerzas morales: la desesperada voluntad de Fiume y el consenso de una gran parte de la opinión pública italiana. Estas dos fuerzas hoy no existen ya”. Prolongar el sacrificio de sus legionarios y el de los civiles de Fiume era una actitud sin sentido y sin futuro. Acababa el año 1920 y D´Annunzio celebraba su última ceremonia tras 16 meses en Fiume: un acto religioso en memoria de los caídos.
¿Qué trascendencia tuvo la aventura de D´Annunzio en Fiume? Para muchos la respuesta es simple: el Comandante fue el San Juan Evangelista del fascismo de Mussolini, el creador de su liturgia, de sus rituales. Resulta imposible negar la filiación dannunziana de una gran parte del fascismo. Es lo que muchos no le perdonarán jamás (26). No está demás recordar, sin embargo, que Lenin lo definió como “el único revolucionario de Italia”, que Gramsci buscó un acercamiento al poeta-soldado y que el también comunista Bordiga trató de levantar a los veteranos de Fiume contra el fascismo ascendente. Incluso se ha anotado recientemente su vinculación con la extrema izquierda italiana contemporánea, refractaria a la vía parlamentaria y partidaria de la lucha armada: “Basta con leer los escritos de Toni Negri y de Franco Pipperno, los líderes de Autonomía Obrera y Poder Obrero, para darse cuenta de quienes son hoy los verdaderos herederos del poeta-soldado” (27). Decir que D´Annunzio fue el San Juan Evangelista del fascismo será decir poco o nada trascendente mientras que sigamos careciendo de una buena definición de lo que en realidad fue el fascismo. Mientras se siga viendo en él “la dictadura terrorista del gran capital”, como dijo en su día Dimitriv, definir a D´Annunzio como fascista es absurdo. Quizá sea la adecuada comprensión de la experiencia de Fiume una de las vías para acceder a un conocimiento más correcto de lo que fue y lo que significó el fascismo.
En todo caso, la experiencia de Fiume trasciende también los límites del fascismo. Ha sido Michael A. Ledeen quien ha sabido situar mejor la experiencia dirigida por el Comandante en un amplio contexto: “Por dieciséis meses D´Annunzio gobernó la ciudad de Fiume y la mantuvo a despecho del mundo entero. No se trata sólo de unos hechos fascinantes y atractivos por derecho propio, sino también de un modelo verdaderamente revelador y sugestivo, puesto que Fiume, bajo D´Annunzio, representó un microcosmos del mundo político moderno y un análisis del Fiume dannunziano es una gran ayuda para explicar gran parte del comportamiento político de las sociedades Occidentales después de la Gran Guerra. El tipo de manipulación política elaborado por D´Annunzio ha sido el precedente de afortunados movimientos de masas en los decenios siguientes (…) somos los herederos de una tradición política que, en gran parte, se desarrolló en los 16 meses en los cuales Fiume estuvo bajo el control del poeta. La edad de la política de masas ha sido una realidad gracias a los hombres que han aprendido cómo forjar a las masas en un bien afiliado cuerpo político y, entre ellos, D´Annunzio ocupa un lugar importante”.
Todo el electrizante ritual dannuziano permitía lograr un crisol donde ideas y fuerzas antes opuestas podían fundirse. “Fiume fue uno de los primeros gobiernos –afirma Ledeen- que consiguió una nueva forma política de consenso. D´Annunzio consiguió convencer a fuerzas aparentemente contrapuestas de que su gobierno era el que representaba mejor sus intereses (…) La esencia de la idea política de D´Annunzio consistió en la intuición de que intereses contrastados podían encontrar su superación, incluso su “sublimación” en un movimiento de nuevo tipo”. La Liga de Fiume y la Carta del Carnaro (ese “código napoleónico reescrito por un Ezra Pound” como alguien ha escrito) son dos ejemplos de estas afirmaciones.
Aún podemos llegar más lejos. “La revuelta capitaneada por D´Annunzio estaba dirigida contra el viejo orden existente en Europa Occidental y fue realizada en nombre de la creatividad y de la virilidad juvenil (…) la esencia de tal revuelta fue la liberación de la personalidad humana”. Son palbras de Ledeen. Tan ambiciosos sueños son incomprensibles sin acercarse directamente a la figura de D´Annunzio; lo que, por otra parte, debe conducirnos al objetivo final de este artículo: analizar el papel del intelectual y de la Cultura en nuestro tiempo.
Él, que no era una líder político en el sentido clásico, ni tampoco un intelectual volcado en el análisis socio-político, demostró que el artista capaz de establecer el lenguaje de la política ejerce, de hecho, un gran poder. Su ingente capacidad mitopoiética hizo girar en torno a sus ideales –a su favor o en su contra- toda la vida política italiana. Supo cubrir, además, el vacío que ordinariamente se abre entre los intelectuales y las masas. En resumen, D´Annunzio va más allá del modelo de intelectual “engagé”, presentándosenos como el prototipo de creador en la letra y en la acción.
Pero ¿qué lleva a un creador literario hasta la acción política revolucionaria? La Revolución Liberal (en lo político) y la Revolución Industrial (en lo económico-social) han supuesto la aparición de la sociedad de masas. Pero de masas amorfas controladas por intereses mercantiles: es la sociedad del consumismo. La literatura y el arte no han podido escapar a la lógica implacable de las leyes de la oferta y la demanda y de la máxima rentabilidad como objetivo supremo. ¿Qué arte y qué literatura suministrar a las masas? Un arte y una literatura plebeyizadas. Es el mundo del “best-seller”, en el que el artista es valorado por la cotización que sus obras puedan alcanzar en una subasta, o por el número de ejemplares vendidos, independientemente de su calidad intrínseca. La comercialidad es el valor supremo. D´Annunzio se rebeló siempre contra esta perversión. En su obra literaria y en su epopeya fiumana hay un denominador común: el afán por transformar a las masas plebeyizadas del mundo contemporáneo en una comunidad orgánica de hombres y mujeres elevados por la cultura. Sólo en una sociedad donde la persona haya sido así dignificada, el poeta, el creador, podrá liberarse de la dictadura del mercader, desplegar su potencialidad creadora en vez de obsesionarse por el éxito de ventas.
Cuando, el 1 de marzo de 1938, moría Gabriele D´Annunzio, Europa perdía a uno de sus más notables creadores contemporáneos, a un apóstol de la imaginación y de la energía, a un hombre que supo entender que lo que nuestro siglo necesita es, antes que nada y por encima de todo, una Revolución Cultural.
NOTAS
(1) Son opiniones de G. Barbieri Squarotti, recogidas por Juan Arias, en “El País”, 2.3.1988.
(2) No es éste un artículo donde se pretenda estudiar la obra literaria de Gabriele D´Annunzio, pero imprescindible, para una adecuada comprensión de su figura, reseñar sucintamente sus libros.
En poesía sus principales títulos son “Primo Vere” (1878), “Canto Nuovo” (1882), “Intermezzo di Rime” (1883), “La Chimera” (1885-1888), “Elegie Romane” (1887-1891), “Odi Navali” (1891-1893), “Poema Paradisíaco” (1893) y, sobre todas ellas, “Laudi del Cielo, del mare, della terra e degli Eroi” (1902-1912).
En el capítulo de teatro destacan “La Citta morta” (1898), “La Gioconda” (1899), “Francesca de Rimini” (1902), “La Nave” (1908) y “Fedra” (1909).
La novela fue el género de otras obras: “Il piacere” (1889), “Giovani Episcopo” (1892), “L´innocente” (1893), “Il triunfo della morte” (1880-1894), “Le vergini delle rocce” (1894) e “Il fuoco” (1899).
Escribió también en francés, con títilos como “La Pisanelle” y –sobre todo- la obra de teatro “Le martyre de Saint-Sebastien”. Otros libros suyos son “Per la Morte di Carducci” (1907), “La Leda senza cigno” (1916), “Notturno” (1921), “Il venturiere senza aventura” (1924), “Il sudore di sangue” (1931)… Sus discursos a favor de la causa fiumana y los pronunciados en la ciudad dálmata están recogidos en “Il livro ascetico della Giovane Italia” (1926).
(3) F.T. Marinetti, “Manifiestos y textos futuristas” Ediciones del Cotal, Barcelona, 1978. Cfr. Pág. 62.
(4)Cfr. Mi artículo “Sergio Panunzio”, REVISION, vol. III, nº 1.
(5) El nombre de “Oración de Quarto” deriva del lugar desde donde, en 1860, Garibaldi partió con sus “camisas rojas” hacia la conquista de Sicilia.
(6) Las arengas intervencionistas de D´Annunzio aparecen recopiladas en “Per piu grande Italia; Orazione e Messagi”, 1915.
(7) La Paz entre los Imperios Centrales y las Potencias Aliadas se realizó gracias a una serie de tratados negociados y firmados en distintas localidades de los alrededores de París: Versalles (con Alemania), Saint-Germain (con Austria), Neuilly (con Bulgaria), Trianon (con Hungría) y Sevres (con Turquía).
(8) El caso de los italianos Sacco y Vanzetti fue mucho más que un ejemplo de error judicial. Acusados, juzgados y ejecutados por un delito que no habían cometido, su caso reveló la xenofobia latente en los países anglosajones contra los hombres de origen latino.
(9) Micahel A. Ledeen, “D´Annunzio a Fiume”, Edizioni Laterza, Roma, 1975.
(10) Esta alusión resulta difícilmente comprensible sin conocer una peculiaridad del símbolo heráldico de la ciudad de Venecia, el león de San Marcos. Cuando la ciudad estaba en guerra el libro del Evangelio que el león lleva entre sus garras se representaba cerrado, mientras que cuando se halla en tiempo de paz el libro se representa abierto.
(11) Montello y Vittorio Veneto son los nombres de dos de las principales victorias italianas en la I Guerra Mundial. Rovigo es una ciudad del Veneto, en la carretera de Venecia a Bolonia. El “Victoria a ti, Marcos” es –de nuevo- una alusión al santo patrón de Venecia.
(12) Ledeen, op. cit.
(13) “Benoist-Mechin presente l´imagination au pouvoir ou la Constitution de Fiume” La Pensee Nationale, nº 9, noviembre-diciembre de 1975.
(14) Ledeen, op. cit.
(15) Guillaume de Ferette, “Autosie d´un itineraire politique: Gabrielle d´Annuzio”,Defenese de l´Occident, nº 138 y nº 139 (marzo y junio de 1976)
(16) Ledeen, op. cit.
(17) Alusión al “Programa de los 14 puntos” del presidente Woodrow Wilson, donde se definían los objetivos norteamericanos para la postguerra.
(18) Alusión a la grave enfermedad padecida por el presidente Wilson, interpretada por D´Annunzio como un castigo divino.
(19) Enrico Malatesta fue uno de los discípulos italianos de Bakunin. “Anarcocomunista”, vivió una vida revolucionaria muy agitada a partir de las insurrecciones anarquistas italianas de 1874, participando en actividades políticas revolucionarias, además de en su país, en Argentina, Francia, Gran Bretaña, EUA y España (donde organizó grupos anarquistas en Madrid y en Andalucía). Durante los primeros años del fascismo italiano editó “Pensero e volonta” (1924-1926). Murió en 1932, en Roma. Ha sido definido como uno de los mayores revolucionarios italianos de la era contemporánea. Nicola Bombacci fue otro de los grandes revolucionarios italianos de la primera mitad del siglo XX. Líder del ala “maximalista” del Partido Socialista, fue después uno de los fundadores del PCI, del cual ostentó cargos directivos hasta 1924. El aplastamiento por parte del terror estalinista de los auténticos revolucionariosbolcheviques le fue apartando del comunismo. Su acercamiento progresivo al fascismo culminó con su adhesión plena a la República Social italiana. Fue ejecutado por partisanos comunistas al final de la guerra.
(20) Carnaro es el nombre italiano de la región donde se encuentra Fiume.
(21) Las ciudades italianas del bajo Medioevo y del Renacimiento (la Florencia de los Médicis, el Milán de los Sforza, la Venecia de los Dogos, etc.) fueron siempre para el Comandante ejemplos de comunidades políticas en las que el arte y la cultura brillaron de manera inigualable.
(22) La palabra italiana “Virtu” no puede ser traducida directamente por la española “virtud” ya que implica también “valor”, “carácter”, “energía”. Se comprende mejor por relación a la idea griega de la “arete”.
(23) Estas ideas de D´Annunzio enlazan perfectamente con el modelo de análisis político de Ludwig Van Bertalanffy, la “teoría sistemática”. Van Bertalanffy rechazaba la separación entre las ciencias que se ocupan de lo órganico y de lo inorgánico. Su concepto clave es el de “sistema”, definido grosso modo como una unidad en la que existen fuertes tendencias que niegan la entropía del universo, o tendencia constante existente en la materia hacia el máximo grado de desorganización, como han demostrado las leyes de la termodinámica. Pero van Bertalanffy ha recordado que existen, en la materia y en las sociedades, tendencias que niegan la entropía (neguentrópicas). D´Annunzio supo captar instintivamente lo que Van Bertalanffy iba a teorizar en 1937: el doble juego de las tendencias entrópicas y las neguentrópicas existentes en toda sociedad, que tienden a equilibrarse (en un proceso de homeostasis) que mantiene la unidad.
(24) De nuevo encontramos aquí una notable anticipación dannunziana sobre la evolución del pensamiento contemporáneo. El antropólogo francés Louis Dumont, en sus libros donde ha analizado la génesis de la ideología occidental, ha llamado abrumadoramente la atención sobre el hecho de que ésta, individualista y economicista, desemboca en una sociedad donde la posesión de cosas (la “reificación” o “cosificación”) se erige en valor supremo, en vez de colocarse como tal las relaciones hombre/hombre y hombre/sociedad, a través de las cuales el hombre se realiza y despliega. El crecimiento (la multiplicación de los objetos que han de ser producidos y adquiridos) prima así sobre el desarrollo orgánico de la sociedad y del hombre. Cfr. “Homo Aequalis. Génesis y apogeo de la ideología económica”, Taurus.
(25) En 1923 Mussolini anexionó Fiume, lo que fue reconocido diplomáticamente por Yugoslavia en 1924. En 1944 Tito la incorporó a la República Federal de Croacia, una de las integrantes de la Federación Yugoslava.
(26) Leonardo Sciascia, “D´Annunzio, el fascismo y su eco”, El País, 31.1.1988.
(27) Juan Arias, “Revisión en Italia de la figura de D´Annunzio en el 50 aniversario de su muerte”, El País, 2.3.1988.
Publicado en REVISION, vol. IV, nº2, octubre 1990

Constitución del Partido Baath Árabe Socialista
http://socialismonacionalrevolucionario.blogspot.de/2012/05/constitucion-del-partido-socialista.html

Henry Corbin: Eurasia como concepto espiritual – Claudio Mutti

Henry Corbin: Eurasia como concepto espiritual
http://www.4pt.su/es/content/henry-corbin-eurasia-como-concepto-espiritual
Desde Irlanda a Japón
“Subrayar y enfatizar las conexiones, las líneas de fuerza en las que se sustenta la trama del concepto espiritual de Eurasia, desde Irlanda a Japón” (1): a esta preocupación de P. Masson Oursel, que se inspira en un programa esbozado en 1923 en la Philosophie comparée y proseguido en 1948 en La Philosophie en Orient (2), Henry Corbin (1903-1978) le atribuye un “valor especial” (3). Trascendiendo el nivel de las determinaciones geográficas e históricas, el concepto de Eurasia viene a constituir “la metáfora de la unidad espiritual y cultural que recompondrá al final de la era cristiana en vista de la superación de los resultados de ésta” (4). Estas son, al menos, las conclusiones de un estudioso que en la obra corbiniana ha descubierto las indicaciones idóneas para fundar: “aquella gran operación de hermenéutica espiritual comparada, que es la búsqueda de una filosofía – o mejor dicho: de una sabiduría – eurasiática”(5). En otras palabras, la misma categoría geofísica de “Eurasia” no es más que la proyección de una realidad geosófica vinculada a la Unidad originaria, puesto que “Eurasia” es, en la percepción interior, en el paisaje del alma o Xvarnah (“Luz de Gloria”, en el léxico mazdeo), la Cognitio Angelorum, la operación autológica del Anthropos Téleios, o incluso, por último, la unidad entre el Lumen Naturae y la Lumen Gloriae. De aquí la posibilidad de acercar a Eurasia con el conocimiento imaginal de la Tierra como un Ángel “(6).
Es el mismo Henry Corbin quien evoca la experiencia visionaria del filósofo alemán Gustav Theodor Fechner, que identificó con la figura de un Ángel el rostro de la tierra envuelta de luz gloriosa, y para citar el pasaje concordante de un ritual avéstico: “Celebramos esta liturgia en honor de la Tierra, que es un ángel “(7). De hecho, según la doctrina mazdeísta, a la Tierra se la percibe en la “persona” de su Ángel, cuando el alma, proyectando la imagen de sí misma, crea una Imago Terrae que la refleja. La angelología mazdeísta traduce el misterio de esta proyección de la siguiente manera: Spenta Armaiti, Arcángel femenino de la existencia terrenal, es la madre de Daena, el Ángel femenino que sustancia a la Alma caelestis, el Cuerpo de Resurrección. De esta manera, “la formulación misma de la categoría geofísica de “Eurasia” pertenece al proceso de palingenesia, que es la Resurrección a la luz de la Transfiguración ” (8).
La geosofía mazdeísta, íntimamente vinculada con la esencial característica sofiánica de Spenta Armaiti , se refiere principalmente a una Tierra celeste; aplicada al espacio terrestre, se nos presenta un kyklos, un orbis, similar a lo que Homero ha simbolizado en el escudo de Aquiles y Virgilio en el de Eneas (9), es decir, para permanecer en el ámbito iránico, con ese atributo del Hombre Universal (insân-e kâmil) que es la Copa de Jamshid. En esta representación, la Tierra está rodeada del océano cósmico y dividida en siete zonas (Keshvar) (10); en el centro de la zona central, llamada Xvaniratha (“rueda luminosa”), “se encuentra Airyanem Vaejah (pahlavi Erân-Vêj), la cuna o germen de los Arios (= Iránicos). Es allí donde se crearon los Kayanidi, los héroes legendarios; es ahí donde fue fundada la religión mazdeísta, desde donde se difunden a los otros Keshvar; es allí donde nacerá el último de los Saoshyant quién reducirá a Ahriman a la impotencia y llevará a cabo la resurrección y la existencia venidera”(11). Situado al centro de la superficie de la tierra, Irán se nos presenta por lo tanto, como “bisagra, no sólo geográfica, sino también y sobre todo espiritual” (12), de la ecúmene eurasiática.
La representación mazdeísta, posteriormente reelaborada, pasó a formar parte del legado cultural que Irán le trasmitió al Islam. En el Kitab al-Tafhîm de Abû Rayhân Mohammad ibn Ahmad Bîrûnî (362 / 973 – 421 / 1030) (13) se encuentra un esquema en el cual el círculo central, Irán, está rodeado de otros seis círculos, tangentes entre sí, que corresponden a otras tantas regiones: India, Arabia y Abisinia, Siria y Egipto, la zona bizantino-eslava, el Turquestán, China y el Tíbet.
Oriente y Occidente
Según la perspectiva islámica, el centro del mundo terrestre se encuentra en la Kaaba, el más antiguo de los templos de Dios, inicialmente construido en la época de Adán, después edificado por Abraham en su forma actual. En la planta y la estructura de este santuario primordial y central meditó Qâzî Sa‘îd Qommî (1042/1633 – 1103/1691- 92) en el primer capítulo de la Kitâb asrâr al-Hajj (“El sentido esotérico de la Peregrinación”), que constituye el objeto de un minucioso estudio de Henry Corbin (14). “Siempre entra en juego – dice éste último – el mismo principio: las formas de luz (sowar nûrîya), las figuras superiores se imprimen en las realidades de abajo que son sus espejos (subrayemos que, geométricamente las consideraciones elaboradas aquí seguirían siendo válidas sí se tomara como objeto de meditación la forma del templo griego)”(15). Ahora, en el plano superior de las Realidades-arquetipos […] encontramos cuatro “límites metafísicos” (16), dos de las cuales (la Inteligencia Universal y el Alma Universal) se encuentran al este de la realidad ideal, mientras que las otras dos (la Naturaleza Universal y la Materia Universal) se encuentran hacia el oeste. La ley rigurosa de las correspondencias exige que en el plano de la Ka’ba terrestre, los ángulos estén igualmente dispuestos según el mismo orden de relación: “Dos de estos ángulos están hacia el oriente: el ángulo en el que está encajada la Piedra Negra (el ángulo iraquí) y el ángulo yemenita; los otros dos están al occidente: el ángulo occidental y el ángulo sirio “(17). Son estos dos orientes (mashriqayni) y los dos occidentes (maghribayni) los que alude el versículo 17 de la sura del Misericordioso, puntualmente citado por Corbin.
El versículo coránico llama a otro, el que comienza con las palabras: “A Dios pertenece el Oriente y el Occidente” (sura de la Vaca, 115). ”Gottes ist der Orient! – Gottes ist der Okzident!”: es la forma en que la reconstruye Wolfgang Goethe, a quien Corbin nos muestra más de una vez la convergencia con la sabiduría islámica. Pero la pareja “Oriente-Occidente ” retorna en el versículo de la Luz, en parte reportado en el epígrafe al primer capítulo de su estudio sobre El hombre de luz en el sufismo iranio: ”… una lámpara que arde con un aceite de olivo que no es ni de Oriente ni Occidente, inflamándose sin necesidad siquiera de que el fuego la toque… Y es luz sobre luz. “
Entre Oriente y Occidente, como entre Norte y Sur, recorren líneas ideales de las cuales dependen no sólo la orientación geográfica, sino también la categoría antropológica. En la perspectiva del simbolismo espiritual, estas direcciones horizontales asumen un sentido en base al modo en que el ser humano experimenta la dimensión vertical de su presencia en el espacio y en el tiempo; y es una orientación de este género lo que constituirá uno de los principales temas del sufismo iranio: “es la búsqueda de Oriente, pero se nos advierte, por si acaso no lo comprendamos desde el primer momento, que se trata de un Oriente que no se encuentra en nuestros mapas geográficos ni puede ser situado en ellos. Este Oriente no está incluido en ninguno de los siete climas (los Keshvar); es, de hecho, el octavo clima. Y la dirección en que este “octavo clima” debe ser buscado no está en la horizontal sino en la vertical. Este Oriente místico suprasensible, lugar del Origen y el Retorno, objeto de la búsqueda eterna, está en el polo celeste; es el Polo, un extremo norte, tan extremo como el umbral de la dimensión del más allá” (18). La geografía sagrada de Irán hace corresponder a este Polo celeste a la montaña cósmica de Qâf, donde comienza aquel mundo de Hûrqalyâ que es iluminado por el sol de medianoche. Es la tierra de los Hiperbóreos (19), los cuales “simbolizan al hombre cuya alma ha alcanzado tal perfección y armonía que está libre de negatividad y de sombra; no es ni de Oriente ni de Occidente” (20).
Ishraq, nombre verbal, que en árabe significa el irradiar del sol desde el punto del cual surge, es un término peculiar de la sabiduría islámica de Irán. Ishrâqîyûn o Mashriqîyûn (“Orientales”) son los sabios de la antigua Persia, llamados así “ciertamente no sólo por su ubicación geográfica, sino porque su conocimiento era oriental, en el sentido que se fundamentaba sobre la revelación interior (Kashf) y la visión mística (moshâhadat) “(21). Sin embargo, el significado del Oriente como un Oriente iluminativo, dirección que conduce al Polo espiritual, no es un concepto que caracteriza exclusivamente al pensamiento tradicional iranio. “Esta orientación se daba ya a los mistagogos del orfismo. Se la encuentra en el poema de Parménides donde, guiado por las hijas del sol, el poeta emprende un viaje hacia Oriente. El sentido de las dos direcciones, derecha e izquierda, Oriente y Occidente del cosmos, es fundamental en la gnosis valentiniana. (…) Ibn ‘Arabi (1240) eleva a símbolo su propia partida a Oriente; del viaje que de Andalucía le lleva hacia La Meca y Jerusalén hace su Isra’, homologándolo a un ékstasis que repite la ascensión del Profeta de cielo en cielo hasta el “Loto del límite”. Aquí el Oriente geográfico, “literal”, se convierte en símbolo del Oriente “real”, el polo celeste” (22).
Umbilicus Terrae
En la geografía sagrada resultante de las exploraciones espirituales de Henry Corbin, el extremo occidental de Eurasia está representado por las Islas Británicas. Aquí los fieles de la iglesia celta primitiva fueron designados en irlandés como céle Dé: denominación que equivale a Amici Dei, “se encuentra en la gnosis islámica (Awliyâ’ Allâh) y en la mística renana (Gottesfreunde)” (23). Estos Coli Dei, “establecidos en York (Inglaterra), en Iona (Escocia), en el país de Gales y en Irlanda, su símbolo fundamental era la paloma, como símbolo femenino del Espíritu Santo. Desde esta perspectiva, no resulta extraño encontrar el druidismo mezclado a su tradición y los poemas de Taliesin integrados a sus corpus. Igualmente, la epopeya de la Mesa Redonda y la Demanda del Santo Graal han sido también interpretadas en relación con los ritos de los Coli Dei” (24). A esta misma hermandad espiritual es reconducida la existencia del santuario de Kilwinning, sobre la montaña de Heredom, desde donde se irradió aquel Orden Real por el cual el rey Robert I Bruce se habría afiliado a los Templarios, realizando la convergencia entre el celtismo y el templarismo.
En la otra extremidad de Eurasia se extiende la China “el límite del mundo humano, del mundo que puede ser explorado por el hombre en las condiciones de la conciencia común” (25). Por otra parte, influencias taoístas se habrían ejercido sobre la hierocosmologia del sufismo centroasiático y sobre algunas técnicas de recitación del dhikr adoptadas por la escuela de Najm Kobra (26). Entre los templos que se levantan en los confines de China hay uno, descrito en el siglo X por el historiador árabe Mas‘ûdî (27), que en su estructura obedece al paradigma arquitectónico de los templos sabeos; el mismo Mas‘ûdî había visto aquel de Harrán (la antigua Carrhae), y pudo todavía leer en el umbral la inscripción de tenor platónico: “Aquél que se conoce a sí mismo es deificado” (Man ‘arafa nafsahu ta’allaha). “Inscripción de tenor platónico” (28), cierto, en el que “el término técnico árabe es el equivalente de la theosis de los místicos bizantinos” (29), pero también la explicación del precepto délfico, que finalmente será validado en el hadîth qudsî: “Quién se conoce a sí mismo conoce a su Señor ” (Man ‘arafa nafsahu ‘arafa rabbahu). Mientras tanto, los hermetistas sabeos de Harrán aportarán en dote al Islam su herencia, derivada de una antigua sabiduría siríaca o siriobabiloniense reinterpretada a la luz del neoplatonismo.
Equidistante de Escocia y China está Al-Quds, “la ciudad santa” por antonomasia. En el lugar donde inició la Asunción el Mensajero de Dios – según Corbin un verdadero Umbilicus Terrae – “asume ahí una función homóloga a la de la Piedra Negra en el templo de la Ka’ba” (30), la Cúpula de la Roca (Qubbat al-Sakhrat). Este edificio, comúnmente llamado la Mezquita de Omar, “tiene la forma de un octógono regular culminado por una cúpula; fue el prototipo de las iglesias templarias construidas en Europa, y la cúpula fue el símbolo de la Orden y figuraba en el sello del Gran Maestre” (31). Este entrelazamiento de líneas espirituales diferentes hace de Jerusalén el simbólico edificio microcósmico, en el que se refleja la multiplicidad tradicional del macrocosmos eurasiático, aquella multiplicidad de formas que Henry Corbin nos presenta en su unidad esencial.
La oposición radical entre Jerusalén y Atenas, identificadas como polos emblemáticos respectivamente del monoteísmo y el politeísmo, es el punto donde convergen entre ellos los zelotas de las supuestas “raíces judeo-cristianas” de Europa y algunos defensores de un malentendido “paganismo” griego. Sostener una posición de este tipo, queriendo reducirle a un esquema ideológico a una relación más bien profunda, compleja y articulada de cuanto no se imaginan los “judeo-cristianos” y “neopaganos”, significa ignorar cómo la más rigurosa doctrina metafísica de la Unidad (el Tawhid integral de la metafísica islámica) no excluye de hecho la multiplicidad relacionada a la jerarquía de los Nombres Divinos. Entre los que han entendido perfectamente lo anterior, está justamente Henry Corbin, quien, mediante el establecimiento de una ideal “comparación, por una parte entre Ibn ‘Arabî (…) y Proclo, por otra” (32) y recordando el comentario del jefe de escuela de Atenas al Parménides platónico, evoca el encuentro de los físicos de la escuela jónica con los metafísicos de la Escuela Itálica, unos y otros se encuentran en la ciudad-símbolo de Atenas para participar en las Panateneas. “Celebrar esta fiesta – él escribe- es encontrar en la escuela ática de Sócrates y Platón la mediación que eleva los dos extremos a un nivel superior” (33).
notas:
1. Henry Corbin, L’Iran e la filosofia, Guida, Napoli 1992, p. 62.
2. P. Masson-Oursel, La Philosophie en Orient, in Histoire de la philosophie, a cura di É. Bréhier, Paris 1948, 1° fasc. suppl.
3. Henry Corbin, L’Iran e la filosofia, cit., ibidem.
4. Glauco Giuliano, Nitartha. Saggi per un pensiero eurasiatico, La Finestra, Lavis 2004, p. 14
5. Glauco Giuliano, Nitartha, cit., p. 221
6. Glauco Giuliano, Nitartha, cit., p. 16.
7. Sîrôza, vigésimo octavo día, op. cit.: Henry Corbin, “Cuerpo espiritual y Tierra Celeste”. Del Irán mazdeísta al Irán chiíta, Ediciones Siruela, Madrid, 1996, p. 37.
8. Glauco Giuliano, Nitartha, cit., p. 16, n. 25.
9. Ilíada, XVIII, 478-608; Eneida, VIII, 626-728.
10. La división septenaria del espacio terrestre que se repite en otras culturas tradicionales: cf. Claudio Mutti, Gentes. Popoli, territori, miti, Effepi, Genova 2010, pp. 19-20.
11. Henry Corbin, “Cuerpo espiritual y Tierra Celeste”, cit., p. 51.
12. Glauco Giuliano, Nitartha, cit., p. 22.
13. Henry Corbin, “Historia de la Filosofía. Del mundo romano al Islam Medieval”, vol. 3. Siglo veintiuno editores, México DF, 1990, pp 307-308.
14. Henry Corbin, “Templo y contemplación”, Editorial Trotta, Madrid, 2003, pp. 181-257. Sobre Qâzî Sa’îd Qommî, cf. Henry Corbin, “Historia de la Filosofía. La Filosofía en Oriente”, vol. 11. Siglo veintiuno editores, México DF, 1990, p. 154-157
15. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 206.
16. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 207.
17. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 207.
18. Henry Corbin, “El hombre de luz en el sufismo iranio”, Ediciones Siruela, Madrid, 2000, p. 20.
19. Sobre la Hiperbórea y similares representaciones tradicionales de la septentrional “Tierra de luz”, cf. Claudio Mutti, op. cit., pp 15-23.
20. Henry Corbin, “El hombre de luz en el sufismo iranio”, cit., p. 56.
21. Henry Corbin, Storia della filosofia islamica, cit., p. 211.
22. Henry Corbin, “El hombre de luz en el sufismo iranio”, cit., Págs. 73-74.
23. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 342 n. 217.
24. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 342.
25. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 132.
26. Henry Corbin, “El hombre de luz en el sufismo iranio” cit., pp. 72 y 77 y ss.
27. Mas’ûdî, Les prairies d’or, ed. e trad. Barbier de Maynard, Paris 1914, vol. IV, p. 52.
28. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 133.
29. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 133, n 7.
30. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 351.
31. Henry Corbin, “Templo y contemplación” cit., p. 334.
32. Henry Corbin, La paradoja del monoteísmo, Editorial Losada, Madrid, 2003, p. 22.
33. Henry Corbin, La paradoja del monoteísmo, cit., p. 30.
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